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Concordia » Libre Entre Rios
Fecha: 22/06/2025 14:44
Compartilo con Un grave escándalo de presunta corrupción sacude a los comedores escolares de Concordia, culminando con el desplazamiento de su coordinadora, Silvina Soledad Murúa. Designada por el propio gobernador Rogelio Frigerio, Murúa pasó de ser la denunciante de un sistema fraudulento a la principal investigada por un presunto desvío de más de 100 millones de pesos, en una trama que involucra a empresarios, audios comprometedores y un fuerte cruce político. El gobierno provincial oficializó su cese a través de un decreto firmado por Frigerio y la ministra de Desarrollo Humano, Verónica Berisso, argumentando una “necesidad de reorganizar” el área. Sin embargo, detrás de la formalidad administrativa se esconde una investigación por graves irregularidades. Una auditoría interna sobre los gastos de marzo y abril de 2025 encendió las alarmas. Un primer cruce de datos en 21 comedores detectó un posible desvío de $ 66.143.225. Una segunda estimación, más amplia, considerando 37 escuelas, elevó la cifra a $ 103.738.136, revelando una abismal diferencia entre los fondos enviados y los alimentos realmente comprados. A esto se suma la acusación de nepotismo, ya que Murúa habría contratado a su hermana, quien reside y trabaja como docente en Corrientes, haciendo imposible la prestación de servicios en Concordia. De denunciante a denunciada: la paradoja de una gestión La historia de Murúa está marcada por una profunda ironía. En marzo de 2024, al asumir el cargo, inició su gestión con una denuncia penal por malversación de fondos públicos en la administración anterior. Apoyada en pruebas como chats de WhatsApp, expuso un mecanismo de compras simuladas, facturas falsas y desvío de dinero a bolsillos de responsables de comedores, docentes y cocineros, que utilizaban la tarjeta SIDECREER para obtener efectivo a cambio de una comisión para el comerciante. Un año después, la funcionaria que buscaba desenmascarar la corrupción quedó en el centro de un esquema similar al que había denunciado, sospechada de haber cometido las mismas irregularidades. El audio, los empresarios y el modus operandi Tras el escándalo por desvío de fondos en comedores escolares de Concordia, excoordinadora sostiene que “me hicieron una cama”. La investigación dio un giro dramático con la filtración de un audio que registra una supuesta conversación entre Silvina Murúa y el joven empresario Iñaki Partarrié, de la distribuidora “Ahora Voy S.R.L.”. En el diálogo, Murúa reclama por un supuesto faltante en fajos de dinero en efectivo. Murúa: —Todos vinieron de 80. No sé quién te está contando toda la plata, pero todos los toquitos vinieron de 80. Iñaki: —¿Qué? Murúa: —Fui a comprar los dólares, y a todos (los fajos) les faltaban 20 mil pesos. A uno 19.000… Iñaki: —No, sí, esa plata puntualmente me la había dado mi viejo… Murúa: —Bueno, tu papá te está cagando mal. El audio, que debe ser peritado por la justicia, pone en el centro de la escena a Iñaki Partarrié y a su padre, Martín Partarrié, quienes a través de sus empresas “Ahora Voy S.R.L.” y “Partarrié Distribuciones S.A.S.” se habrían convertido en proveedores clave tanto a nivel provincial como municipal, facturando cientos de millones de pesos. El presunto mecanismo consistía en que Murúa, a través de personal de confianza ubicado en las escuelas, direccionaba las compras hacia estos proveedores. Una vez acreditados los fondos en la tarjeta SIDECREER, se entregaba el total a las empresas, que devolvían mercadería por un valor inferior y entregaban la diferencia en efectivo, generando el dinero para los supuestos sobornos. La trama política y las acusaciones cruzadas El escándalo también desató una tormenta política. El diputado provincial Marcelo López (Juntos por Entre Ríos), admitió haber propuesto a Murúa para el cargo, pero aseguró que fue él mismo quien pidió su remoción tras recibir denuncias. “Le hice notar los rumores de estas irregularidades y le pedí una explicación”, afirmó López, quien además intentó desvincularse señalando que Murúa “se había apartado para militar con la gente del Movimiento de Integración y Desarrollo (MID)”. La excoordinadora de comedores escolares de Concordia, Silvina Soledad Murúa, flanqueada por la izquierda por su exmentor, el diputado provincial Marcelo López, y por el director Departamental de Educación, Julio Barrios, por la derecha. La respuesta del MID fue inmediata y contundente, negando en un comunicado “vínculo alguno de carácter político” con la exfuncionaria y rechazando los intentos de vincular al partido con el caso. Mientras tanto, el gobierno provincial actuó suspendiendo como proveedores del Estado a las dos empresas de la familia Partarrié, en una medida solicitada por el director de Comedores, Lautaro Azzalini, a raíz de las irregularidades detectadas en el manejo de los fondos de los comedores escolares de Concordia. La defensa de Murúa: “Me hicieron una cama” En una reciente entrevista, Silvina Murúa se defendió de las acusaciones. “Básicamente, se me está acusando de lo mismo que yo denuncié”, afirmó. Sostuvo que el audio está “editado y sacado de contexto” y que la conversación sobre dinero no tenía relación con fondos públicos. Murúa aseguró que, cuando planteó sus sospechas, en marzo de 2024, desde el gobierno provincial le pidieron que “dejara de molestar” con sus denuncias y que se siente abandonada. “Me dijeron que no querían que jugara al policía. Fui a Paraná, hablé con todos, menos con el gobernador, y nadie hizo nada. Ahora quieren que la culpable sea yo. Me dejaron sola”, expresó, asegurando que fue víctima de “una cama”. Con la investigación judicial en ciernes, la palabra final la tendrán los tribunales, que deberán determinar si la funcionaria que llegó para limpiar la corrupción en los comedores terminó siendo parte de ella o si, como ella misma alega, fue una víctima del sistema que intentó combatir. Fuentes: Ahora Entre Ríos, Análisis, El Entre Ríos, El Once, Diario Junio, Diario Río Uruguay.
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