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  • El sueño del pibe

    » El litoral Corrientes

    Fecha: 22/06/2025 02:10

    n Casi como una cábala, los sueños siempre se me cumplieron simplemente a mi pertinaz perseverancia, de trabajador que transpira en especial por las cosas que quiero. Esa fuerza vital permite arremeter pese a las desazones que siempre hallamos en el camino de las realizaciones. La Radio siempre estuvo en mí. Hay una foto familiar que me la sacara con 4 años de edad, mi tío “El Fotógrafo de los Deportistas”, Titín. El escenario más indicativo, por ser chico me ubicó sobre una silla al lado de un imponente aparato de radio Philco, de esos de antes, a válvulas, sonido impecable, mueble amplio; fortaleza en todo sentido, gabinete de excelente madera y claro parlante en graves potentes como en agudos e intermedios. De muy chico me até a todas las cosas de ella que las revistas de entonces, “Radiolandia”, “Radiofilm”, “Mundo Radial”, “Platea”, “Ecram”, “Sintonía”.reflejaban sin chismes no como las de ahora, sino más bien de la profesión que aludían en todas sus vertientes, explicando el quehacer de cada uno con seriedad docente. Locución, redacción, producción, sonido, discoteca, animadores, artistas, en fin un paseo por mi juego predilecto: hurgar en ellas. No fue en vano haber conocido la Radio por primera vez. Todo lo otro, publicidad, periodismo televisivo y gráfico, me lo trajo ella: LA RADIO. Una de las imágenes que recuerdo, ya más grande, escuchando discos 78 rpm. “Columbia” de sello rojo, con las grandes bandas: Benny Goodman, Tommy Dorsey, Glenn Miller. Leía todo de ella que caía en mis manos, pero simultáneamente el cine cubría otro importante detalle artístico, aportando creatividad, destacando lo estético. Me conocía todo de él. Mis aspiraciones se fueron cumpliendo por las ganas de hacerlas mucho más que por ganar dinero, por el sincero cariño, gran afecto de los medios. Nunca tuve la suerte vivir de ella en pos del dinero, me interesaba mucho más la Radio como tal, en su esencia de llegar y comunicar. Hurgando, investigando, experimentando. Trabajar en Publicidad fue la clave transitando por cada uno de sus peldaños. Fui Redactor Publicitario, Creativo y Gerente de la mayor agencia publicitario de la región: Impetu Publicidad. Esa asociación de mucha cercanía: publicidad, radio, me permitió relacionarme y no solo escribir libretos, sino produciendo programas hasta el propio que transmitía en vivo con asistencia de público, desde-entonces-“Café del sol”, bien frente a Radio Corrientes por calle Rioja. Ya en carrera, ejercí entre otras cosas el rol del primer “movilero” que con cámara y desde exteriores, aportaba notas para “Noticiero 13” de Corrientes. Me quedaba una tarea preciosa pendiente, periodismo gráfico, si bien en publicidad ya hacía para determinados productos, casas comerciales “notas empresarias” que acompañaban todo lanzamiento publicitario. No se hizo esperar, mi perseverancia, el conocimiento adquirido en los medios que abordé, respondiendo a una gentil invitación de Carlos Gelmi, amigo y profesional, con antecedente preciosamente válido como su paso como Jefe de Redacción de “Diario Clarín” de Buenos Aires, me empujó para que escribiera lo que quisiera. Tarea que comenzó con 2col.x alto de página, para convertirse luego como hasta a hora, una página todos los fines de semana en “Diario El Litoral.” Nunca me gustó el brillo de la nada, sino la seriedad y el conocimiento que le escapa a la mediocridad para todas las cosas que acometo, de allí mi férrea preocupación porque lo veraz, no caigan en la costumbre que tienen algunas palabras, que por no cumplirlas ellas también, se destiñen, pierden certeza, como lo aseveraba Julio Cortázar: “Las palabras se agotan. Si algo sabemos los escritores es que las palabras pueden llegar a cansarse y a enfermarse, como se cansan y se enferman los hombres o los caballos. Hay palabras que a fuerza de ser repetidas, y muchas veces mal empleadas, terminan por agotarse, por perder poco a poco su vitalidad.” Esto nos es un preparado “curriculum”, sino una muestra lo que me tocó vivir, ni tampoco “hacerme el cartel”, simplemente decirle a toda esa legión de jóvenes soñadores como yo que gusten de los medios, que el secreto está en la perseverancia, en el orden de las cosas, manteniendo en alto los valores, preservando las relaciones, y sobre todo leyendo, constatando, investigando. Bien vale la cita, es como el tango de Juan Puey y Reynaldo Yiso, “El sueño del pibe”, que lo cantaba cuando chico Maradona: “Mamita, mamita-se acercó gritando / La madre extrañada dejó el piletón / Y el pibe le dijo riendo y llorando / El club ha mandado hoy la citación”. Pero claro lo de Maradona se trataba tan solo de un sueño, que después en la realidad Diego superaría con holgura la demanda de los clubes del mundo. Las comparaciones son odiosas, pero son reflejos de la verdad. Mientras que la obsesión empedernida por tratar de ser el sueño por qué vivir, lo mantengo de entonces, trabajosa y con afán, ello me ha permitido ganarme el premio de profesionales que quise conocer, personas de gran nivel intelectual, locutores y técnicos que me acompañaron en esta larga pero hermosa carrera, poetas, escritores, gente de los medios. El público a quien nos debemos con los medios están en directo transmitiendo ondas de amistad. Y yo feliz, por tenerlos, por aprender de ellos. No fue en vano haber conocido la radio por primera vez. Todo lo otro, publicidad, periodismo televisivo y gráfico, me lo trajo ella: LA RADIO.

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