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  • La rutina de tres horas laborales y el arte de delegar: cómo Pedro Buerbaum construyó un ecosistema de negocios multimillonarios con foco en la atención y el equilibrio personal

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 22/06/2025 05:09

    Pedro Buerbaum trabaja solo tres horas al día, basa su método en delegar de forma progresiva y mantener el foco con listas de tareas “Si tuviera que definirme con una palabra, te diría que soy emprendedor. No soy empresario. Emprendedor”. Así se presenta Pedro Buerbaum, el creador de negocios virales como La Pollería, que convirtió su marca personal en un ecosistema creativo y rentable. En La Fórmula Podcast, habló sobre su obsesión por la libertad, el deseo profundo de ser un padre presente y su manera poco convencional de trabajar apenas tres horas al día. Además, reflexionó sobre la atención como moneda del siglo XXI, el impacto de la inteligencia artificial, el poder de delegar y el autoengaño como método para diseñarse a uno mismo como si fuera un personaje de videojuego. El episodio completo ya está disponible en Spotify y YouTube. Pedro Buerbaum es un emprendedor en serie con una destacada presencia en redes sociales. Su trayectoria empresarial empezó en la adolescencia con tiendas online y una heladería. Más adelante conquistó la viralidad con La Pollería, una cadena de Waffles con formas sexuales provocadoras, alcanzando una facturación anual multimillonaria y expansión en España y Londres. También es cofundador de proyectos como Viral Projects y Blast, un club de inversión en startups, y es presentador del popular podcast WORLDCA$T. El emprendedor necesita diseñar su tiempo con precisión si quiere evitar que la operación del negocio consuma su energía (Imagen Ilustrativa Infobae) — Quiero empezar con una pregunta dirigida a la gente que tal vez es la primera vez que te está escuchando. ¿Quién es Pedro Buerbaum? — Yo si tuviera que definirme con una palabra te diría que soy emprendedor, por naturaleza soy emprendedor, no empresario, que para mí es diferente. Un empresario es alguien que le gusta montar una compañía, le gusta escalarla, dirigirla, a mí esa parte ya no me gusta. Yo lo que disfruto realmente son los tres primeros meses donde tengo una idea, le doy forma, lo cuido como mi bebé y en el momento que crece, si fuera por mí, crearía compañías y las vendería, no es tan fácil, entonces me toca gestionarlas. Y luego, a título personal, diría que soy una persona con un sueño muy claro y muy fuerte y ese sueño es tener muchos “cachorritos”, bebitos, muchos babys, pues define todo lo que hago básicamente. — ¿Sentís que ese sueño es el gran impulsor de todo lo que haces? — Ciento por ciento, no encuentro otra manera porque los negocios no cambian mi estilo de vida. La forma que le voy dando yo al ecosistema que construyo lo hago pensando en mis futuros hijos y priorizo mucho la libertad. Me gustaría ser un padre presente, que tiene tiempo libre, puede acompañar y disfrutar la infancia de sus hijos. Quiero que vean a su padre en forma, que tengan apoyo de su padre, que les pueda ayudar, darles seguridad financiera, seguridad a nivel protección física, entonces al final todo lo que hago pensando en ese objetivo. No cambia mi nivel de vida. Yo he pasado de ganar ciertas cantidades a multiplicar por 20, por 30, por 100 el dinero que ganaba y no cambia mi nivel de vida, no necesito un reloj de 80 mil dólares, ni coleccionar superdeportivos. — ¿El dinero no es algo que perseguís? — No, o sea no lo hago por dinero, lo hago porque es lo que me gusta, es lo que sé hacer, es como mi deporte, para mí es como si le dices a LeBron: “¿Por qué quieres meter más canastas? ¿Para qué te suban el salario el año que viene?”, “No, es porque es mi deporte, es lo que hago, lo que sé hacer, lo que me gusta y es mi medio para conseguir la vida que quiero conseguir” y el ser humano también es como que se acostumbra muy rápido a todo lo que es bueno, lo que es cómodo. Si mañana te vas al mejor hotel de Madrid, a un hotel de 5 estrellas y te ponen a vivir ahí, en la suite presidencial, el primer día es: “¡Guau!” una experiencia increíble, cuando llevas tres semanas la experiencia ya es un 8 de 10, cuando llevas tres meses ya es tu casa. Está bien resetear, te recomendaría si te dan esa oportunidad, decir: “Vete a un camping tres días, acampa, duerme en un coche, haz un recorrido con una furgoneta durmiendo en el maletero, para luego volver y otra vez es una experiencia brutal”. Yo trato también de ir reseteándome poco a poco para mantener ese aprecio por aquello a lo que tengo acceso y oportunidades de tener. La creatividad como activo principal permite construir valor incluso sin estructura ni capital inicial (Imagen Ilustrativa Infobae) — Contame cómo nació La Pollería, que fue el gran punto de inflexión en tu carrera. ¿Qué hacías antes? ¿Qué estabas buscando? ¿Cómo surgió la idea? — Yo viví un tiempo en Londres, ahí repartía comida en bici y veía un fenómeno muy claro que estaba apareciendo que es el hashtag foodie, que ahora es como super obvio, hay lugares a los que especialmente las mujeres van a sacar fotos para subirlas en Instagram, fotos que acaban inundando Pinterest y esos locales funcionan en un alto componente, precisamente, porque ofrecen eso, ofrecen lo que luego se llama el “postureo”. Pero cuando yo estaba en Londres hace más de 10 años, esto no era tan obvio. Yo veía locales que tenían cola y a veces era un monoproducto, vendían una cosa nada más, y era una magdalena rosada con purpurina con un cuerno de unicornio, y veía que tenía mucha fila por fuera, y que vendían las magdalenas el doble de caro que el resto y digo: “Vale, yo tengo que dar con un concepto así”, es bastante fácil, alquilas un local pequeño, mucha rotación, monoproducto, con lo cual puede funcionar como una fábrica prácticamente y ahí yo vuelvo a Madrid y monto una heladería, venían muchas influencers, todo el mundo sacaba fotos, el local estaba diseñado con un neón y se sacaban fotos, iba a viral, funcionaba muy bien. Y de repente se me ocurre la idea de la pollería. Esto es exactamente el mismo perfume en un frasco diferente, pero esto es más viral todavía, o sea yo decía: “Tú puede que consumas o no consumas el producto pero vas a hablar de ello”, los haters, la gente que se queja, el que pasa por fuera y envía una foto por el grupo de WhatsApp: “Mira qué locura abrieron”. Ahora parece muy obvio, la gente dice: “Está claro que iba a funcionar”; pero en ese momento no era tan obvio y yo me lo pensé, pero un día me dio el impulso y vi un local muy pequeñito en Chueca y dije: “Lo alquilo”. Era con lo mínimo de lo mínimo de lo mínimo que se puede iniciar un negocio y ahí empezó y fue una locura desde el segundo o tercer día. Había tres horas de cola por fuera, estaba en las noticias. Yo recuerdo, creo que fue el segundo día de llegar y esto era en un callejón, no es el local que tenemos ahora, era un callejón, un local muy pequeño, un desastre y veo un montón de gente por fuera y yo decía: “Pero si en este callejón nunca hay nadie, no sé qué estarán haciendo aquí”; y de repente empiezo a abrir la puerta y se me quedan mirando. Les digo “¿están aquí haciendo cola?” y me dicen: “Sí, sí”. La fila daba la vuelta a la manzana. Fue una locura todo. Las redes sociales son la palanca que permite convertir atención en negocios, escalar ideas y construir marcas sin inversión publicitaria directa, opinó Buerbaum (Imagen Ilustrativa Infobae) — ¿No te preocupaba que lo viral se agotara rápido? ¿Cómo pensaste en hacerlo sostenible más allá del impacto inicial? — Sí, yo lo tenía claro y decía: “Vivimos de la novedad y la novedad, que por definición no dura para siempre”. Decía que no iba a llegar ni a los dos años de vida y al final tiró más de lo que yo pensaba. Pero yo delegué absolutamente toda la gestión, dije: “Vamos a franquiciar el negocio, abran todas las tiendas que puedan, expandan esto lo más rápido posible, vamos a disfrutar este momento dulce” y yo ese año, cuando tomé esa decisión, intenté nueve, diez u once negocios diferentes, varios e-commerce, un montón de cosas, y una de ellas fue el podcast, que me acuerdo que mi padre me decía: “¿Pero tú eres imbécil? Tienes la gallina de los huevos de oro ¿qué haces ahora haciendo videitos en internet?”. La Pollería estaba booming en ese momento, estábamos abriendo tiendas, y yo mientras empecé el podcast. Yo siempre he tenido una trayectoria muy apalancada en las redes sociales, entendiendo que es el futuro, o que era el futuro en ese momento, y yo miraba a mi alrededor y veía, Kylie Jenner creo que se llama, con 21 años, una marca de maquillaje valorada en un billón; Conor McGregor, una marca de whisky vendiéndose por 600 millones; The Rock, Dwayne Johnson, una marca de tequila; Ryan Reynolds y demás. Toda la gente que tenía atención la estaba monetizando de una forma increíble y ahí dije: “Vale, vivimos 100% la industria de la atención”, entonces yo ahí me planteo dos escenarios, cuando empiezo el podcast, tengo plan A y tengo plan B, es decir que tengo un background de negocios, ya más o menos entiendo lo que estoy haciendo, he intentado muchas cosas, creo que tengo el know how. Plan A: voy a tratar de captar atención por medio de un podcast, de marca personal, y luego voy a construir negocio alrededor de ese ecosistema donde ya tengo la atención. Plan B, si no me funciona porque era un entorno ya saturado, había muchos podcasts, canales, contenido, de todo, si no lo consigo, lo que voy a hacer es tocar la puerta de personas que tiene la atención, como sería hoy un actor, un artista, lo que sea, les toco la puerta y les digo: “Oye, te construí un negocio, vamos 50/50, tú puedes seguir haciendo tus patrocinios, puedes seguir haciendo otros negocios, yo me encargo absolutamente de todo, lo apalanco con tu figura y levantamos una empresa de millones de valoración”. Y salió plan A. Pedro Buerbaum considera que pensar como emprendedor exige ver oportunidades donde otros solo ven límites o mercados saturados — ¿Qué tiene una marca personal que realmente funcione? — A la hora de capitalizar y de conseguir monetizar la atención, yo lo veo un juego de apalancamiento, ninguno de los que estamos aquí puede levantar en peso muerto un coche seguramente, pero con una palanca lo suficientemente larga, sólida y bien apoyada, podríamos levantar un coche haciendo un poquito de fuerza, entonces el apalancamiento, Arquímedes creo que decía: “Dame una palanca lo suficientemente larga y podré mover el mundo”, y es verdad. Hay varias palancas y el que sabe utilizarlas es el que puede crecer y no sólo crecer, sino crecer rápido, de forma exponencial y escalar su negocio al siguiente nivel. Está la mano de obra por una parte, la mano de obra es la palanca más antigua que existe en el planeta y por eso las generaciones anteriores la valoran tanto. Mi padre, si quisiera presumir con sus amigos de su hijo, la pregunta que me haría es “¿cuántos empleados tienes ahora?”. Él valora más que tengas 200 empleados a que tengas 5 y hagas medio millón al mes con 5 empleados nada más, entonces lo ve en mano de obra, esa es la palanca más antigua y la menos eficiente. Luego está la palanca del capital, yo estoy apalancando en todo al final porque entendiendo este juego, el capital, es decir, si tu eres un trader por ejemplo y tienes la habilidad de hacer, así funcionan los fondos de inversión, estamos apalancados en el capital de cientos y cientos de inversores que invierten en un formato win win con nosotros en startups, y nosotros nos llevamos un 20% del beneficio que obtiene el inversor, pero estoy invirtiendo. Yo también invierto en todas y cada una de las rondas, pero estoy invirtiendo con el dinero de cientos de inversores que me abren las puertas, entonces un trader que tiene la capacidad de hacer un 20% de rendimiento anual, se puede apalancar en mucho más capital de inversión para llevar esos rendimientos al siguiente nivel, esa es otra, o sea la palanca de capital se puede ver en muchos ámbitos. Y aquí viene lo interesante: la tercera es el media, sean medios de comunicación, sean podcast, sean marca personal, apalancarse en eso es fundamental, es muy potente al día de hoy. Cuando hacemos este podcast, si tuviera medio millón de views, tendríamos que para llegar en persona a medio millón de personas, ir llenado teatros durante meses y meses y meses para que ese mensaje llegue y alguien como Joe Rogan, desde una habitación con dos cámaras y dos micros, tendría que dar más charlas que Jesucristo para llegar a la gente a la que llega. Y la última es el código, que al final no es más que una maquinita que consigue lo que daría mucho trabajo de forma automática, entonces yo creo que cualquier persona que tenga atención, tiene que encontrar una fórmula basada en palancas. Para mí es una cuestión de crear un sistema. Yo trabajo muy poco, tres horas al día, cuatro a lo sumo, depende lo que consideres trabajo, a lo mejor me voy a cenar con unos inversores y no lo siento como trabajo, a lo mejor estoy leyendo sobre negocios para aplicarlo, tampoco es trabajo; o sea trabajo de puro ordenador dos o tres horas al día y luego tengo una nebulosa de cosas que las puedes considerar parcialmente de trabajo, y lo único que me lleva ahí es aprender a delegar, que tienes que confiar en las personas y aprender a delegar bien, no puedes delegar todo de golpe, ni tampoco puedes contratar a una persona para que haga el trabajo que tú quieres y no dejarla respirar ¿vale? Para mí delegar es escoger a una persona y le digo: “Yo hago, tú miras; luego yo hago, tú haces conmigo; luego tú haces, yo miro; y luego ya encárgate de hacer y me vas reportando poco a poco, es un proceso”, entonces al final si delegas bien en los CEOs de cada proyecto, tienes una relación prácticamente de reporting con ellos y es una empresa que funciona y hablas con él dos o tres veces por semana, una vez al día a lo sumo, el resto molestas, y es contratar a perfiles buenos. Bill Gates decía: “Tienes dos opciones. Contratas a los peores para que hagan lo que tú digas o contratas a los mejores y deja un poco que ellos hagan lo que consideren también”. La eficiencia del emprendedor está en delegar el día a día para dedicarse a crear el próximo proyecto (Imagen Ilustrativa Infobae) — ¿Y si me tuvieras que decir tu habilidad que sentís que esa es la que a vos te hace poder delegar en todos los demás? — Yo lo único que tengo es creatividad y un par de cojones para intentar de todo, entonces al final si intentas tantas cosas, si te lanzas a la piscina una y otra vez sin miedo al final las cosas salen por estadística, porque tienen que salir, y si eres disciplinado también y le echas un par de huevos, hay mucha gente que me ha dicho: “Es que tú has tenido suerte”. A lo largo del año hay dos o tres días de suerte al año. Cuando intentas muchas cosas, cuando tocas muchas puertas, cuando pivotas una y otra vez, cuando intentas un negocio, hablas con este, ofreces un trato aquí y allá… — ¿Cómo organizás tus prioridades para empezar el día con foco y definir esas tareas clave que te permiten exprimir al máximo las tres horas laborales? — La noche anterior hago un To Do list, no me imaginaría levantarme a la mañana, hacerme un café y decir: “¿Qué hago hoy?”; no, yo la noche anterior lo tengo. Y soy muy creyente también de que si tú das una serie de tareas y hay ocho horas para hacerlas la gente y tú mismo también, te vas a acomodar para hacerlas en ocho horas, si tú dices que hay tres horas las vas a hacer en tres, entonces para mí los deadlines con mi equipo son fundamentales. El emprendedor construye antes de tener resultados porque apuesta primero por el sentido común y el instinto de oportunidad (Imagen Ilustrativa Infobae) — Te escuché decir que funcionás con autoengaño para llevarte a hacer ciertas cosas, ¿me explicas de qué se trata? — Yo creo mucho en el efecto placebo, para mí es algo que está demostrado y hay muchos estudios, experimentos. El autoengañarte te permite diseñarte como un videojuego; en mi casa de niño, yo recuerdo mi forma de autodiseñarme, de ver cosas de mi madre que no me gustaban, cosas de mi padre que no me gustaban, cosas que sí me gustaban de mi madre, cosas que sí me gustaban de mi padre, y tratar de utilizarlas como si fueran Lego para construir mi personalidad. Yo era, por ejemplo, muy introvertido, en mi casa siempre ha habido muy poca comunicación, nadie se hubiera esperado que yo tuviera un podcast, que estuviera adelante de una cámara cómodo, que pudiera dar conferencias delante de cientos de miles de personas pero en algún punto dije: “No, el personaje de mi videojuego, de mi vida, no es que vaya a ser tampoco un loco llamando la atención, pero no es introvertido” y creyéndomelo lo suficiente lo conseguía. — Venías repitiéndote ese cuento sobre vos mismo durante mucho tiempo, hasta que un día dijiste: “Esto ya no me representa”. — Sí y ahí te ayuda también a cambiar de contexto, porque a lo mejor yo decía que toda mi infancia he sido tímido, entonces la gente que está alrededor de mí espera que seas tímido, pero cuando tú te distancias y te vas a Londres, por ejemplo, todo es nuevo, tienes una oportunidad de ser la persona con la que te sientes alineada y luego cuando vuelves dos años después a casa ya no pasa nada si has dado un cambio, porque es normal, evolucionaste, entonces esos cambios de contexto no fueron para fingir nada sino para alinearme con la evolución que yo a nivel interno sentía que tenía. Cada noche Buerbaum anota su lista: definir foco, asignar tres tareas clave, limitar el tiempo, delegar avances y mantener contacto con su equipo (Imagen Ilustrativa Infobae) — Mencionas en tus charlas que a veces se pierde tiempo pensando en objetivos a largo plazo, cuando en realidad tiene más sentido enfocarse en el día a día. ¿Cómo manejás esa idea de tener un horizonte sin perder foco en lo que hacés cada día? — Sí, los días te van llevando a tu visión de largo plazo. Creo que está bien saber en qué dirección quieres ir, pero si no lo tienes claro del todo lo que tienes que hacer es utilizar el sentido común. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, todo el mundo sabe lo que le haría sentir bien, todo el mundo sabe en el fondo, pero no lo hacen porque no quieren o porque no encuentran los motivos. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer y, si tienes dudas, lo que tienes que hacer es todo lo que te haga ser más follable porque al final somos criaturas muy básicas a nivel biológico. ¿Qué te va a ser más atractivo al género opuesto dormir bien o dormir mal? Dormir bien, tener buena energía, estar rápido, lúcido, tener buena cara. ¿Qué te va a hacer sentir mejor y por lo tanto ser más apareable? ¿El cuidar tu físico, estar fuerte, estar en forma, ágil, flexible, afilado o no? ¿Qué te va a hacer ser más atractivo? ¿tener éxito y dinero o no? Todo lo que te hace más atractivo para el género opuesto, te hace sentirte mejor, no hay absolutamente nada que no, entonces es muy fácil saber lo que hay que hacer y lo que no. Pedro Buerbaum tiene como objetivo ser un padre presente, construir libertad y diseñar un estilo de vida alineado con sus futuros hijos (Imagen Ilustrativa Infobae) — Te voy a hacer la última pregunta que le hago a todos los invitados y es: si me pudieras compartir algo que en el último tiempo escuchaste, leíste, te contaron, lo que sea que te dejó pensando o te sorprendió. — En el plano de negocios lo que tengo en la cabeza lo que es la IA, porque escucho personas que admiro muchísimo y en las cuales delegaría mi criterio, es decir da igual lo que piense yo si esta persona piensa eso, le hago más caso a eso que a mi propia opinión, y escucho muchos perfiles muy importantes para mí en los cuales se contradicen. Hay gente que dice que la IA va a terminar con el planeta, que la gente se va a quedar sin trabajo, y hay gente que dice que no, que todo va a evolucionar. Y en el plano personal, va un poco en la línea de lo que hemos hablado, a un billionaire le preguntaron en una entrevista de un podcast: “¿Para ti cuál es el mayor éxito en la vida? y él decía: que mis hijos, cuando sean grandes, quieran pasar tiempo conmigo”, y yo creo que es una buena forma de medir lo que yo considero el éxito también.

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