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  • PRIMERAS IMPRESIONES | Hellbreak: cuando la rejugabilidad se convierte en una infernal supervivencia

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/06/2025 12:52

    Hellbreak A veces, las comparaciones sirven para orientar el sentido comunicacional. Sirven para dar a entender ideas o conceptos, sin tener algo sólido para mostrar. Otras veces, las comparaciones fuera de su propio contexto, pueden generar expectativas, ilusiones o ideas incorrectas si no sabemos controlar nuestro mensaje. No es raro ver juegos que se atan a otros ya exitosos. Por ejemplo, Post Trauma, Tormented Souls, e incluso Hollowbody, se pasearon entre premisas captadas de Resident Evil y Silent Hill. En este vericueto, Hellbreak se vende espiritualmente como un título “inspirado” en el clásico DOOM y no resulta ser ningún secreto, ya que los homenajes comienzan desde la mismísima portada del juego, donde podemos ver a nuestro personaje principal batallando con demonios que vienen desde todos los flancos, recordando a las ilustraciones que DOOM suele utilizar para su arte oficial. Dentro del juego, el diseño de los enemigos muestra el fanatismo de los desarrolladores por la saga que el icónico John Romero supo regalarnos. Hay una mezcla desoladora pero impactante entre infierno, estilo gótico, medieval y fantástico, que se siente un poco ajeno al DOOM, pero, a la vez, extremadamente cercano. Hellbreak - Desarrollador: Double Barrel Games - Editor: Biotech Gameworks, Double Barrel Games Ahora, ¿significa esto un problema? Para nada. Porque lo importante de la cuestión, hablando de la mecánica de juego y su alma, nos transporta hacia otro lugar. Hellbreak no es un juego lineal, que sigue una historia y una progresión basada en niveles o mundos, sino que más bien es una suerte de mapa inmenso donde van apareciendo oleadas de enemigos y nuestro principal propósito es sobrevivir la mayor cantidad de tiempo. Ya que estamos en esta movida de utilizar comparaciones, si tomamos DOOM, lo revolvemos con el FPS argentino Hellbound, y le metemos una pizca de Vampire Survivors (por más lejano que parezca), junto a una deliciosa lluvia de upgrades en una licuadora demoníaca, Hellbreak sería el resultado. El juego está en Early Access, y tiene muy en claro que no viene a reinventar la rueda, ni a proponer nada nuevo, pero se las arregla muy bien para romper a escopetazos a todo lo que se le cruce, dejándonos una sonrisa en el rostro. Desde que abrimos el juego y llegamos rápidamente al menú principal, Hellbreak grita metal. Nos golpea duro en la cara con riffs industriales y una sensación estridente gracias a la sonoridad de esas notas. Musicalmente hablando, no estoy inventando nada al decir que las bandas sonoras de los videojuegos tienen una importancia vital en muchos títulos, ya sea cualquier Final Fantasy o Sea of Stars, por ejemplo. Orquestas, melodías y ritmos que te transportan emocionalmente por páramos de ensueño. Pero el metal tiene su lugar también, y encontró que dentro de algunos géneros, suma sobremanera. Hellbreak - Desarrollador: Double Barrel Games - Editor: Biotech Gameworks, Double Barrel Games Decir que lo que hizo Mick Gordon con la DOOM y DOOM Eternal es tocar el cielo con las manos sería una obviedad, pero dentro del género también hay otros exponentes que tienen música demoledora, como Killing Floor 2, Guilty Gear Strive, Metal Gear Rising: Revengeance o Metal: Hellsinger, por solo nombrar algunos. En Hellbreak todo se siente tan “noventoso” que da gusto estar ahí. Y es que no hay historia, no hay pausas, pero hay tensión constante e incontrolable. Caemos en una arena infernal, con demonios observando desde gradas elevadas como si fuera un coliseo sangriento, y solo nos resta sobrevivir, sea como sea. El combate es rápido, rabioso y muy satisfactorio. Al principio, quizás las primeras partidas, todo se siente extraño, pero cuando entendemos que todo es más simple de lo que parece, y que debemos concentrar nuestra energía en disparar, esquivar, y tener en cuenta las misiones activas, todo es cuesta arriba. Las armas mezclan un estilo que termina siendo la fusión entre diseños “reales” y agregados del inframundo, como si estuviéramos amalgamando armamento de la Primera Guerra Mundial, con elementos que podrían ser extraídos de otros títulos como Scorn, pero con una nostálgica reminiscencia al Quake. Lo bueno es que todo el armamento tiene peso y ruido propio, se siente tácito y palpable, ya sea desde el primer revólver básico hasta esas armas inmensas que elevan nuestro ego. Como si fuese poco, a todas estas armas no solo se le pueden sumar mejoras, sino que también se pueden upgradear dentro de cada partida, y ahí es donde todo se desmadra en el mejor de los sentidos. Hellbreak - Desarrollador: Double Barrel Games - Editor: Biotech Gameworks, Double Barrel Games Hellbreak tiene un interesante sistema de “bendiciones”, hechizos y perks. Hay más de 80 mejoras posibles, y cada partida te da nuevas combinaciones que tenemos que ir desbloqueando a mano en el menú correspondiente. Pero no hay que subestimar al equilibrio del juego, ya que conseguir los puntos suficientes para poder ir mejorando nuestras armas y desbloqueando otros extras, no es tarea fácil, y vamos a tener que jugar muchas horas para lograrlo. Sin embargo, el sistema de progresión está tan bien hecho que nada se siente frustrante, sino que, por lo contrario, terminar una partida solo te genera ganas de comenzar una nueva. Si fuimos desbloqueando misiones obtenemos otras recompensas, y así generamos un loop de juego que termina sintiéndose muy entretenido pero, por demás, intenso y lleno de acción. En este Early Access, las arenas se limitan solo a dos (por ahora) pero tienen un buen diseño, con verticalidad y puntos clave bien pensados. Su sentido del espacio está bien distribuido y nunca nos deja atrapados en salientes innecesarios, sino que nos permite movernos rápidamente por todos lados, no solo para poder atacar y esquivar, sino también para poder cubrirnos por algunos segundos, ya que -literalmente- los enemigos aparecen en cualquier lugar del mapa y no nos da tiempo para confiar en que estamos a salvo. Las partidas tienen un loop muy bien construido que te engancha sin darte cuenta. Aunque estemos frente a un Early Access y se sobreentiende que aún falta mucho contenido, niveles, enemigos, armas y un gran etcétera, este primer arribo regala una experiencia muy convincente. Mueras o no, cada ronda te deja algo: experiencia, mejoras permanentes, nuevas armas desbloqueadas o ganas de una revancha. Esto último, siempre. Hellbreak - Desarrollador: Double Barrel Games - Editor: Biotech Gameworks, Double Barrel Games Visualmente es efectivo, pero nada del otro mundo. Todo lo que vemos está bien, y cumple con su propósito, que es lo que realmente importa. Porque lo relevante acá es el frenesí, no los detalles. La locura de la inmersión dentro de la acción, y no lo milimétrico de sus modelos o texturas. El rendimiento es sólido, y eso es lo más importante. Estamos frente a un juego que tiene que sentirse rápido, donde la sensación de los movimientos tiene que ser veloz, y a pesar de unos pequeños bajones cuando explota todo al mismo tiempo, funciona como debe funcionar. De nuevo, nada dramático si tenemos en cuenta que está en etapa de Early Access. Parafraseando algunas ideas que ya escribí al inicio de esta nota, Hellbreak conoce sus límites, sabe lo que tiene entre manos, y por eso llega con una propuesta contundente. No busca reinventar nada, ni destacarse dentro del género, pero de algo está seguro: nos va a regalar horas y horas de acción desenfrenada, tensión intensa durante cada partida, y una bien lograda rejugabilidad, gracias al sistema de upgrades y su propio equilibrio. Metal, demonios, acción... Hellbreak se empapa conceptualmente de DOOM, pero camina con impronta propia y la frente bien en alto.

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