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» tn24
Fecha: 23/06/2025 19:32
La escalada bélica entre Israel e Irán, ahora con la participación directa de Estados Unidos, comienza a impactar en la economía global y Argentina ya siente las primeras consecuencias. La tensión geopolítica y la incertidumbre en los mercados internacionales se traducen en un escenario de presión inflacionaria, aumento del precio de los combustibles y riesgos para la recuperación económica del país. El foco de atención está puesto en el Estrecho de Ormuz, un paso marítimo clave para el comercio global de petróleo y gas. Por allí circula cerca del 20% del crudo y el 30% del gas natural licuado del mundo. La posibilidad de que Irán cierre ese canal, como ya autorizó el Parlamento de ese país, podría disparar el precio del petróleo hasta los USD 150 por barril, según estimaciones de JP Morgan e ING Barings. Este panorama ya tuvo su repercusión local: las petroleras Puma y Shell aplicaron una suba del 5% en los precios del combustible. YPF, que domina el mercado interno, todavía no definió su postura, aunque se esperan anuncios en los próximos días. Economistas como Ricardo Delgado y Javier Timerman advierten que esta alza tendrá impacto directo sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en junio y complicará el sendero proyectado de desaceleración inflacionaria. “La capacidad de las refinerías argentinas para absorber subas internacionales es limitada. Esto, sumado a la fragilidad de la macroeconomía, hace que cualquier shock externo se traduzca rápidamente en presión sobre los precios internos”, señaló Timerman. Además del frente inflacionario, el conflicto podría restringir el acceso al crédito externo y elevar el riesgo país, en un contexto en el que Argentina necesita atraer inversiones para recomponer reservas. “La guerra podría hacer retroceder al mercado global, aumentar la aversión al riesgo y dificultar la vuelta al financiamiento internacional”, agregó el economista Mariano Kestelboim. Frente a este escenario, el gobierno de Javier Milei evalúa extender el recorte temporal de retenciones al campo que vence a fin de junio como incentivo al ingreso de divisas, ante la escasez de dólares. También se analiza una moderación de los aumentos de combustibles y una posible ampliación de subsidios para amortiguar el golpe en los sectores más vulnerables. En el plano político, el conflicto también genera preocupaciones. El analista Fabián Calle advirtió que si el régimen iraní decide escalar el conflicto hacia intereses estadounidenses, como bases militares o personal diplomático, Argentina podría quedar en la mira, dada su alineación abierta con Israel y EE.UU. “Nuestro país ya fue blanco de atentados en los años 90, y la posición actual del gobierno podría reactivar viejas amenazas”, señaló. Mientras tanto, el conflicto sigue en evolución y su desenlace es incierto. Si se prolonga o se intensifica, el impacto en Argentina podría profundizarse, tanto a nivel económico como geopolítico. En este contexto, analistas coinciden en que la estrategia oficial deberá combinar prudencia, contención interna y fuerte monitoreo internacional.
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