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  • Tenso cruce en el juicio por un femicidio: un cacique acusó a una médica de ordenar incinerar el cuerpo de la víctima

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 19/06/2025 12:56

    Este miércoles, en la audiencia que dio inicio al juicio contra el cacique Marcelo “Caraí” Núñez (38), acusado por el femicidio de María Solange Diniz Rabela (22), el referente de la comunidad mbya guaraní de la provincia de Misiones a la que pertenece el imputado aseguró durante su declaración que una médica psiquiatra, también presente en la sala, fue quien ordenó incinerar el cuerpo de la víctima. Las acusaciones cruzadas marcaron el comienzo del proceso, que arrancó más de cinco años después del crimen. Según consigna el diario misionero El Territorio, la primera jornada de debate culminó pasado el mediodía, con un tenso careo entre el cacique Pablo Sayas -agente sanitario y referente de una comunidad mbya guaraní- y la médica psiquiatra Adriana Díaz Ferreira, quien desde hace más de una década está a cargo de la atención de las familias de pueblos originarios asentadas en la zona de San Vicente, ubicada a unos 190 kilómetros de Posadas, la capital provincial. Al brindar su testimonio ante el tribunal, Sayas aseguró que fue la médica quien ordenó quemar el cuerpo de Solange. Y en contrapunto, Díaz Ferreira lo desmintió categóricamente: “Jamás dije eso. Ni se me hubiera ocurrido”, sostuvo. Ante la atenta mirada de los jueces Francisco Aguirre, Horacio Paniagua y Julio Carvallo, el fiscal David Milicich, el abogado defensor Jorge Zabulanes, el traductor de guaraní que actuó en el proceso, Marcial Giménez, y la antropóloga social Vilma Solari, propuesta por el Superior Tribunal de Justicia, los dos testigos se mostraron firmes en sus posturas. Mientras que el cacique Sayas insistió en que escuchó con claridad a la profesional de la salud decir que incineren el cuerpo de la víctima, la médica reiteró que jamás dio esa directiva. “La responsabilidad es tuya, dijiste de quemar el cuerpo”, sentenció Sayas, a lo que la psiquiatra respondió: “Nunca jamás dije eso”. La Policía provincial encontró los restos de Solange Diniz Rabela sobre una cama quemada En su declaración previa al tenso careo, instancia que marcó el final de la jornada, Sayas afirmó que Solange no fue asesinada, sino que falleció por una enfermedad. La afirmación de Sayas, según explica el medio local, forma parte de la estrategia de la defensa, que busca reforzar la hipótesis de que la muerte de Solange fue producto de un problema de salud. Además, intenta demostrar que la médica, y no el acusado, fue quien ordenó prender fuego el cuerpo para supuestamente evitar contagios de coronavirus. “Ella estaba enferma, tenía ese problema y nos contó que tuvo una operación de ligadura y un tumor que le estorbaba. Eso fue perjudicando la vida física de ella”, señaló ante los magistrados, asociando a la muerte de la víctima como consecuencia de una condición médica crónica. Luego, el referente de la comunidad mbya arremetió contra las instituciones, al asegurar que “todos los testigos, por miedo, por timidez, no se animan a contar la verdad, porque la autoridad llega atropellando, discriminando”. Y en esa línea, subrayó: “Marcelo es inocente”. “La responsabilidad era de la doctora. Se le pidió ayuda porque había fallecido la señora, ella tenía que inspeccionar el cuerpo, hacer el certificado. Pero ni siquiera entró en la casa y después mandó a quemar todo para no contagiar, yo la escuché decir eso”, insistió Sayas. Al brindar su versión de los hechos ocurridos durante aquella tarde de abril del 2020, la doctora Díaz Ferreira declaró que jamás inspeccionó el cuerpo de Solange ni ordenó que se lo quemara, y que fue a la comunidad por un llamado de Núñez, quien le había solicitado atención médica para niños con cuadros febriles. No obstante, aclaró que estaba al tanto de que la mujer había fallecido a instancias del propio cacique. “Ese domingo de Pascua (de 2020) estaba en mi casa. Me llamó Núñez pidiendo que fuera con la ambulancia porque su pareja había muerto y pensaba que era Covid. Le dije que tenía que avisar a la Policía porque se trataba de un óbito en domicilio. Él respondió que no, que quería que traslademos el cuerpo hasta una comunidad de Fracrán para enterrarlo. Le insistí en que debía notificar a la autoridad”, relató la médica. Ya en la comunidad -con un previo paso por la Seccional Segunda para informar del fallecimiento- la psiquiatra se limitó a atender a los niños. “No me acerqué hasta donde estaba el cuerpo. No soy forense para verificar una muerte, y menos en ese contexto. Nunca constaté que estuviera fallecida. Avisamos que no íbamos a revisar. Le dijimos nuevamente que avisara a la Policía. Jamás se me ocurrió decirle que debía quemarlo”, afirmó, y acto seguido aclaró: “Nos dijo que había muerto a las 6, nosotros llegamos a eso de las 4 de la tarde”. La declaración del acusado Inmediatamente después del careo, Núñez, el imputado por el femicidio de Solange, pidió al tribunal para declarar por sugerencia del abogado Zabaulanes. Una vez que tuvo la palabra, orientó su acusación hacia la doctora, al asegurar que “dijo que el cuerpo sea quemado”. Asimismo, señaló que él, como cacique de la comunidad, no dio esa orden y tampoco llevó a cabo la incineración del cuerpo, citando a otro hombre como quien roció combustible y lo prendió fuego. “Ella era discapacitada, tenía muchos problemas. Yo nunca le alcé mi mano, le amo mucho a ella, y siempre que ella necesitaba algo iba a buscar ayuda”, explicó, y a continuación criticó el desempeño profesional de Díaz Ferreira. “La doctora niega lo que dijo, pero la verdad es otra. Nunca deja remedios en la comunidad, y cuando uno va en busca de ayuda dice que no tiene tiempo, y no da ningún medicamento. Yo le llamé aquella vez, no me atendió nunca, y a los tres días recién apareció con la ambulancia”, declaró. “Yo no la maté, no hice nada”, sostuvo, y al ser consultado sobre quién ordenó enterrar el cuerpo de Solange, insistió: “Fue la doctora”. “Le dije para llevarle a un médico, y me dijo que no tenía derecho de llevar el cuerpo, y en ese momento le escuché decir ‘enterrá o hacé algo que sea más rápido’, y eso fue hecho por Casimiro Dos Santos, sin mi autorización, fue haciendo caso a la doctora”, concluyó. El Tribunal Penal N° 1 de Oberá es el encargado de juzgar a Núñez bajo el cargo de “homicidio agravado por femicidio”, un delito que contempla prisión perpetua, según el Código Penal argentino. A lo largo de las dos audiencias -la segunda se realizará este jueves-, la Fiscalía buscará demostrar que el cacique habría sido el responsable de asesinar e incinerar sus restos, bajo la sospecha de que habría intentado eliminar las pruebas. La coartada De acuerdo con la información publicada por El Territorio, los investigadores plantearon como hipótesis que el acusado habría utilizado el contexto sanitario como coartada para justificar sus acciones, tras alegar que la joven habría muerto por COVID-19 y que habría actuado según las recomendaciones médicas que incluían la cremación y el entierro inmediato para evitar la propagación del virus. El caso se destapó después de que la familia de la víctima denunciara su desaparición Sin embargo, la Fiscalía, representada por el fiscal Milicich, descartó esa versión, que desde el comienzo fue la línea de defensa del cacique. Por este motivo, las circunstancias en torno a la muerte de Diniz Rabela serán parte de los ejes centrales del debate oral. El caso El crimen ocurrió el 12 de abril de 2020, cuando la comunidad guaraní encontró el cuerpo de la joven mutilado, parcialmente calcinado y semi enterrado. La víctima residía en el asentamiento y, tras el hallazgo, su pareja y líder comunitario, Marcelo Nuñez, fue detenido como principal sospechoso. La búsqueda comenzó tras la denuncia del padrastro de la joven, quien, al perder contacto con María Solange, intentó junto a la madre de la víctima obtener información en la comunidad. En respuesta, los miembros de la aldea se mostraron reacios a colaborar y les negaron el acceso. El expediente estuvo a cargo del Juzgado N° 3 de San Vicente, cuyo juez, Gerardo Casco, ordenó múltiples allanamientos y la toma de testimonios, en un contexto de resistencia por parte de los habitantes de la aldea. La zona en la que fueron encontrados los restos de la víctima Las averiguaciones apuntaron contra Marcelo Nuñez, luego de que en su domicilio hallaran un serrucho y una manta manchados con sangre. Sin embargo, el cacique ya se había escapado del lugar, cuando iniciaron el procedimiento en la propiedad. De la misma manera, cerca de su vivienda, la policía localizó tierra removida y una cama quemada. La llegada de peritos permitió identificar restos óseos incinerados pertenecientes a la víctima. Por este motivo, el juez ordenó excavar en la zona. Poco después se conocería el escalofriante resultado, ya que las autoridades encontraron parte del cuerpo de María Solange. A raíz de que el cadáver había sido descuartizado, no pudo recuperarse en la totalidad de sus partes. De acuerdo con el entorno de la víctima, no pertenecía a la comunidad aborigen. Su vínculo con el cacique era reciente y en ese periodo no existían denuncias formales de violencia previa. Algunos integrantes de la aldea afirmaron que el líder les había dicho que la joven murió por coronavirus y que por ese motivo la descuartizó y quemó, en un intento absurdo de evitar un “contagio”. Tras horas de búsqueda, la policía ubicó a Nuñez en la aldea “Pai Antonio Martínez”, a 40 kilómetros del hecho. Los efectivos debieron pedir permiso al cacique de esa comunidad para ingresar y detenerlo. Desde ese entonces, el hombre estuvo sometido a proceso y esta semana se definirá su futuro.

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