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    Fecha: 22/06/2025 20:54

    Mundo Maniobras distractivas, secretos, engaños y una espera en su club de golf: cómo planeó Donald Trump la operación “Martillo de Medianoche” para atacar Domingo, 22 de junio de 2025 Según fuentes de su entorno, el presidente tomó la decisión de atacar el jueves, el mismo día que instruyó a su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, que anunciara que daba a Irán dos semanas de plazo para regresar a la mesa de negociaciones. Cuando el presidente Donald Trump se instalaba en su club de golf en Nueva Jersey el viernes por la noche, los aviones que cargaban unas de las bombas más sofisticadas del mundo estaban a punto de despegar. Pero el jefe de la Casa Banca --según los amigos que lo suelen acompañar en sus aventuras golfísticas y sociales-- no mostraba signos de ansiedad por la decisión que había tomado y se lo veía relajado a pesar de haber autorizado ataques aéreos contra tres instalaciones nucleares iraníes, una medida histórica que podría tener profundas ramificaciones en la seguridad nacional de los Estados Unidos y en su propio legado como presidente. Los bombarderos furtivos B-2 que transportaban bombas anti búnkeres de 13.000 kilos, capaces de perforar hasta 60 metros de hormigón, finalmente despegaron a medianoche de su base en Missouri hacia el este, con destino a las bases de Fordow, Natanz e Isfahan en Irán. Otro grupo de aviones se dirigía hacia el oeste, en un intento deliberado de desviar la atención mientras Trump exigía total secreto para su trascendental decisión. Trump, en tanto, seguía con su actividad social en su club de golf. Escoltaba a Sam Altman, el director ejecutivo de OpenAI, a un evento para nuevos miembros que se celebraba en uno de los comedores del clubhouse. Se lo veía relajado y, al menos en público, de buen humor, dijeron personas estuvieron allí. Veinticuatro horas después, el sábado a las 6 de la tarde, hora de Washington, Trump interrumpía su fin de semana de golf y se instalaba en la Sala de Situación del sótano de la Casa Blanca, con una gorra roja roja que decía "Make America Great Again", mientras la ejecución de la "Operación Martillo de Medianoche", se desarrollaba en tiempo real en las inmensas pantallas de ese bunker. Horas más tarde, Trump anunció que “los ataques fueron un éxito militar espectacular" y que las bases habían sido “destruidas completa y totalmente”. Sin embargo, este domingo funcionarios del Pentágono dijeron que los sitios nucleares de Irán sufrieron "daños severos” y que era demasiado pronto para decidir si Irán aún conservaba alguna capacidad de enriquecer uranio. De hecho, Trump volvió a postear este domingo que el daño a los sitios nucleares en Irán es "monumental". "Los golpes fueron duros y precisos”, señaló, y no habló de destrucción total. En una conferencia de prensa el domingo por la mañana en la que contó algunos detalles de la operación, el secretario de Defensa Pete Hegseth declaró a los periodistas que Estados Unidos “no busca la guerra” con Irán, sino que su objetivo era destruir sus instalaciones nucleares. Y aclaró que los ataques no tenían como objetivo destronar al líder supremo iraní, el Ayatollah Ali Khamenei. "Esta misión no fue y no ha sido sobre un cambio de régimen", afirmó Hegseth. Sin embargo, Trump añadió luego confusión a esta idea con un posteo en su red: "No es políticamente correcto usar el término "cambio de régimen", pero si el actual régimen iraní es incapaz de HACER QUE IRÁN VUELVA A SER GRANDE, ¿por qué no habría un cambio de régimen??? MIGA!!", por "Make Iran Great Again", un juego de palabras con su slogan de campaña. Días atrás, Trump había dicho que sabían dónde se ocultaba Khamenei y que podrían matarlo si quisieran, pero dijo que “por ahora” no lo harían. Mensaje al régimen En medio de temores de un conflicto regional más amplio, la administración Trump envió un mensaje claro de que quería reiniciar las conversaciones diplomáticas con Irán. “Reunámonos directamente”, dijo el secretario de Estado Marco Rubio en una entrevista con CBS. Añadió que “no hay operaciones militares planificadas ahora mismo contra Irán, a menos que ellos causen problemas y ataquen” a intereses estadounidenses. Pero Teherán señaló que el tiempo para la diplomacia había pasado y que ellos tienen derecho a defenderse. El régimen evalúa opciones para responder. La decisión de seguir adelante con los ataques empuja a Estados Unidos directamente al conflicto de Medio Oriente, lo que genera preocupaciones sobre las represalias iraníes. Trump llegó a la decisión de atacar luego de muchas dudas y vaivenes entre amenazas militares y llamados al diálogo, con el temor siempre latente de que un ataque podría arrastrar a EE.UU. a una guerra prolongada. Además, tiene que lidiar con el frente interno MAGA, ya que él hizo campaña con la promesa de frenar las guerras y no involucrarse en otros conflictos lejanos donde se gastaría dinero y se pondrían en riesgo la vida de los estadounidenses. Según fuentes de su entorno, Trump tomó la decisión de atacar el jueves, el mismo día que instruyó a su secretaria de prensa, Karoline Leavitt, que anunciara que daba a Irán dos semanas de plazo para regresar a la mesa de negociaciones que habían sido interrumpidas por los ataques israelíes. Era claramente una maniobra distractiva para ocultar los verdaderos planes. El vicepresidente JD Vance dijo este domingo que Trump conservaba la capacidad de suspender los ataques "hasta el último minuto". Pero optó por seguir adelante con el visto bueno final que tomó el mismo sábado, tras recibir informes de que Irán no estaba dispuesto a volver a negociar, luego de que líderes europeos se reunieran con funcionarios israelíes el viernes. O sea que el emplazamiento público de dos semanas de Trump duró solo 48 horas antes de que tomara una de las acciones más importantes de su presidencia. La operación comenzó a la medianoche del viernes, con los bombarderos B-2 despegando de Missouri en un viaje de 18 horas que fue la misión más larga de los aviones en más de dos décadas, dijo el secretario de Defensa Hegseth. El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Dan Caine, señaló este domingo que algunos de los B-2 lanzados desde el EE.UU. se dirigieron hacia el oeste como señuelo, mientras que el resto "procedió silenciosamente hacia el este con comunicaciones mínimas durante las 18 horas de vuelo". La operación sin precedentes de EE.UU. involucró a siete bombarderos furtivos B2. En total, participaron más de 125 aviones, incluidos los B2, aviones cisterna de reabastecimiento, aviones de reconocimiento y aviones de combate. Aproximadamente a las 5 de la tarde de Washington, dijo Caine, un submarino estadounidense "lanzó más de dos docenas de misiles de crucero de ataque terrestre Tomahawk contra objetivos clave de infraestructura de superficie" en el sitio nuclear de Isfahan. Y poco después, aproximadamente a las 6:40 de Washington, en la madrugada de Irán, el avión bombardero B-2 principal lanzó dos bombas destructoras de búnker contra el sitio nuclear de Fordow, dijo Caine, y los "bombarderos restantes luego alcanzaron sus objetivos, y todo finalizó a las 7:05, cuando “comenzó el regreso a casa", dijo Caine, señalando que Irán no disparó contra Estados Unidos en el camino de entrada o salida. "Este es un plan que tomó meses y semanas de posicionamiento y preparación para que pudiéramos estar listos cuando el presidente de Estados Unidos llamara", dijo Hegseth junto a Caine. "Se necesitó mucha precisión. Implicó un desvío y la más alta seguridad operativa". Domingo, 22 de junio de 2025

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