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  • Fuga de enfermeras en Córdoba: "La idea es volver a Andalucía con contratos decentes"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 22/06/2025 17:07

    Las enfermeras cordobesas Alba Hinojosa, Rocío García, Natalia Soto, Mercedes Bermúdez y Laura Camacho confirman la idea de que las jóvenes también quieren trabajar. Ante la precariedad laboral que se le planteaba en el sistema sanitario público andaluz, han decidido emigrar para desarrollarse como profesionales. Mercedes Bermúdez: "Aquí falta gente" Mercedes Bermúdez. / CÓRDOBA «En el hospital somos una barbaridad y nos decían que habíamos subido un autobús de andaluces», recuerda Mercedes Bermúdez, enfermera cordobesa que trabaja en el hospital Arnau de Vilanova, en Lleida. Tiene 24 años de edad y desde hace tres se desarrolla profesionalmente en esta ciudad catalana, por lo que cuando se le pregunta qué le ha ofrecido Cataluña para decidir trasladarse allí, responde sin dudarlo: «trabajo». «Aquí enlazas contratos. Ahora me han ofrecido un año y en enero podrían ofrecerme una interinidad», explica. Cuando finalizó la carrera, trabajó unos meses en Andalucía, pero después del verano estuvo desempleada. Buscó trabajo en todo el país y le plantearon la oportunidad de ir a Lleida con muchas facilidades. «Aquí falta gente», comenta. Admite que en un primer momento el idioma «fue un poco problema, pero la gente se ha portado bastante bien conmigo. No lo hablo, pero lo entiendo. Hay programas diferentes a los de Andalucía y en catalán. Lo pasé bastante mal, pero a día de hoy estoy bien», afirma. En cuanto a la vivienda en Lleida, señala que quizá es un poco más cara que en Córdoba, «pero el sueldo también es un poco más alto». Mercedes Bermúdez admite que «estoy deseando bajar, pero ahora, por ejemplo, me han ofrecido contratos de dos meses. Por mucho que quiera estar cerca de mi familia, no puedo. Todos nos queremos bajar, pero no hay estabilidad en el empleo», lamenta. Natalia Soto: "En Andalucía no había posibilidad" Natalia Soto. / CÓRDOBA Natalia Soto, de Belalcázar, emigró a Burgos en 2023 con una veintena de compañeras de Córdoba, pero ahora quedan allí menos de la mitad. Tiene 24 años de edad y el Hospital Universitario de Burgos le ha ofrecido su primera experiencia profesional. «Terminamos y fuimos todos de cabeza a Satse (Sindicato de Enfermería) para informarnos. En Córdoba no había posibilidad. Los compañeros que se quedaron no empezaron a trabajar en lo público hasta el verano de 2024 y después, esperando a que los vuelvan a llamar. Algunos en navidades, pero ya está. En Andalucía no hay posibilidad de tener un empleo estable», lamenta. Natalia apunta a la escasa duración de los contratos en el Servicio Andaluz de Salud y recuerda que «el sindicato nos planteó diferentes sitios que daban contratos largos, de seis meses, y se nos abrieron los ojos». Desde que comenzó a trabajar, ha ido enlazando contrataciones en el hospital, por lo que se encuentra «contenta, porque ya que te vas lejos, que merezca la pena». En este tiempo, ha conocido a profesionales sanitarios andaluces que «al final, se han quedado aquí a vivir porque han formado su familia». En su caso, estima que podría regresar a Andalucía en unos cinco años, lo necesario para «coger puntos y que la cosa vaya para arriba», señala en referencia a la bolsa de empleo. Rocío García: "Me quedo hasta ganar puntos y que me pueda mover a Andalucía" Rocío García. / CÓRDOBA La enfermera cordobesa Rocío García, de 23 años de edad, ha trabajado en Barcelona y ahora lo hace en Madrid. Al acabar su formación, estuvo empleada en un centro sanitario privado en Córdoba y realizó cursos para sumar puntos en la bolsa. Después, fue contratada tres meses de verano en el hospital Reina Sofía. Sin embargo, «cuando se abrió la bolsa de empleo y vi que pasaba un año y no tenía expectativa de trabajar en lo público en Andalucía, algunas compañeras me dijeron que lo mejor era irse, porque en otras zonas hay muchísima oferta». En una primera experiencia, trabajó en una clínica privada de Barcelona. «No pude entrar en lo público porque pedían el catalán», indica. Algunas compañeras se habían ido a Madrid y le aseguraban que allí tendría empleo. Envió el currículo y en dos días la llamaron del hospital La Princesa, donde se encuentra trabajando desde hace dos meses. «En principio, me quedo hasta ganar puntos y que me pueda mover a Andalucía», afirma. «Me ha venido muy bien tener que salir para buscarme las habichuelas, te desarrollas un montón». No obstante, Rocío García reconoce que siente «pena» por estar lejos de su familia y apunta que «mi abuela está malita y no puedo estar con ella, pero ellos lo entienden, saben que me tengo que buscar un futuro y ya volveré». Alba Hinojosa: "Me planteé dejar la enfermería" Alba Hinojosa. / CÓRDOBA «Mi caso es más grave, porque tengo bastantes puntos en bolsa, pero ni siquiera la tenemos actualizada. Las promociones desde 2021 no existen para el sistema público», lamenta Alba Hinojosa, enfermera cordobesa que trabaja en Navarra. Terminó sus estudios en 2020, cuando se declaró la pandemia de covid, y «ahí sí había trabajo», recuerda. Ella trabajó dos meses, porque estaba estudiando el EIR (Enfermera Interna Residente). En 2021, cuando lo aprobó, se marchó a Jerez de la Frontera. Tras dos años trabajando como profesional en formación, solo tuvo un contrato en Navidad y otro en enero, por una epidemia de gripe. Llegó de nuevo el desempleo, pese a tener una especialidad como enfermera de familia. En el verano de 2024, compatibilizó su labor en una residencia de mayores y en el Servicio Andaluz de Salud, pero tras esto, ante la incertidumbre laboral, se trasladó a Logroño (La Rioja). Al poco tiempo la llamaron de Navarra, donde no le han faltado oportunidades en centros de salud. «En Andalucía era imposible. Me planteé dejar la enfermería. Solo podía acceder a una clínica privada y para eso me metía en una empresa de comida rápida y no hacía noches», subraya, en alusión a los salarios. En Navarra «se trabaja menos y se gana más», por lo que afirma que «de momento, me quedo aquí. Ya volveré». Laura Camacho: "Vinimos porque ofrecían ocho meses" Laura Camacho (i). / CÓRDOBA La enfermera cordobesa Laura Camacho, de 21 años de edad, finalizó sus estudios hace un mes y ya se encuentra trabajando en Valladolid junto a su pareja, José Bollero, y otros compañeros de clase. En su caso, ha sido contratada en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid. «Vinimos porque ofrecían ocho meses, hasta el 31 de enero, pero cuando me llamaron se había quedado libre una plaza indefinida y he tenido la suerte de cogerla, estoy haciendo una sustitución», explica. Laura admite que está «encantada, no me lo esperaba», ya que la alternativa podría haber sido el paro sin prestación por no haber generado derecho a ello todavía. Otros compañeros también están emigrando a Castilla y León, y a Cataluña. Opina que «desde que empiezas a ver cómo va la sanidad, quien no se lo plantee es porque no es realista». No obstante, también apunta que uno de los hándicaps es el acceso a la vivienda. Ella contaba con ahorros, «pero muchos compañeros se han quedado en la privada para conseguir dinero y emigrar con algo. No podían permitirse ir a vivir fuera, sobre todo, por los primeros meses, hasta que cobras», precisa. En esta joven persiste, sin embargo, el deseo de regresar. «Lo estamos haciendo para volver lo antes posible. La idea es venir a Andalucía cuando podamos tener contratos decentes», subraya. Suscríbete para seguir leyendo

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