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» El litoral Corrientes
Fecha: 22/06/2025 03:59
La inmediatez de esta era atenta contra la idea de un trayecto en el que hay que superar múltiples obstáculos. Una sociedad intrínsecamente ansiosa y el advenimiento de las nuevas generaciones presionan para que todo lo bueno emerja con celeridad y sin contratiempos. En el mundo real eso no ocurre casi en ninguna actividad. Las excepciones existen, pero no sería razonable apostar por convertirse en ese caso aislado, sino más bien asumir que para que la regla se cumpla es menester dar cada paso con convicción y disciplina. El ecosistema político, como casi cualquier otro, transcurre dentro de los márgenes de su propia normalidad. Por sus singulares características se ha ido desnaturalizando al punto tal que a estas alturas está cooptado por la corrupción, la burocracia y un conjunto de mañas que atentan a diario contra cualquier chance de mejorarlo. En ese contexto, los oportunistas y delincuentes han encontrado allí su hábitat natural. En ese ámbito pueden rapiñar lo que sea, apropiarse de lo ajeno a cara descubierta, desplegar todo su arsenal de maldades y utilizar su sagacidad para construir un poder casi intocable. Todo tipo de excesos pueden cometerse en entornos como esos. Casi como si fuera un imán, la dinámica cotidiana consiste en repetir atrocidades, desarrollar malas artes y perfeccionar lo inadecuado. Sería fabuloso no generalizar, pero lamentablemente esa descripción encastra muchísimo en lo que los observadores neutrales detectan en cada incidente circunstancial. "Separar la paja del trigo no será sencillo, pero resulta imprescindible colocar este objetivo en la grilla principal. Sin esa secuencia el éxito no ocurrirá. No se trata de algo simple ni rápido. Es probable que esto demore más de lo imaginable. Quizás haya que esperar varios turnos electorales y hasta inclusive una generación de por medio." Eso no debería amedrentar a los bien intencionados, a los más preparados, a los que verdaderamente siguen creyendo que la política es la herramienta más genuina para contribuir con la transformación positiva de una comunidad, sin embargo, muchos salen expulsados de esa perversa centrífuga y terminan desistiendo de cualquier intentona. Los más tozudos y perseverantes, los más soñadores y decididos, están dispuestos a pagar los costos de ese sofisticado itinerario, pero una vez que llegan a la supuesta meta se encuentran con que allí no concluye el reto, sino que en esa instancia es cuando recién comienza la batalla de fondo, esa que consiste en transformar, pero depurando a todos los que intentan que esa situación sea solo temporal y todo vuelva a foja cero muy pronto. Esa lucha no es elemental ni básica, ya que los de siempre están ahí para resistirse con uñas y dientes. Ellos saben que deben adaptarse a la nueva modalidad para no extinguirse en esta temporada, pero mientras tanto se ocupan de poner trabas a cualquier pretensión reformista. Apelan a trucos de todo tipo, disponen de ardides de diversa calidad para sostener su estrategia que consiste en impedir, del modo que sea, que se operativicen mínimas mutaciones. Para ello recurrirán a su conocimiento de las formalidades, a su talento para influir, pero sobre todo a su enorme capacidad para integrarse al nuevo modelo y simular una adhesión a prueba de todo. Ellos recitarán lo que sea necesario, parecerán convencidos de los planteos ganadores y fingirán estar alineados sin embargo son engranajes de una maquinaria prácticamente irrompible y en alguna medida se sienten propietarios de una estructura eterna. "Es difícil pero no imposible. Lo importante es entender que sin este requisito cumplimentado todo lo edificado seguirá pendiendo de un hilo. Los amantes del “status quo” harán todo lo que esté a su alcance para ralentizar los avances, detener las reformas o bien intentarán contaminarlas para que su implementación tropiece y la sociedad desista de esta oportunidad." Con la misma inteligencia que ellos aspiran a conservar poder hay que trabajar duro para quebrar su lógica. Esa meta es intrincada pero factible. Lo primordial es no subestimar a los actores, ni dejarse enredar por sus inocultables encantos. Seducen con sus rimbombantes discursos y consiguen postergar los intentos ganando tiempo para esperar cambios de timón. Separar la paja del trigo no será sencillo, pero resulta imprescindible colocar este objetivo en la grilla principal. Sin esa secuencia el éxito no ocurrirá. No se trata de algo simple ni rápido. Es probable que esto demore más de lo imaginable. Quizás haya que esperar varios turnos electorales y hasta inclusive una generación de por medio. Es difícil pero no imposible. Lo importante es entender que sin este requisito cumplimentado todo lo edificado seguirá pendiendo de un hilo. Los amantes del “status quo” harán todo lo que esté a su alcance para ralentizar los avances, detener las reformas o bien intentarán contaminarlas para que su implementación tropiece y la sociedad desista de esta oportunidad. "Llevará años, tal vez lustros o hasta décadas, pero este derrotero es clave para asegurar la verdadera victoria, esa que proteja a los ciudadanos de a pie de los depravados que actúan puertas adentros con fines propios, a los que sólo les interesa vivir de los demás y seguir esquilmando a los más desprevenidos, esos que siempre terminan siendo cómplices involuntarios de estos estafadores seriales que solo sobreviven por la vigencia de las actuales normas.” Llevará años, tal vez lustros o hasta décadas, pero este derrotero es clave para asegurar la verdadera victoria, esa que proteja a los ciudadanos de a pie de los depravados que actúan puertas adentros con fines propios, a los que sólo les interesa vivir de los demás y seguir esquilmando a los más desprevenidos, esos que siempre terminan siendo cómplices involuntarios de estos estafadores seriales que solo sobreviven por la vigencia de las actuales normas.
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