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» Diario Cordoba
Fecha: 23/06/2025 10:43
Han vuelto. Las exposiciones con algo que contar están de nuevo aquí. No sólo las que se realizan para completar los programas expositivos de los museos, sino aquellas que después de haber recorrido el itinerario que ha preparado un comisario que sabe del tema que se está exhibiendo terminan por aportar y el visitante sale con una visión diferente de la que entró. Barcelona con su Zurbarán en el MNAC -hasta finales de mes-, donde además del ejercicio de comparar las tres versiones del San Francisco, también se ve cómo la influencia del pintor español se extiende más allá de su época. El arte español del siglo XVII fue uno de los mejor comprendidos por el arte contemporáneo, y en especial el conceptual. La sobriedad de recursos, no sólo de objetos sino pictóricos en la simplicidad de tonos empleados, hacen que su arte sea completamente rompedor. Rompedor con lo que estaba haciendo el Barroco de Rubens y su escuela con su exuberancia exacerbada, de la que hay una selección muy elocuente en el espacio La Caixa de la ciudad condal. En ella se pueden ver parte de los fondos del museo del Prado de esta escuela, por lo que durante unas semanas el visitante que pase por Barcelona tendrá la oportunidad única de contraponer dos formas de entender el Barroco europeo. Veronés ha desembarcado en el Prado con todo su esplendor. ¡Qué gusto volver a disfrutar de exposiciones monográficas! Por ahora, la revisión de los catálogos de los artistas se hacen así. La mejor forma de comprender y asimilar otro momento histórico es a través de las obras que los artistas inmortalizaron. Sé que se han puesto de moda las llamadas “exposiciones inmersivas”, pero me temo que, para ver reproducciones aunque sea a tamaño gigantesco, me quedo en mi casa y Google Arts. La intimidad que se crea entre el visitante y una obra de arte, sólo se puede vivir en directo. Es la misma magia que se genera con los conciertos en vivo. Están muy bien las grabaciones y locuciones en streaming, pero la fuerza, la emoción y el ambiente que se generan alrededor de una perfomance, sólo se puede sentir delante de la obra (sea musical o visual – y aquí también incluyo el teatro-). Como todos los veranos, Photo España llena los espacios de sus diversas sedes por todo el territorio nacional, desde Madrid a Barcelona, pero también Segovia, Zaragoza y Santander. Este año con Chile como país invitado. Sin embargo, la presencia de la premio Princesa de Asturias de las Artes 2025, Graciela Iturbide, en la Fundación Casa de México en España desde mediados de este mes, va a hacer que México brille con luz propia dentro de esta edición de Photo España. Al igual que lo hará la exposición de los Collages de Isabel Coixet en el Museo Thyssen de Madrid, que revela a la cineasta como lo que es, una poeta de la imagen. Una artista que se mueve en el medio visual con la soltura de una gran observadora y cuya sensibilidad va más allá de la cámara. En Bilbao a principios de julio, y después en otoño en Valencia, se podrá disfrutar de la exposición Clásicos y modernos. Obras maestras de la colección BBVA, organizada por el director del Museo de Bellas Artes de la ciudad del Turia. Un recorrido por toda la historia del arte europea que permite al visitante descubrir y deleitarse con obras que forman parte del acervo de la entidad bancaría y que de otra forma serían difíciles de disfrutar. En Sevilla el calor ya no será un problema si se entra en la exposición Arte y misericordia. Hermandad de la Santa Caridad que se abre a finales de mes en el Museo de Bellas Artes. Una oportunidad única para ver de cerca y de forma más adecuada las obras que Murillo, Valdés Leal y Pedro Roldán habían realizado para el convento sevillano en el siglo XVII. Toda la península está en ebullición artística, además de la meteorológica, por lo que las propuestas y las alternativas para sobrellevar las altas temperaturas del verano son una muy buena alternativa a la playa y la piscina. Lo difícil va a ser escoger.
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