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» Corrienteshoy
Fecha: 22/06/2025 08:21
Cinco ideas sencillas para que los niños lean en verano (y algunas recomendaciones) Quién no recuerda algún libro que le dejó huella en una de esas interminables tardes infantiles de verano. Termina el curso escolar y las largas vacaciones en el horizonte son ideales para que los más pequeños disfruten con calma del placer de la lectura. Los expertos avisan de que parar por completo la actividad de aprendizaje durante los dos o tres meses de verano, puede ralentizar o tener consecuencias negativas en los niños. Por eso una buena recomendación es fomentar las condiciones propicias para que los más pequeños aprecien la lectura como principal opción frente al "aburrimiento". Cinco ideas sencillas para fomentar la lectura en los niños este verano Según el Barómetro de Hábitos de Lectura de 2024, el 84% de los niños de 6 a 9 años y el 91% de los de 10 a 14, leen libros (más allá de los escolares). No obstante, el verano a menudo puede suponer una pausa en este hábito, lo que se traduce en una pérdida de destreza lectora, vocabulario y comprensión. La editorial SM comparte algunas de sus recomendaciones para que el ánimo lector no decaiga entre las actividades infantiles durante los meses de verano. Te damos algunas claves. 1. Dar ejemplo (obvio, pero funciona) Predicar con el ejemplo es uno de los consejos más antiguos y a la vez tópicos. Pero es que no hay misterios. La fórmula (si es que existe) para que un niño o niña se aficione a la lectura, pasa inevitablemente porque vean a sus padres leer. Como es sabido, la conducta de aprendizaje es fundamentalmente imitativa durante los 12 primeros años de vida. Esta es la razón fundamental por la que, si un niño ve a sus padres y sus hermanos mayores leer con gusto, aumentan las posibilidades de que perciban la lectura como un entretenimiento natural y atractivo. Ojo, no vale llevar un libro siempre encima, ni esconder el móvil y agarrar un tomo de Dickens en cuanto un niño aparece en el salón. Si el hábito no es habitual y sincero, lo más probable es que la impostura resulte contraproducente. 2. Deja que elijan los libros que les apetece leer Cuando eres niño, no hay libro malo ni lectura menor. Dentro de un rango lógico, evidentemente. Aunque tendamos a pensar que no es así, a esas edades los niños ya tienen sus gustos y orientaciones intelectuales bastante definidas. Por lo tanto, es positivo acompañarles a la librería o la biblioteca, pero una vez allí dejarles que se muevan a su gusto, que hojeen, que pregunten, que compartan, sin ninguna supervisión ni influencia adulta. Dejemos que sean ellos mismos quienes escojan lo que quieren leer, ya sean novelas, libros de ciencia o divulgación, cómics o fantasía. Cualquier lectura es buena para fomentar su motivación, si además va acompañada de una autonomía en la elección que reforzará su criterio y autoestima. Por otro lado, afianzar la buena costumbre de visitar juntos librerías o bibliotecas puede convertirse en una rutina familiar muy enriquecedora, y desde luego refrescante en los calurosos días de verano. 3. Darles ideas para transformar la lectura en un juego. La lectura no debe ser jamás una imposición, ni una tarea, ni mucho menos un castigo. Está más que demostrado que estas prácticas autoritarias dan un resultado contrario al que se propone. Los expertos apuntan a otro de los elementos que contribuye a reforzar el gusto por la lectura, tiene que ver con la concepción del hábito de leer como un momento de disfrute, un juego en el que se entra por placer y no por obligación. Escribir un diario de lecturas, dibujar a los personajes, establecer retos que les motiven (como leer una cantidad determinada de libros e inventar una recompensa, que puede formar parte de sus juegos), e incluso imaginar finales alternativos a sus lecturas, refuerzan la comprensión lectora y estimulan la expresión artística. Además, para lectores infantiles nivel profesional, se puede profundizar en temas que han leído con excursiones a museos, recetas, manualidades o documentales. 4. Hacer que la lectura se convierta en una afición Parece otra obviedad, y quizá lo es, pero si conseguimos que los niños perciban la lectura como un acto cotidiano y natural, seguramente se convertirán en grandes lectores. O si no en grandes lectores (en cuanto a calidad o profundidad), sí en adultos que sabrán que, pase lo que pase en la vida, tener un libro cerca será un sinónimo de salvavidas y calma. Es importante que tengan un momento más o menos fijo, aunque sea breve, para fomentar la constancia y que arraigue el hábito. Que no dejen de leer durante más de uno o dos días, aunque sea unos minutos, aunque sea simplemente por la sensación física de abrir un libro, pasar las páginas y relajarse. Si un niño asimila esos minutos de lectura (que aumenten a horas ya es algo que deben decidir ellos, y no hay que tener impaciencia en este aspecto), sea en la cama antes de dormir, durante la tarde o después de desayunar, antes de bajar a la piscina o la playa, el niño establecerá esta rutina como parte natural de su día a día. 5. Hacerles partícipes de algún club de lectura formal o informal Las ideas para este consejo son variadas y múltiples. Sin duda, formar parte de un colectivo lector, con el que compartir libros, comentarios y experiencias, es muy enriquecedor, tanto en la edad infantil como para los adultos. No es necesario que el club de lectura sea formal (es raro la librería o institución cultural que no cuenta con uno o varios). También pueden organizarse sesiones informales de lectura compartida entre hermanos, amigos, primos o vecinos. Solo hay que elegir un libro, ponerlo en común y plantear un debate sobre si ha gustado o no la lectura, los personajes, etc. En este último caso, lo recomendable es que el adulto ayude en la organización del club de la manera más discreta posible. Las decisiones de qué leer y cómo plantear el debate debe estar a cargo del niño. Una buena práctica es que la elección del libro y dirección del debate recaiga en uno de los niños del club cada vez. Esta experiencia colectiva es también una excelente manera de fomentar el diálogo, el cruce de ideas y el entusiasmo por seguir leyendo. Seguir leyendo Fuente: https://www.telva.com/cultura/2025/06/22/6853d89701a2f19c9d8b45a3.html
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