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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/06/2025 12:34
Un obrero trabaja en la línea de producción de la planta Martinrea en Woodbridge, Ontario, que suministra autopartes a otros países (AP) El adiós al Certificado de Homologación de Autopartes de Seguridad, más conocido como CHAS, medida que había generado polémica entre distintos actores de la industria, quedó sellado el viernes con la publicación de la Resolución 222/2025 en el Boletín Oficial. Sin embargo, lejos de representar una liberalización completa en las normas que regulan las autopartes importadas, el gobierno estableció un nuevo sistema de control que pone el foco en las licencias de certificación. Las medidas buscan garantizar estándares mínimos de calidad para elementos críticos en la seguridad vial, como frenos, neumáticos, cinturones y hasta sistemas de iluminación. ¿Qué sigue ahora? Las autopartes de seguridad que se comercialicen en el país deberán contar con una Licencia de Certificación emitida por organismos acreditados, que incluyen al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Instituto Argentino de Normalización (IRAM) y otros reconocidos internacionalmente bajo estándares como la Norma ISO 17025. Estas licencias se presentan como el nuevo requisito indispensable para que fabricantes e importadores puedan operar en el mercado. La Secretaría de Industria y Comercio, encargada de implementar la normativa, dejó en claro que esta será una forma de supervisión más estricta, aunque adaptada a las exigencias actuales del sector. La nueva normativa impacta una amplia variedad de productos automotores Entre los elementos principales cubiertos por esta disposición se encuentran productos esenciales para vehículos como cascos de protección, matafuegos, espejos retrovisores, sistemas de retención infantil, bujías de incandescencia, y hasta componentes de alto impacto como sistemas de reemplazo de airbags y paragolpes de seguridad. En total, la lista incluye más de 30 categorías de productos clave para el correcto funcionamiento de autos y motos en las rutas argentinas. Un mercado más seguro Para Juan Cantarella, presidente de la Asociación de Fábricas de Componentes (AFAC), este cambio va en la dirección correcta. Según el dirigente, el mantenimiento de estándares de calidad mínimos no solo es importante para los usuarios directos de estas autopartes, sino también para toda la sociedad. “Es una variable que impacta en la seguridad de terceros. Contar con un sistema de control permite mayor transparencia y bienestar general”, afirmó. Cantarella también destacó que el siguiente paso será desarrollar un mecanismo ágil que permita monitorear la efectividad del proceso. Los neumáticos estarán autorizados por la nueva forma de certificación (Shutterstock) Este esquema no solo obliga a cumplir con las nuevas exigencias de calidad sino también introduce una herramienta tecnológica: cada autoparte deberá estar vinculada a un código QR, mediante el cual los usuarios podrán verificar la información técnica y la certificación correspondiente. Además, los importadores deberán declarar detalladamente sus productos al momento de realizar el despacho en el Sistema Malvina. El trasfondo de la regulación La decisión de eliminar el Certificado de Homologación de Autopartes de Seguridad (CHAS), descrito como “El Mal del CHAS” por Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, forma parte de una estrategia más amplia vinculada a la simplificación administrativa. Este certificado, ampliamente criticado, era un paso obligatorio para los productos importados pero había generado resistencia por su complejidad y los costos asociados. No obstante, el gobierno dejó en claro que “el espíritu” del CHAS no desaparece, ya que, aunque se eliminó el trámite en sí, la calidad de los productos se seguirá supervisando de manera rigurosa bajo el nuevo esquema. Con estas disposiciones, se busca equilibrar la apertura comercial con la protección de los usuarios y garantizar que los repuestos que lleguen al mercado argentino estén alineados con estándares internacionales. Con el nuevo sistema en marcha, fabricantes, importadores y usuarios enfrentan una fase de adaptación a un modelo que, aunque complejo, promete elevar los niveles de seguridad y confianza en el mercado de reposición automotor en Argentina.
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