22/06/2025 22:12
22/06/2025 22:07
22/06/2025 22:06
22/06/2025 22:06
22/06/2025 22:05
22/06/2025 22:03
22/06/2025 22:03
22/06/2025 22:03
22/06/2025 22:03
22/06/2025 22:03
» Comercio y Justicia
Fecha: 22/06/2025 18:01
Los mercados mundiales se encuentran en vilo tras el bombardeo estadounidense sobre instalaciones nucleares iraníes, lo que ha encendido las alarmas no solo en el ámbito militar, sino también en el económico. La principal preocupación radica en la posibilidad de que Irán decida bloquear el Estrecho de Ormuz, un paso marítimo crucial por el que transita cerca del 20% del crudo global. El precio del petróleo Brent ya mostraba una tendencia alcista debido a los previos ataques de Israel, pero la intervención directa de Estados Unidos aceleró su escalada. En tan solo una semana, los futuros del crudo subieron un 18%, alcanzando los 79,04 dólares, su precio más alto en cinco meses. Analistas temen que, si la tensión se intensifica, el barril podría superar la barrera de los 100 dólares en los próximos días. El Estrecho de Ormuz, un estrecho brazo de mar entre Irán y Omán, es vital para el suministro global de energía, canalizando una quinta parte del tráfico mundial de petróleo y casi el 20% de las exportaciones de gas natural licuado (GNL). Una interrupción en esta ruta podría desencadenar un shock energético global, con graves repercusiones en la inflación, las tarifas, los tipos de interés y la actividad económica. Aunque la Asamblea Consultiva de Irán ya recomendó su cierre, la decisión final recae en el ayatolá Alí Jamenei. Los mercados temen una crisis energética comparable o peor que la provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania en 2022. Escenarios posibles Si Irán cumple su amenaza, entidades como JP Morgan e ING anticipan que el precio del petróleo podría dispararse hasta los 120 o incluso 130 dólares por barril. Esto provocaría una nueva ola inflacionaria, especialmente en Europa, donde el gas ya experimenta un encarecimiento significativo. Países como Alemania, que dependen en gran medida de las importaciones de gas, serían particularmente afectados. En España y otras naciones europeas, esta subida de precios se traduciría directamente en la factura eléctrica, ya que muchas centrales operan con gas. Además, el incremento en los costos energéticos podría impulsar al alza los tipos de interés si los bancos centrales endurecen nuevamente su política monetaria para contener la inflación, impactando directamente en el euríbor y el valor de las hipotecas. Mientras los inversores se preparan para un lunes complicado en las bolsas globales, algunos expertos sugieren que la situación aún podría estabilizarse. Jamie Cox, de Harris Financial Group, especula que el ataque estadounidense podría llevar a Irán a considerar una salida negociada. Desde Washington, el vicepresidente J.D. Vance ha calificado el posible bloqueo como un “suicidio” económico para Irán, ya que toda su economía depende del Estrecho de Ormuz. Otros analistas señalan que Teherán también deberá evaluar el impacto económico de un eventual bloqueo en China, su principal comprador de petróleo y un actor clave en la geopolítica. Lo cierto es que el conflicto ya ha desatado un terremoto energético que podría escalar aún más si las represalias cruzan nuevas líneas, dejando el futuro en manos de los próximos movimientos diplomáticos y militares.
Ver noticia original