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Parana » ER 24
Fecha: 23/06/2025 17:04
EL MODELO NO ERA ECONÓMICO, ERA MAFIOSO / Guillermo Michel extrañando el Plan Platita y la red de privilegios que fundió a la Argentina Guillermo Michel insiste en dar cátedra sobre industria nacional. Lo hace Michel desde Larroque ER, el Plan Platita y la red de privilegios que fundió a la Argentina. Guillermo Michel insiste en dar cátedra sobre industria nacional. Lo hace desde Larroque, como si fuera el ombligo del país. No pisa Concordia, no aparece en Paraná, no se asoma a un solo parque industrial que no esté previamente escenografiado . La campaña la hace entre amigos, en fábricas amigas, con periodistas ensobrados y sin responder una sola pregunta de verdad. ¿Miedo? Tal vez. ¿Culpa? Probablemente. Porque cuando Michel habla de “industria”, lo que en realidad Michel defiende es la industria del privilegio , la que él mismo manejó durante años con una red paralela de poder, Aduana, IAPSER y SIRA mediante, siempre al servicio de los que tenían número directo para llamarlo. No fueron solo autopartes o aviones. Con él en la Aduana y como operador clave del “Plan Platita”, se autorizaban importaciones a medida: insumos, bienes de lujo, maquinaria para empresas amigas y hasta compras fantasmas trianguladas desde Uruguay. Mientras tanto, a miles de PYMES se les negaba el acceso a insumos básicos. Y todo esto en nombre de la “industria nacional”. Pero esa industria no producía empleo. Producía favores. No generaba exportaciones. Generaba retornos. No integraba cadenas productivas. Integraba estructuras paralelas. El vínculo con Facundo Cabrera, hombre con pasado en estructuras de inteligencia, no es casualidad. Michel no se rodeaba de funcionarios. Se rodeaba de operadores, de tipos que sabían mover contenedores, aceitar contratos y tapar huellas. El “modelo” no era económico: era mafioso. de Larroque, como si fuera el ombligo del país. No pisa Concordia, no aparece en Paraná, no se asoma a un solo parque industrial que no esté previamente escenografiado. La campaña la hace entre amigos, en fábricas amigas, con periodistas ensobrados y sin responder una sola pregunta de verdad. ¿Miedo? Tal vez. ¿Culpa? Probablemente. Porque cuando Michel habla de “industria”, lo que en realidad defiende es la industria del privilegio, la que él mismo manejó durante años con una red paralela de poder, Aduana y SIRA mediante, siempre al servicio de los que tenían número directo para llamarlo. No fueron solo autopartes o aviones. Con él en la Aduana y como operador clave del “Plan Platita”, se autorizaban importaciones a medida: insumos, bienes de lujo, maquinaria para empresas amigas y hasta compras fantasmas trianguladas desde Uruguay. Mientras tanto, a miles de PYMES se les negaba el acceso a insumos básicos. Y todo esto en nombre de la “industria nacional”. Pero esa industria no producía empleo. Producía favores. No generaba exportaciones. Generaba retornos. No integraba cadenas productivas. Integraba estructuras paralelas. El vínculo con Facundo Cabrera, hombre con pasado en estructuras de inteligencia, no es casualidad. Michel no se rodeaba de funcionarios. Se rodeaba de operadores, de tipos que sabían mover contenedores, aceitar contratos y tapar huellas. El “modelo” no era económico: era mafioso.
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