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» Diario Cordoba
Fecha: 22/06/2025 17:07
El fútbol no olvida, es una realidad, y tampoco lo hacen quienes lo han vivido desde dentro. Y es que la vuelta del Real Oviedo a Primera División ha removido emociones en muchos rincones del país, pero en Córdoba ha dejado una resonancia especial… Porque dos de los pilares técnicos del Córdoba CF, Iván Ania y Gaspar Gálvez, saben mejor que nadie lo que supone ese regreso a la élite del club asturiano. Ambos, protagonistas en aquella plantilla oviedista del curso 2000-2001, vivieron en primera persona el amargo descenso que, hasta este domingo, marcaba el último capítulo del Oviedo en la máxima categoría. Han pasado casi 25 años desde entonces, 24 concretamente. Por aquel entonces, Ania era una de las grandes joyas de El Requexón. Natural de Oviedo, formado en la casa, y con apenas 23 años, completó esa temporada como un indiscutible en la ofensiva del conjunto dirigido por Radomir Antic. Disputó 36 partidos, 33 de ellos como titular, sumando más de 2.600 minutos y anotando cinco goles. Fue, sin duda, uno de los rostros que más representó aquella lucha fallida por evitar el descenso, que se consumó en la última jornada tras una dolorosa derrota ante el Mallorca en Son Moix (4-2), el 17 de junio de 2001. Por su parte, Gaspar Gálvez comenzaba entonces a escribir también sus primeras líneas como profesional. El central cordobés, cedido por el Atlético de Madrid, recaló en el Carlos Tartiere en el segundo tramo de aquella campaña y se ganó un sitio en el eje de la zaga: 18 partidos disputados, 17 como titular, y más de 1.500 minutos sobre el verde. Fue su única experiencia en Asturias, pero dejó huella en una etapa que, aunque breve, le marcó por su significado. Gaspar Gálvez, al frente del filial del Córdoba CF este curso, junto a Javi Flores y Antonio Fernández Monterrubio. / CCF Una conexión que perdura Por tanto, más de dos décadas después, la historia ha cerrado un círculo tan extraño como emotivo. Iván Ania, ovetense de cuna y aficionado declarado del conjunto carbayón, ha vivido desde la distancia -aunque no con indiferencia- ese regreso de su club de origen a Primera. Esta temporada, además, lo ha hecho por primera vez siguiendo también su avance como rival: primero ganando en el Tartiere con el Córdoba CF en un encuentro especial a título personal, y después empatando en El Arcángel en el segundo duelo del curso. Así que es una obviedad, existe una conexión -doble- de lo más íntima entre el blanquiverde y el carbayón en estos momentos. Y el ahora entrenador califal guarda esa relación de afecto y respeto con su Oviedo, pese a que su etapa como técnico del filial azul -donde dio algunos de sus primeros pasos en los banquillos- no concluyó de la mejor forma. Pero la emoción ha estado ahí, viva y latente. Como en el caso de Gálvez u otros tantos nombres propios de aquel equipo que hoy por hoy siguen resonando en el fútbol: el icónico Juan Carlos Unzué, el propio Velko Paunovic, hoy técnico y artífice de la gesta oviedista; el guardameta Esteban Suárez, Oli Álvarez… Juntos, Ania y Gálvez, representan en Córdoba la memoria viva de aquel último Oviedo en Primera, al que para regocijo de ambos le queda poco para caducar. Suscríbete para seguir leyendo
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