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  • «Hemos conseguido que los vecinos de Las Palmeras tengan orgullo de barrio»

    » Diario Cordoba

    Fecha: 22/06/2025 17:07

    -Acaba de presentar los primeros resultados del proyecto In Habit de la Universidad de Córdoba con el que han trabajado en Las Palmeras durante cinco años. ¿Han llegado a alguna conclusión sobre las causas de la larga historia de marginación de este barrio? -Nuestro proyecto no iba tanto de las causas, sino de investigar cómo al realizar acciones combinadas se puede mejorar la salud y el bienestar de los vecinos. En el caso de Palmeras, nuestro método de trabajo se ha basado en, antes de hacer una infraestructura física, ya sea una plaza o plantar árboles, crear un espacio de interacción y dinamización para implicar a los usuarios finales, a los habitantes del barrio. Para mí, los resultados positivos que hemos obtenido se deben a que hemos llegado con un proyecto abierto. La mayoría de proyectos de este tipo establecen una serie de acciones sin tener en cuenta lo que quiere la gente que vive en el terreno. Nosotros les dijimos: Queremos mejorar la salud y el bienestar del barrio, ¿qué creéis que hace falta? Otra clave es el plazo del proyecto. Yo podía haber pedido entre tres años y medio y cinco, el presupuesto era el mismo, pero lo pedí a cinco años porque estos procesos son lentos y necesitan madurar para funcionar. Y el tercero y más importante, es la dinamización que hemos hecho para que los habitantes vean suyo el proyecto, para crear un sentido de propiedad e identidad con las cosas se han hecho, para que las cuiden, las respeten y las consideren suyas. El merendero ya es el merendero de Las Palmeras, el mural, la plaza repintada y llena de árboles son suyos. -¿Cómo puede un mural, un merendero o la plantación de árboles paliar los problemas de uno de los barrios más pobres de España? -Puede ayudar porque la gente siente que importa a la administración pública, que Bruselas, que vemos muy lejana, es capaz de dar dinero para trabajar en su barrio. De repente, ocurre lo que nunca ha ocurrido. Estamos hablando de personas a las que no se ha escuchado nunca con respeto y que ven no solo que se les escucha, sino que se hace lo que ellos deciden. Hemos creado un comité de barrio con vecinas, asociaciones que trabajan en el barrio del que salía la primera idea de trabajo. Eso se discutía después con empresas de Córdoba, asociaciones, instituciones, veíamos los permisos, la gente que podía apoyar... Ese era un segundo nivel de interacción con un feedback de «esto sí, esto no», ajustes y un alineamiento para hacer posible lo que querían, siempre que fuera posible. También hemos luchado mucho contra el estigma que tiene este barrio y te puedo asegurar que hay gente que antes ocultaba que es de Palmeras y ahora sale en los medios de comunicación diciendo que se siente orgullosa de ser de allí porque tiene el mejor mural de Córdoba, el más grande, y un merendero que si alguien quiere puede ir a verlo. Han visto que su voz se ha escuchado y que ha venido gente de otros países y les ha interesado el barrio, lo han visitado y han aportado ideas para mejorarlo, además, ellos han estado en otros países, han aportado ideas y se les ha dado voz. Los vecinos de Palmeras son ciudadanos como los demás, pero ninguna de las fiestas que se celebran en Córdoba llegan allí. En las cruces, hay cruces en todos los barrios y allí no; en Navidad, hay luces en todas partes y allí no. Ese tipo de cosas, ese acceso a la cultura de Córdoba, lo hemos potenciado, hemos celebrado con ellos todas las fiestas y hemos creado posibilidades para que lo hagan. Les hemos acercado al patrimonio cultural de Córdoba con visitas a un montón de sitios, al Jardín Botánico, a la Mezquita de noche, hemos sido un detonante para que puedan acceder a cosas que no estaban a su alcance. Además, Palmeras es un barrio muy sectorializado por patios, la gente de cada patio difícilmente va a otros patios, pero nosotros hemos hecho que se muevan, hemos intentado mejorar los patios en función de la participación de sus vecinos, pero mejorarlos todos, darles opciones y al final se han creado vínculos que antes no existían. -¿Qué tipo de cosas pedían los vecinos que no se podían hacer? -Nos pedían un parque de juego para los niños, pero yo no me puedo hacer responsable de hacer un parque que conlleva unas responsabilidades civiles, nosotros hemos plantado árboles donde había alcorques, pero no hemos puesto ningún árbol nuevo. La gente se queja también de que hay mucha inseguridad en el barrio, pero ante eso nosotros no podíamos hacer nada. Los vecinos de Palmeras tienen que salir del barrio, coger un coche o un autobús, para comprar fruta, carne o pescado fresco -In Habit hablaba de innovaciones para mejorar la salud y el bienestar de las zonas desfavorecidas de las ciudades. ¿Hay indicadores que constaten los resultados en salud de estos cinco años? -Nosotros no teníamos médicos, no hemos hecho salud clínica, pero sí talleres de alimentación saludable. No puedo decir que ha cambiado el nivel de obesidad del barrio porque sigue siendo muy alto, pero tenemos un artículo que deja claro que Las Palmeras es un desierto alimentario, no hay tiendas donde comprar alimentos sanos. Ya no es que te los puedas permitir, es que tienes que salir del barrio, coger un coche o un autobús, para comprar fruta, pescado o carne fresca. Tenemos datos de cómo se ha incrementado el uso de la plaza desde que está mejorada porque ya no es un lugar sucio y gris. Hemos mejorado el espacio y la gente lo usa más. Antes del merendero no existía ningún sitio donde la gente se pudiera sentar a comer y nos dicen que en verano hay cola para cenar al fresco. También hemos hecho un análisis de las noticias en los medios sobre Las Palmeras y, gracias al proyecto, se ha puesto mucho más el foco en una imagen positiva del barrio mientras que antes solo salían cosas negativas. Para dar datos concretos es pronto porque todavía estamos con los últimos análisis. -Muchos proyectos de este tipo solo consiguen maquillar los problemas. ¿In Habit ha realizado cambios estructurales que vayan a perdurar? -Eso es un trabajo de mucha gente en el que las administraciones públicas tienen una labor muy importante. La Universidad de Córdoba seguirá trabajando al menos un año más, nos hemos comprometido a seguir con los talleres de dinamización, a seguir dando oportunidades al barrio de la manera que podamos. Ahora mismo todavía no nos hemos planteado cómo hacerlo, pero hay un compromiso de seguir trabajando con ellos para que lo que se ha hecho que no se pierda. -¿Hay cambios evidentes desde la primera vez que fue a la situación actual? -Lo veo un entorno muy mejorado. Yo entré en un barrio con una plaza sucia, asquerosa, sin pintar, degradada, con solo dos árboles y hoy hay una plaza preciosa. Cuando empezamos a trabajar teníamos miedo a posibles destrozos. Hicimos el merendero y empezamos a contar días sin que se vandalizara y ya lleva tres años y yo invitaría a verlo. De vez en cuando, la gente va y limpia un poquito, pero ahí sigue, igual que las flores que se han plantado. Hemos plantado 300 árboles y en los primeros seis meses hemos tenido una tasa de éxito del 90%. Eso es casi ciencia ficción. Hemos hecho todos los trabajos con empresas de albañilería, de pintura, de jardinería de Palmeras y eso les valdrá para incluir en su curriculum que han trabajado para un proyecto europeo, que son fiables. Esas cosas que a lo mejor a nivel de números no se ven, a nivel cualitativo, de transformación de la gente buena, la que está implicada con el barrio, nos parecen muy importantes. En estos barrios desfavorecidos, no se puede trabajar con horario de funcionario, de 8 a 3 -¿Y en los vecinos? -Yo diría que hemos conseguido que los vecinos de Palmeras ahora tengan orgullo de barrio, ha habido un cambio de mentalidad y ahora pueden decirlo con la boca grande. -¿Qué lección deben aprender las administraciones de In Habit? -Que hay que cambiar la forma de trabajar con estos barrios, que no se puede llegar con proyectos cerrados, en los que tú tomas todas las decisiones sin escuchar a la gente, ni con proyectos a corto plazo, sin continuidad, que no consiguen resultados, que hay que hacer protagonistas a los vecinos, reconocer lo que hacen. Hay que ir sin prejuicios y crear sinergias, nosotros hemos contado con muchos voluntarios del barrio. Que entiendan que ya son muchos años de actuaciones fallidas y a lo mejor hay que intentar otras cosas y no insistir en lo mismo, aunque eso requiera mucho esfuerzo y gente muy implicada. Una de las claves de In Habit es haber contado con investigadores que sabían lo que hacían, tenían una buena formación como trabajadores sociales, como educadores, como sociólogos, tenían experiencia con colectivos vulnerables y un compromiso impresionante. Hay gente así que es la que hay que contratar para este tipo de cosas. No se puede trabajar en estos barrios desfavorecidos con horario de funcionario, de 8 a 3, porque a lo mejor, lo importante ocurre a otra hora. -¿In Habit solo ha trabajado en Las Palmeras? -No, tenemos otra experiencia preciosa en la casa de acogida de Cáritas, con personas sin hogar, donde hemos creado un huerto urbano y ahora estamos reacondicionando el patio de entrada a la casa, hemos trabajado de forma parecida, con usuarios que quieren implicarse. Hace falta formación porque esta gente tiene muy pocas habilidades sociales, su vida es la que es y no se relacionan con otros. Los llamamos el equipo verde, están súper orgullosos de su jardín y de pertenecer a un equipo que está creando algo. -El final de este proyecto coincide con su nombramiento como directora de la nueva Oficina Europea de Coordinación de la Investigación en Andalucía. ¿Se instalará en Bruselas? -Estaré a caballo. Esto es algo totalmente nuevo, un desafío que me ofrece la Junta de Andalucía e iremos poniéndolo en marcha poco a poco. En principio, no es un traslado, seguiré dando clases en la Universidad de Córdoba. El talento se retiene con buenas condiciones de trabajo, aquí todo es muy precario -¿Existe algo similar en otras comunidades? ¿Qué objetivos se ha marcado? -Sí, existen en las comunidades, las más avanzadas de España y en otros países europeos tienen algo parecido. El objetivo es posicionar al sistema andaluz de investigación e innovación en Bruselas, que se conozca quiénes somos, lo que hacemos, cuáles son nuestras potencialidades y transmitir información de primera mano de lo que pasa en Bruselas para atraer más fondos. Yo tengo que ser la voz y los oídos del sistema andaluz de investigación, enterarme de por dónde van los tiros, cuáles son las cosas que más interesan en cada momento para que cuando tú estés escribiendo un proyecto, yo te diga que metas una serie de ideas que es de lo que se está discutiendo. Porque además, desde que se escribe una convocatoria hasta que se presenta un proyecto, pueden pasar ocho o diez meses y en ese tiempo cambian muchas cosas. Hay que crear un sistema que permita que el investigador se dedique solo a investigar -Uno de los principales hándicaps de la investigación es la fuga de talentos. ¿Cómo se puede retener a los mejores investigadores en Andalucía? -Con buenas condiciones de trabajo, solo hay que mirar cómo funcionan los mejores. Aquí todo es muy precario, te obligan a renovar tu contrato, no sabes qué va a pasar el año que viene, cuando estará a la partida para tu proyecto. Hay que apostar fuerte y crear un sistema de acompañamiento potente porque somos capaces de hacer muy buenos proyectos, competir y ganar. Luego, la ejecución del proyecto, sobre todo si eres coordinador... Yo soy la persona que más proyectos de programas marco de la UCO ha coordinado. Ejecutar esos proyectos lleva muchísimo trabajo financiero, legal, de justificación que termina recayendo en el investigador. En las universidades extranjeras, me quedo alucinada de que si tienes un problema que no sea estrictamente de investigación siempre hay alguien que te lo resuelve. Aquí, necesitamos un sistema de acompañamiento que permita que el investigador solamente se dedique a investigar. -¿La oficina tiene presupuesto? -De momento, solo para los costes de funcionamiento. -¿Cuáles son los puntos fuertes de la UCO para abrirse paso en Europa? -La UCO está en puestos altos en los rankings de investigación y puede captar muchos proyectos, somos potentes en agroalimentación, en salud, en temas relacionados con la biotecnología y química. Suscríbete para seguir leyendo

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