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Parana » El Once Digital
Fecha: 19/06/2025 16:30
El nombre de Leonardo Scatturice, tomó relevancia esta semana, al protagonizar una operación multimillonaria con la compra de Flybondi, la principal aerolínea lowcost del país. El empresario, es contratista del Estado argentino (de Trenes Argentinos y de la plataforma Educ.Ar), y también acaba de ingresar al negocio aerocomercial, tras la adquisición vía COC Global Entrerprises de Flybondi. Del bajo perfil a la escena pública Leonardo Orlando Scatturice, nacido en Lanús en 1976, pasó de la inteligencia estatal y las calles del conurbano a protagonizar una operación multimillonaria con la compra de Flybondi, la principal aerolínea lowcost de la Argentina. Empresario con pasado en la exSIDE, contactos con fuerzas de seguridad y causas judiciales de alto voltaje, hoy opera desde Miami con fuertes lazos con el núcleo duro del Partido Republicano estadounidense, según informa La Nación en una nota firmada por el periodista Hugo Alconada Mon. Operación multimillonaria con la compra de Flybondi. A los 49 años, su nombre volvió al centro de la escena. Primero, por su rol como nexo entre Donald Trump y Javier Milei en la Conferencia Política Conservadora (CPAC); luego, por una controversia derivada del aterrizaje en Aeroparque de uno de sus aviones, utilizado por la empresaria Laura Arrieta. El vuelo generó sospechas de trato preferencial, aunque desde el entorno de Scatturice y el Gobierno negaron cualquier irregularidad. Ascenso, poder y sombras Scatturice incursionó en el mundo de la inteligencia como chofer en la Secretaría de Inteligencia del Estado, donde alcanzó la categoría C3. Sus vínculos con agentes policiales y del espionaje lo llevaron a fundar en 2012 la consultora C3 Consulting, con oficinas en Puerto Madero y presencia en investigaciones judiciales como la causa "Dark Star", que expuso maniobras de inteligencia paralela, sobornos y amenazas en el sistema político y judicial. Leonardo Scatturice, con el vicepresidente de EE.UU, James David Vance. (La Nación) Pese a múltiples denuncias, incluyendo una por estafa en 2008 y otra por espionaje ilegal contra Juan José Gómez Centurión en 2016, nunca fue procesado ni indagado. "Jamás tuvo problemas judiciales", insisten en su entorno. Su salida de la Argentina hacia Panamá primero, y luego a Estados Unidos en 2020, marcó una nueva etapa: constituyó sociedades “offshore”, se casó con una ciudadana estadounidense para intentar obtener la residencia (green card), rechazada en febrero de este año, y consolidó su fortuna. Lobby y conexiones con Washington Desde Norteamérica, Scatturice profundizó su influencia. Fundó OCP Tech, COC Global Enterprise (que participó de la compra de Flybondi) y Tactic Global, una firma de lobby con figuras como Matt Schlapp y Barry Bennett, exasesores de Trump. También impulsó la CPAC Argentina, con su socia Laura Arrieta como tesorera. Leonardo Scatturice, con Trump y el asesor republicano Barry Bennet, en el estreno de "Les Miserables" en Washington DC, el 15 de junio de 2025. (La Nación) En paralelo, tejió vínculos con el entorno presidencial argentino. Fue sindicado como el nexo que acercó a Andrés Vázquez, hombre fuerte de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), al asesor presidencial, Santiago Caputo. La relación con Caputo también le permitió operar en áreas sensibles del Gobierno, aunque oficialmente se lo niega. “No es asesor, solo es consultado ocasionalmente”, aseguran desde su círculo al dialogar con La Nación. Influencia, poder y sospechas El nombre de Scatturice resuena en los pasillos del poder. Según allegados, ayudó a concretar la reunión de Milei con Trump en febrero, en un evento que organizó y financió sin patrocinadores, debido a exigencias de compliance estadounidense. “Viene trabajando ese vínculo desde 2022”, señalan. Sus críticos, sin embargo, abundan. Desde la Cancillería hasta la Aduana, pasando por figuras como Guillermo Michel o el empresario Werthein, varios lo acusan de operar por las sombras. Incluso, se alude a presuntas maniobras del exespía Antonio “Jaime” Stiuso para desplazarlo. Los vínculos del nuevo dueño mayoritario de Flybondi. Hoy, mientras busca regularizar su situación migratoria en EE.UU., dirige más de 35 empresas registradas solo en Florida, maneja dos aviones y afirma emplear a 600 personas. “Lo reprochan por su pasado, pero nadie cuenta que trabajó desde abajo”, sostienen sus allegados que estuvieron en contacto con La Nación. Aunque el Gobierno argentino, a través de su vocero Manuel Adorni, negó tener vínculos formales con él, su nombre ya figura entre los protagonistas de una nueva etapa de articulación entre política, negocios y poder geopolítico.
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