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» La Capital
Fecha: 22/06/2025 14:07
De la mano de festivales, música electrónica, shows, eventos deportivos e hitos como el Olga Day, la ciudad se recuperó de la turbulencia de la violencia y atraviesa un resurgir de público 20/40 que la visita con mayor confianza De a poco Rosario recobra cierto halo cool, joven y amigable que había perdido a manos del incremento de la inseguridad y la muerte de la nocturnidad . La movida electrónica creciente, la cantidad de artistas nacionales que llegan con grandes shows, festivales, eventos deportivos, gastronómicos e hitos como el Olga Day o la fiesta del Día de la Bandera son síntomas de una ciudad que recupera iniciativa y ofrece atractivos para el turismo joven . Años atrás, cuando Rosario era una ciudad valorada por su escala (que Roberto Fontanarrosa llamó "humana", porque es grande pero se llega rápido a todos lados), cierto carácter rebelde e irreverente de su vida artística y cultural, y la fama de su noche de la mano de una fuerte oferta de boliches , atraían visitantes porteños y cordobeses de fin de semana, ligados al ocio y el esparcimiento : era común ver grupos de amigos, amigas y despedidas de solteros por las calles. En algún momento de los últimos 15 años, eso empezó a decaer. El miedo por el incremento de la violencia urbana, y la decisión política de controlar excesivamente la noche por parte de las gestiones socialistas, como manera de zanjar conflictos con los vecinos por horarios, desmanes y ruidos, más la pandemia como golpe de gracia , destruyeron un cordón autogestivo de bares culturales y espacios pequeños y medianos de conformación de cultura a través de la música y otras expresiones. Pero luego del impacto que significó el marzo negro de 2024, con los atentados narco contra trabajadores, y la espectacularización que se hizo del tema en los medios nacionales , comenzó otra etapa. Durante meses, el turismo lo sufrió con fuerza: casi nadie quería venir a Rosario . El temor era muy evidente. Con el tiempo, y un notorio despliegue estatal, paulatinamente los índices de delincuencia y los homicidios bajaron. Empezó a reinar un clima de mayor seguridad en las calles. 81176917.jpeg Esto despertó nuevamente a los organizadores de eventos y productores. Volvió el turismo de cercanía, luego el de otras provincias, los eventos deportivos, espectáculos, grandes recitales, fiestas de cumbia o música electrónica, obras de teatro, reuniones y convenciones, y la chispa se contagió a otros rubros, como el gastronómico, que volvió con ferias de vinos, festivales de hamburguesas y vermut. Paralelamente, cambios normativos propiciaron la tibia regeneración del tejido de bares y espacios con una mirada artístico-cultural. >> Leer más: Nicki Nicole dijo presente en el Monumento a la Bandera y cantó para una multitud de fanáticos Los shows como imanes El productor de espectáculos Gastón Abiad (MA Producciones) afirma que los shows de peso son un gran imán de visitantes: "El 85% de los espectáculos de rock y pop está apuntado a públicos de entre 20 y 40 años. Si el show es importante, vienen desde el norte de Buenos Aires, el interior de Santa Fe y el sur de Córdoba. Y hoy Rosario recibe espectáculos de calidad internacional que antes de la pandemia no llegaban. La gira de Duki que hizo solo tres ciudades del interior, Lali o los colombianos Morat que llegan en octubre", ejemplificó. De esos grandes públicos, el 20% son personas que vienen desde otros lugares, por fuera del Gran Rosario. Y el porcentaje está más alto que en otros momentos históricos, producto de las facilidades para sacar la entrada y para hacer una comunicación segmentada por internet. Según Abiad, casi todos se quedan a dormir en la ciudad después del show, porque van a comer o al boliche. No son los únicos eventos convocantes de público externo: "Las fiestas electrónicas tienen una excelencia artística y de producción que no se ve en otros lugares del país. Se suman a fiestas populares como Un Poco de Ruido, el Cumbión del Paraná y festivales como el Bandera. Cuando empezás a tener una agenda sostenida en el tiempo y una ciudad con todos los servicios (bares, noche, atracciones turísticas) la oferta empieza a generar su propia demanda. Se instala esa idea de que en Rosario siempre hay algo para hacer", apuntó. En ese sentido, remarcó que ninguna ciudad del interior tiene la infraestructura de esparcimiento que tiene Rosario: "Boliches como Taura, complejo Forest, el Bioceres Arena, la Sala de las Artes, Jaguar House, Metropolitano, el Hipódromo, la ex-Rural, el Anfiteatro, el Autódromo. Teatros de la categoría del Broadway, el Astengo y El Círculo. Sumado a un mediano como La Comedia y uno más chico como Lavardén. No existe en otro lado esa variedad", aseguró. >> Leer más: Explosión piojosa en Rosario: una noche histórica para la banda que cruza generaciones Agenda cultural y deportiva "Cuando hay agenda rockera o cultural, la demanda se activa. El recital de Los Piojos fue un caso que nos sorprendió: tuvo un movimiento de hotelero muy amplio, que superó por mucho al del fin de semana largo anterior, que había sido flojo. Lo mismo sucede con los recitales en la ex-Rural: impactan directamente en hoteles de 3 y 4 estrellas, aparts y también en la oferta informal de alquileres temporarios. Incluso algo en la categoría 5 estrellas", testificó el hotelero Damián Auzunbud (Howard Johnson), también presidente de la cámara que los nuclea. Si bien hay muchos que vienen desde cerca y no pernoctan, el empresario cree que se animó a visitar, se va contento con la ciudad: "Muchos llegan con ciertos temores por la imagen que arrastra Rosario de años anteriores. Va a llevar tiempo cambiar eso, pero lo estamos logrando. Lo de Olga fue excelente en ese sentido: un evento gratuito, de alto impacto, que mostró una Rosario vivible, en un entorno simbólico como el Monumento a la Bandera. Fue una linda propuesta desde lo artístico, con productos locales", subrayó. En ese marco, está viendo una recuperación de la ocupación los fines de semana. "Empieza a volver el turismo familiar que se había alejado, incluso con propuestas como la Promesa a la Bandera, y se nota también en la cantidad de consultas. Cuando hay agenda cultural o eventos deportivos bien articulados entre lo público y lo privado, se nota. Y cuando no hay, la ocupación cae, porque convivimos con un momento económico delicado para el mercado interno, y con un turismo corporativo que post pandemia tiene un piso más bajo", dijo. "Tuvimos los Juegos Suramericanos de Playa, vamos a tener los Juegos Jadar y el año que viene los Odesur. Cada vez la apuesta es mayor. No muchas ciudades pueden organizar algo así. Y cuando eso pasa, todos trabajamos bien: hoteles, gastronomía, transporte. Vienen periodistas, familiares, asistentes. Y el impacto en el posicionamiento futuro de la ciudad es muy fuerte. No se mide solo durante el evento. Pasó con el Dakar, que mostró Rosario al mundo", destacó. >>Leer más: Metropolitano: el Messi de los espacios de música electrónica Cambio de imagen Para Alejandra Mattheus, secretaria de Deporte y Turismo, Rosario atravesó en el último tiempo un cambio de perfil como ciudad producto del salto cualitativo en la agenda de eventos. "Esto dinamizó la vida urbana y profundizó el punto de inflexión en la forma en que la ciudad es vista a nivel nacional. Rosario se animó a renovar su propuesta y hoy es uno de los destinos más elegidos. Fue el resultado de una construcción sostenida, con trabajo público y privado, y una mirada integral del turismo, la cultura, el deporte y el espacio público", insistió. Según la funcionaria, de este modo "Rosario se convirtió en una ciudad que ya no es solo de paso o una opción para escapadas: es un lugar al que se viene a vivir experiencias. Esa transformación impactó directamente en la llegada de visitantes durante todo el año, con una fuerte presencia de jóvenes, atraídos por una combinación única de naturaleza, entretenimiento, cultura y deporte. Es una ciudad con identidad, moderna, atractiva y con capacidad para recibir distintos públicos", describió. Así, "la ciudad cuenta hoy con una agenda plural, con eventos para todos los gustos, donde conviven espectáculos masivos, actividades al aire libre, competencias deportivas, espacios para la recreación y una gastronomía en expansión. Esta vitalidad no solo moviliza al turismo: también fortalece la identidad local y dinamiza sectores estratégicos como la hotelería, el comercio y los servicios", agregó la secretaria. Según datos de Turismo, la percepción del turista sobre la ciudad es muy positiva: más del 85% la califican como “muy buena” o “excelente”, y el 99% de quienes la visitan aseguran que la recomendarían a otras personas. "Hoy vemos algo muy valioso: mucha gente que viene por primera vez y quiere volver. Y eso tiene que ver con una ciudad que se muestra auténtica, que ofrece experiencias y que se siente viva. El turismo es desarrollo, pero también es identidad, encuentro y construcción de comunidad", definió Mattheus. >> Leer más: Lali y las mil Lalis: la cantante atendió al demonio en Rosario ¿Renacer? Hubo un tiempo en que la ciudad era expulsiva. Hoy eso cambió. Hay una especie de revival, una sensación colectiva de que Rosario está volviendo a ser lo que nunca debió dejar de ser. Salir de una crisis tan espantosa y, en apenas un año, mostrar este perfil, también habla de un músculo, de una capacidad de reacción potente. Eso se dio, por un lado, por la fuerza de la política pública, pero también por la convicción del sector privado, que trabajó mancomunadamente para revertir esa imagen negativa. Y una vez logrado ese objetivo, para responder con inversión, propuestas, proyectos concretos de quienes creen en la idea de Rosario como una ciudad que merece ser visitada, recorrida y vivida. Rosario es una ciudad querida en el país. Quizás porque no es capital de provincia, porque se hizo a sí misma, porque es generadora constante de cultura, de política, de ideas. Y hoy hay un contexto favorable para aprovechar eso. Se percibe incluso como un alivio, un suspiro, desde afuera: “Qué bueno que Rosario está volviendo a ser Rosario”. Es necesario expandir ese momento con esa capacidad tan rosarina de volver a sorprender.
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