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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 23/06/2025 14:55
Expertos detallan los principales indicios físicos y conductuales que pueden alertar sobre incomodidad térmica en animales domésticos durante olas de frío intenso y cómo actuar para evitar riesgos (Pexels) En medio de una ola de masa de aire de origen polar que afecta gran parte del territorio bonaerense y el resto del país, el Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta naranja por vientos fuertes y mantiene activa la posibilidad de nevadas en zonas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el sur bonaerense. Las ráfagas alcanzan los 95 kilómetros por hora y la lluvia persistirá durante toda la jornada, según informó el organismo oficial. En este contexto de temperaturas extremas y condiciones climáticas adversas, crece la preocupación de los tutores de animales de compañía sobre cómo protegerlos en especial a los perros, ante el frío invernal. ¿Cómo perciben el frío los perros? La capacidad de los perros para enfrentar el frío depende de factores fisiológicos y del entorno. Aunque poseen mecanismos para regular su temperatura corporal, como el jadeo o el cambio postural, su tolerancia al frío varía según el tipo de pelaje, la complexión, la edad y el estado de salud. El pelaje cumple un rol clave en el aislamiento térmico. Algunas razas, como los Siberian Husky o los Alaskan Malamute, tienen una doble capa de pelo que les permite conservar el calor corporal incluso en condiciones extremas. Según el centro veterinario australiano Walkerville Vet, estas razas pueden soportar bajas temperaturas gracias a un subpelo denso que retiene aire caliente junto a la piel. Perros de pelo corto, razas pequeñas, cachorros y animales enfermos son los más vulnerables a las bajas temperaturas (Imagen Ilustrativa Infobae) La veterinaria Jolee Stegemoller, citada por el sitio oficial del American Kennel Club (AKC), señala: “Por lo general, si nosotros, como humanos, necesitamos un abrigo para disfrutar el exterior, la mayoría de los perros también”. Añade que se debe considerar si el animal tiene un “doble pelaje y si presenta problemas médicos como bajo peso, enfermedades cardíacas o artritis que dificulten su adaptación al frío”. En contraste, los perros de pelo corto, piel fina o sin subpelo —como los Whippet, Galgo, Chihuahua o Chinese Crested— pierden calor con mayor rapidez y pueden experimentar incomodidad térmica aún con temperaturas moderadas. También influye el tamaño corporal del animal: los perros pequeños tienden a enfriarse más rápido que los de gran tamaño debido a su mayor superficie relativa de pérdida de calor. ¿Los perros necesitan abrigo o con su pelaje es suficiente? Los veterinarios explican que el pelaje y la contextura física determinan la resistencia al frío de los perros (Imagen Ilustrativa Infobae) No todos los perros requieren abrigo para salir al exterior durante el invierno. El uso de prendas debe evaluarse caso por caso, considerando la fisiología del animal y las condiciones climáticas. Los perros con doble pelaje y gran porte, acostumbrados a vivir o pasar tiempo al aire libre, suelen mantener una temperatura corporal estable sin necesidad de abrigo, incluso en días fríos. El sitio especializado, The Spruce Pets advierte que, en estos casos, un abrigo podría interferir con el aislamiento natural del pelaje. En cambio, razas pequeñas, delgadas o de pelo corto, así como perros ancianos, cachorros o con enfermedades crónicas (cardiovasculares, metabólicas, articulares), pueden necesitar protección adicional. De acuerdo con la clínica veterinaria Small Door Veterinar de EEUU: “Si la temperatura desciende a 0 °C, estos grupos suelen beneficiarse de una capa extra para conservar el calor corporal”. También se recomienda prestar atención al entorno habitual del animal. Un perro que vive en un hogar calefaccionado puede sentir un contraste térmico más marcado al salir a la calle, lo que podría justificar el uso de abrigo aunque tenga pelaje largo o denso. Cómo saber si mi perro tiene frío La manifestación de frío en perros se puede detectar mediante signos físicos y comportamentales. El equipo de Small Door Veterinary enumera algunos de los más frecuentes: Temblores o escalofríos visibles Quejidos persistentes o signos de ansiedad Encorvamiento o rigidez al caminar Reducción del ritmo o negativa a avanzar durante el paseo Búsqueda de superficies cálidas o refugios Levantamiento alternado de las patas por contacto con suelo frío Los expertos recomiendan evitar los paseos en horarios muy fríos y secar a los perros tras el contacto con agua o nieve (Imagen Ilustrativa Infobae) El veterinario Andrew Spanner, de Walkerville Vet, destaca que estas señales deben interpretarse en el contexto de cada animal. “Dos perros que viven en la misma casa pueden tener reacciones opuestas frente al frío. Uno se recuesta contra el calefactor y otro sigue jugando afuera”, señala. La variabilidad individual, asociada a raza, edad o salud, obliga a observar de cerca el comportamiento. Consejos para evitar que mi perro tenga frío en invierno Veterinarios y organismos especializados recomiendan una serie de prácticas para proteger a los perros durante jornadas frías, con o sin abrigo: Seleccionar un abrigo adecuado : si se requiere, debe cubrir cuello, espalda y abdomen. En climas lluviosos o con nieve, se sugiere un abrigo impermeable y lavable que permita el movimiento sin oprimir ni incomodar. No usar abrigo dentro del hogar : puede generar sobrecalentamiento, sobre todo si la vivienda tiene calefacción central o estufas activas. Evitar salidas en horarios de baja temperatura : el Hospital Veterinario Santa Susana recomienda pasear al mediodía o durante las primeras horas de la tarde para aprovechar la mayor radiación solar. Secar bien al perro si se moja : la humedad acelera la pérdida de calor. Es fundamental secarlo al regresar del paseo o tras exposición a lluvia o nieve. No esquilar en otoño o invierno : cortar el pelo elimina la protección natural. El Hospital Veterinario advierte que esto puede dejar al animal expuesto al frío de forma innecesaria. Control veterinario en perros con patologías : enfermedades como la artritis o afecciones cardíacas afectan la termorregulación. El uso de abrigo debe ser evaluado por un profesional. Observar comportamientos anómalos: rechazo al paseo, temblores o lentitud pueden ser señales de que el animal necesita mayor protección térmica.
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