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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/06/2025 11:03
Podcast - Planes - Pedro Valente Pedro Valente vive en Miami desde hace más de treinta años. Junto a sus hermanos, Guilherme y Valentin Valent, fundaron y dirigen una academia de Jiu-Jitsu donde no solo se enseña defensa personal, sino una forma de vida. En su conversación con Evangelina Ortiz y Syama Reyes en un nuevo envío del pódcast Plan-ES, Valente expone con precisión una visión que va más allá del combate físico: una filosofía basada en la autodisciplina, el bienestar integral y el desarrollo de la autoconfianza. Formado desde muy joven en la tradición del Jiu-Jitsu brasileño y fuertemente influenciado por su padre y por su maestro Helio Gracie, Valente explica cómo este arte marcial puede actuar como vehículo para alcanzar estabilidad emocional y claridad mental. Sostiene que la agresividad muchas veces nace de la inseguridad, y que una persona segura de sí misma no necesita recurrir a la violencia. La autodefensa, en ese sentido, no es sinónimo de confrontación, sino una herramienta para sostenerse con firmeza en situaciones adversas. Su enfoque ha captado la atención de figuras públicas como Ivanka Trump, quien junto a su familia practica regularmente en su academia, y ha llevado a Valente a crear el código 753: una herramienta práctica que organiza siete elementos espirituales, cinco físicos y tres mentales para alcanzar la paz interior. Ivanka Trump practica Jiu-Jitsu en la academia de Pedro Valente Los siete elementos espirituales se enfocan en la salud del espíritu y la paz espiritual. Los cinco componentes físicos abordan la salud corporal, la fuerza y el bienestar físico. Los tres aspectos mentales se concentran en la salud mental y el control emocional. “Sin salud no hay paz”, enfatiza Valente, citando el principio de que cuando estamos sanos tenemos muchos problemas, pero cuando estamos enfermos, solo tenemos uno. La propuesta de Valente parte de una premisa fundamental: la inseguridad genera agresividad, mientras que la verdadera autoconfianza elimina la necesidad de violencia. “El verdadero poder está en evitar la pelea”, explica el maestro, quien considera que los seres humanos han perdido instintos básicos de supervivencia que otros animales conservan naturalmente. Esta pérdida, según su filosofía, crea un miedo inconsciente que limita el desarrollo personal y las relaciones interpersonales. La formación de una filosofía integral La trayectoria de Pedro Valente comenzó en Brasil, donde creció bajo la influencia de su padre, un médico cirujano apasionado por el Jiu-Jitsu, y del gran maestro Helio Gracie, figura reconocida mundialmente como padre del Jiu-Jitsu brasileño. Esta doble influencia científica y marcial moldeó su comprensión del arte como algo que trasciende la técnica física. “Tuvimos mucha suerte porque nuestro padre era un médico cirujano, pero enamorado del Jiu-Jitsu”, relata Valente en conversación con Evangelina Ortiz y Syama Reyes para Plan-ES. La relación cercana con Helio Gracie, a quien describe como un abuelo, permitió a los hermanos Valente absorber no solo las técnicas, sino también la filosofía de vida que el maestro aplicaba en su cotidianidad. Pedro Valente promueve el Jiu-Jitsu como filosofía de vida basada en autodefensa, control emocional y salud integral (@pedrovalentevb) Testimonios de alto perfil y aplicación práctica El caso de Ivanka Trump ilustra cómo esta filosofía resuena en contextos diversos. Según relata Valente, la empresaria y política comenzó observando las clases de su hija, pero pronto se interesó por la práctica. “Ivanka empezó mirando a su hija. La hija tuvo la iniciativa de aprender Jiu-Jitsu. Entonces ella venía como una madre a mirar a su hija, pero ahí se dio cuenta que eso es interesante, quiero aprender también”, explica el maestro. La familia Trump completa se incorporó gradualmente a la práctica, convirtiendo el Jiu-Jitsu en una actividad familiar. Este ejemplo demuestra cómo la propuesta trasciende barreras socioeconómicas y se adapta a diferentes realidades, manteniendo siempre el enfoque en la defensa personal práctica y la filosofía de vida. La academia Valente en Miami atrae a figuras como Ivanka Trump y entrena a civiles, policías y militares en defensa personal La academia de los hermanos Valente ha entrenado no solo a civiles, sino también a fuerzas policiales, militares y unidades especiales, validando la efectividad de sus técnicas en situaciones reales. Valente documenta casos de mujeres que han aplicado exitosamente las técnicas aprendidas para defenderse de ataques violentos, demostrando que el sistema funciona independientemente de la diferencia de fuerza física. Alimentación consciente y rechazo a las sustancias alteradoras La conversación aborda también temas relacionados con la alimentación, la salud emocional y la crianza. Valente defiende una vida libre de sustancias que alteren el estado natural del cuerpo, como el alcohol, el azúcar procesado o el café. Plantea que el uso extendido de estimulantes y fármacos para resolver cuestiones básicas —como dormir, relajarse o incluso ir al baño— refleja una desconexión profunda con lo corporal. En lugar de soluciones rápidas, propone construir hábitos sostenibles desde el conocimiento y el compromiso. “El alcohol etanol es una neurotoxina. Es algo malo para la salud. No hay nada bueno en poner alcohol en el cuerpo”, afirma Valente, quien extiende esta filosofía a otras sustancias como el café y el azúcar procesado. Su argumento se centra en que estas sustancias alteran el estado natural del cuerpo, debilitando gradualmente la capacidad de autorregulación. La propuesta incluye evitar los postres después de las comidas principales, no mezclar más de un almidón por comida, y priorizar alimentos naturales sobre procesados. Valente nunca ha consumido café, aplicando el principio de que si el cuerpo necesita estimulantes para funcionar, el problema real radica en hábitos de descanso o alimentación deficientes. Valente rechaza el consumo de alcohol, café y azúcar procesado, defendiendo una alimentación natural y consciente La dicotomía del control y la gestión emocional Uno de los pilares centrales de la filosofía Valente es la dicotomía del control, concepto que separa claramente los elementos que una persona puede controlar de aquellos que escapan a su influencia. El clima, el tránsito, los pensamientos ajenos y las acciones de otros pertenecen a la categoría incontrolable. Las propias respuestas, pensamientos, actitudes y acciones constituyen el ámbito del control personal. “La gente normalmente se enfoca mucho en lo que no puede controlar y ahí viene el sufrimiento porque se siente impotente”, explica Valente. El poder genuino surge de concentrarse en los aspectos controlables, generando una sensación de capacidad y reduciendo la ansiedad asociada con la impotencia. Esta filosofía se aplica también a la gestión de emociones negativas. Valente describe un proceso de separación consciente de los sentimientos destructivos, conversando internamente con ellos desde la razón y la inteligencia para demostrar su falta de propósito constructivo. No se trata de reprimir emociones, sino de evitar que controlen las acciones. Tecnología, crianza y comunidad La conversación no omite el rol de la tecnología ni los desafíos actuales vinculados al uso excesivo de pantallas, especialmente en la infancia. Valente defiende una crianza en la que los niños puedan aprender a regularse sin depender de estímulos externos, y a sentirse seguros desde una identidad construida en casa, a través del ejemplo y no de la imposición. El Jiu-Jitsu se presenta como herramienta para recuperar instintos de supervivencia y fortalecer la autoconfianza “Si yo como padre voy a cenar con mi hijo y para distraerlo le doy la pantalla, yo creo que eso no es bueno, porque en primer lugar estoy destruyendo su sociabilidad”, argumenta Valente. Su enfoque prioriza la conexión humana directa y la presencia consciente en las actividades cotidianas. La crianza en la filosofía Valente se basa en la creación de identidad más que en la imposición de reglas. En lugar de prohibir ciertos alimentos o comportamientos a su hijo de ocho años, le explica las razones detrás de las decisiones familiares, permitiendo que el niño elija desde el entendimiento. “Yo nunca le digo ‘tú no puedes’. Yo le explico ‘eso no hace bien. Yo no tomo. Tus tíos no toman’”, describe el maestro. A lo largo del episodio, se hace evidente que para Valente la práctica del Jiu-Jitsu no es un fin en sí mismo, sino un medio para cultivar presencia, resiliencia y serenidad. Reivindica el concepto japonés de Fudoshin, un estado de equilibrio mental que permite actuar con claridad incluso en contextos de caos. Y recuerda que la verdadera transformación no llega de golpe, sino a través de pequeños cambios consistentes. En tiempos marcados por la ansiedad, la sobreinformación y la desconexión, la propuesta de Pedro Valente resulta particularmente actual. No se trata de imponer un modelo único de bienestar, sino de recuperar prácticas que fortalezcan la autonomía, el juicio propio y la conexión con uno mismo.
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