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» Politicargentina
Fecha: 19/06/2025 14:27
Pese a que la inflación lleva tres meses consecutivos en retroceso, los niveles de consumo no logran recuperarse. Los números oficiales y privados muestran un estancamiento marcado, en contraposición a la narrativa del Gobierno sobre una supuesta mejora económica. Lejos de consolidar una recuperación, el consumo masivo cae o se mantiene congelado, incluso en rubros sensibles como alimentos, indumentaria y bienes de uso diario.Mientras tanto, en el exterior también se observa con preocupación este escenario. En tanto, medios neoyorkinos como Bloomberg advierten la crítica situación económica que atraviesa a Argentina. En un informe reciente, describió este fenómeno que varía entre baja inflación y profunda caída del consumo, y como este impacta en el bolsillo.De acuerdo al Índice de Ventas Minoristas elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en mayo las ventas retrocedieron 2,9% en comparación con el mismo mes del año pasado, y bajaron 0,7% en relación a abril. Entre los rubros que mostraron caída se encuentran alimentos y bebidas, con un descenso del 7,6%; ferretería, materiales eléctricos y de la construcción, con una baja del 2,6%; textil e indumentaria, que retrocedió 1,6%; y calzado y marroquinería, con una merma del 0,5%.En el relevamiento de Bloomberg, consultoras privadas confirman la tendencia. Focus Market informó que el consumo masivo cayó 3,2% entre abril y mayo y acumula una baja interanual de 0,9%. “El consumo masivo aún no repunta y mayo no fue la excepción", explicó el director de la consultora Damián Di pace. En esa línea, agregó que "en los últimos meses, los datos oficiales muestran una desaceleración de la inflación, lo que en teoría debería permitir cierta recomposición del ingreso real. Sin embargo, este fenómeno no se traduce automáticamente en una mejora en el poder adquisitivo, especialmente en los sectores de clase media”.Di Pace también advirtió que, aunque el promedio inflacionario mensual se desacelera, el incremento de precios en servicios esenciales limita la capacidad de consumo de los hogares. “La recomposición salarial viene muy en línea con la inflación y los ajustes paritarios resultan insuficientes para revertir la caída acumulada del ingreso real”, afirmó.En esa misma línea, Florencia Iragui, economista de LCG, sostuvo: “Es verdad que los salarios se recuperan, pero desde mínimos. También es verdad que la inflación desacelera, aunque todavía queda un terreno por atravesar. El consumo tiene un sendero menos claro que el de la inflación, ya que la recuperación de la actividad tiene una forma más errática entre meses”. Para Iragui, el rebote en la actividad aún no es suficiente para consolidar una mejora sostenida.Los datos desagregados muestran con claridad la dispersión del fenómeno. Mientras las ventas en supermercados crecieron un 8,9% interanual en abril, las de autoservicios mayoristas "cayeron 2,9% frente al mismo mes de 2024 y un 3,2% respecto de marzo", precisa el medio Bloomberg.Desde la Asociación de Propietarios de Pizzerías y Casas de Empanadas, su titular Gustavo Levinson reconoció que el rubro gastronómico "resiste bastante a la crisis del consumo" gracias a su amplia variedad de precios. Sin embargo, remarcó que “desde marzo se empezó a ver una baja en las ventas”. Según describió, los clientes siguen saliendo a comer pero ajustan el gasto: “Si antes se pedían dos gaseosas por persona, ahora se pide una. Si se pide vino, se elige el de la línea más económica”, es decir, que compartir pareciera ser la única vía posible de darse "un gusto".Levinson también detalló que, ante una demanda en retroceso, no es posible trasladar aumentos de costos. “Aunque la inflación sea baja, al vender menos no se pueden trasladar los pequeños aumentos al público. Además, los locales tienen alquileres atados al IPC y el personal también requiere ajustes salariales. Con márgenes de ganancia bajos, la rentabilidad se deteriora”, expresó.Según CAME, solo dos rubros se mantuvieron con subas interanuales en mayo: perfumerías y farmacias. El primero registró un crecimiento del 5,2% y el segundo del 1,5%. En ambos casos, se trata de bienes que combinan consumo habitual con factores estacionales, lo cual explicaría parte de su rendimiento. Aun así, los empresarios del sector remarcan que se trata de mejoras puntuales y no de una tendencia sostenida.
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