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» Misionesparatodos
Fecha: 21/06/2025 11:56
Los presidentes de China y Rusia reforzaron su alianza estratégica en medio del conflicto entre Israel e Irán, reclamando un nuevo orden mundial multipolar y un alto el fuego inmediato en Medio Oriente. Los presidentes de China y Rusia, Xi Jinping y Vladimir Putin, mantuvieron una conversación telefónica este viernes en la que discutieron los últimos acontecimientos en Medio Oriente —una región al borde de una escalada nuclear sin precedentes— y reafirmaron su apuesta conjunta por un "nuevo orden global", multipolar y alejado de la lógica hegemónica occidental. El diálogo ocurrió en un contexto internacional cada vez más volátil. La guerra entre Israel e Irán, desatada tras semanas de tensiones en torno a las negociaciones por el programa nuclear persa, ya entró en su segunda semana. Teherán descartó la posibilidad de nuevas negociaciones nucleares con Estados Unidos mientras continúen los ataques israelíes, y el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí advirtió que la campaña será "prolongada". En este marco, tanto Moscú como Beijing activaron sus resortes diplomáticos para posicionarse como actores "moderadores" —aunque con intereses estratégicos— en un tablero donde Washington, una vez más, parece apostar por el status quo a través de sus aliados. Incluso a pesar de las ambivalentes declaraciones del presidente Donald Trump, quien no descartó una intervención directa en el conflicto (dijo que lo confirmará "dentro de dos semanas") y recientemente ordenó el traslado del gigante portaaviones USS Gerald R. Ford a la zona. La guerra entre Israel e Irán tiene en vilo a Medio Oriente. Xi Jinping y Vladimir Putin discutieron la guerra en Medio Oriente En ese contexto, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Guo Jiakun, fue el encargado de detallar los ejes de la conversación entre Xi y Putin. En su habitual rueda de prensa, y lejos de limitarse a una lectura de coyuntura, el funcionario de la cancillería china reveló una propuesta de cuatro puntos presentada por el presidente chino para abordar la crisis en Medio Oriente. Según Beijing, la vía militar "no es la adecuada" y urge coordinar esfuerzos internacionales para un alto el fuego inmediato, sin dejar de condenar la acción unilateral contra otro país contraria a la Carta de la ONU, una tesis que sostuvo el gobierno chino desde que inició la confrontación directa el pasado 13 de junio. "China ha mantenido una diplomacia activa desde que Israel inició sus ataques contra Irán. Estamos en contacto con todas las partes para evitar que la región caiga en una mayor agitación", afirmó Guo ante los medios, evitando entrar en valoraciones sobre las acciones específicas de Tel Aviv o de Teherán, en un equilibrio retórico ya característico de la política exterior china. La postura es coherente con la narrativa que Xi Jinping y su círculo más estrecho vienen promoviendo desde hace años: China no busca reemplazar a Estados Unidos como potencia dominante a nivel global, sino garantizar que las reglas del juego sean justas en especial en lo comercial. Para ello, necesita estabilidad en las regiones productoras de energía, legitimidad como mediador global y socios estratégicos. El discurso de Vladimir Putin: "Un nuevo orden mundial" Desde San Petersburgo, donde se desarrolla el Foro Económico Internacional, Vladimir Putin reforzó este enfoque compartido. En una intervención repleta de simbolismo —y cuidadosamente dirigida al llamado "Sur Global"—, el líder ruso aseguró que un nuevo orden mundial está "amaneciendo de forma natural", y acusó a Occidente de obstinarse en preservar una arquitectura internacional que ignora los "intereses legítimos" de Moscú, Beijing y otras potencias medianas. "La situación en Ucrania es una tragedia, y es obra de Occidente. Intentaron actuar desde una posición de fuerza", declaró Putin, según la agencia TASS. Envalentonado por el descongelamiento internacional que supuso el acercamiento conTrump, el mandatario ruso dijo que Rusia no exige la rendición de Kiev, sino el reconocimiento de las "realidades sobre el terreno". En paralelo, dejó entrever que su voluntad de negociación respecto al conflicto en Medio Oriente dependerá, también, del margen que sus rivales geopolíticos estén dispuestos a conceder en otras arenas de disputa. Putin y Xi Jinping Putin también dejó claro que Moscú no busca erigirse como mediador principal entre Israel e Irán, aunque no cerró la puerta a una participación activa. "Si nuestras ideas son atractivas para ambas partes, estaremos encantados", dijo. Rusia, de hecho, sigue trabajando en la planta nuclear de Bushehr, en Irán, y recibió garantías de seguridad tanto del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, como del expresidente Donald Trump para su personal técnico. La continuidad de esa cooperación, incluso en medio del fuego cruzado, habla del nivel de sofisticación —y cinismo— con que el Kremlin maneja sus intereses regionales. Tanto China como Rusia coinciden en algo más profundo que la coyuntura: la necesidad de un nuevo orden global. Un sistema que no esté regido por la OTAN ni por las instituciones financieras de Bretton Woods, sino por una red más horizontal, más representativa de los intereses de África, América Latina y Asia. Para Xi Jinping, el multilateralismo no es solo un objetivo: es un principio rector. "No estamos creando un nuevo orden mundial. Solo lo estamos moldeando", aseguró Putin. Xi Jinping, por su parte, evitó afirmaciones de ese tipo en público tal como acostumbra, pero su estrategia internacional sugiere una dirección clara desde la óptica de los países del Sur Global o "no alineados", insistiendo en el rol del multilateralismo para resolver las disputas. Por Cecilia Degl'Innocenti-Perfil
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