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  • Sánchez se blinda y prescinde de ‘fontaneros’ para gestionar la crisis con los socios: “Es nuestro único interlocutor”

    » Diario Cordoba

    Fecha: 19/06/2025 09:31

    Los colaboradores de Pedro Sánchez siempre han destacado su capacidad de estar en todo, dando indicaciones a los ministros hasta para cuestiones intrascendentes y engrasando la maquinaria de Moncloa para asegurar su precisión. De esta sensación de control se ha pasado a una de descontrol, según lo que se trasmite de arriba a abajo. Desde los ministros a los asesores. Sin apenas directrices ni coordinación en Moncloa, según alertan algunas voces en el Ejecutivo. Entre los diputados rasos no falta quien pone en duda una ausencia de reacción del Gobierno “cuando está saliendo lo que está saliendo”. Después de que estallase el ‘caso Cerdán’ con el informe de la UCO que involucra al número tres del partido en la trama koldo, el jefe del Ejecutivo se ha dedicado a escuchar a miembros del Gobierno y del partido, pero sin trasladarles un plan o encargarles tareas concretas. Tanto es así, que algunos se quejan de que ni siquiera se ha concretado un argumentario ni cuestiones tan básicas como mantener una reunión de directores de comunicación, por lo que las intervenciones en medios de ministros se están reduciendo al mínimo. Es Sánchez quien está gestionando prácticamente en solitario esta crisis. La intervención el lunes desde Ferraz, tras la reunión de la ejecutiva socialista en la que animó a todos los presentes a expresar sus opiniones, la escribió el propio jefe del Ejecutivo en los instantes previos tras los 'inputs' recibidos. De ahí la hora de espera a su comparecencia de prensa. Casi nadie estaba al tanto de qué iba a decir o de cómo lo iba a decir. Tampoco está buscando colaboración en lo respectivo a la negociación con los socios para salvar la legislatura. A este respecto era elocuente la sorpresa del representante de uno de los socios de investidura al manifestar sobre Sánchez que “ahora es nuestro único interlocutor”. Como responsable de relaciones con las Cortes, el ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, realizó llamadas a los portavoces durante el pasado fin de semana para sondear sobre una ronda de contactos con el jefe del Ejecutivo, pero se limitó a trasladar la invitación de Sánchez para reunirse y su pretensión de agotar la legislatura. En los encuentros de este martes, Sánchez se mostró dispuesto a continuar, pero con el matiz de involucrar para ello a los grupos que le dieron su apoyo para la investidura. Para darles garantías, como adelantó este diario, su mensaje se centró en garantizarles que no ha habido financiación irregular en el PSOE. En lo que también coinciden los portavoces que se reunieron este miércoles con el jefe del Ejecutivo es en señalar su abatimiento. Desde el “está preocupado” al “está tocado”. Sin iniciativa, ni anticipar nuevos pasos. Mucho menos un plan sobre la mesa. Una inconcreción no solo con los socios, sino también dentro de sus filas. No por falta de análisis, pues tanto los interlocutores a los que Sánchez escuchó a lo largo del fin de semana como los miembros de la ejecutiva este lunes plantearon multitud de escenarios. En la reunión de la cúpula del partido se propuso desde un congreso extraordinario, para que vuelva a hablar la militancia, hasta convocar asambleas abiertas o una remodelación profunda de la ejecutiva. Sánchez optó, al menos de momento, por una solución quirúrgica, solo con cambios en la secretaría de Organización que ocupaba Cerdán, de cara al comité federal del próximo 5 de julio. Reuniones sin móvil Un ministro del núcleo duro de Sánchez justificaba ya el martes que al presidente del Gobierno “le ha costado mucho trabajo” asumir este escándalo de presunta corrupción en su entorno. “Esto tiene un duelo”, explicaba para añadir que al presidente del Gobierno “le cuesta pensar”. Una impresión que 24 horas después reforzaban los socios, tanto por sus respuestas en el pleno del Congreso como por su breve contacto de apenas media hora en Moncloa. Frente a esta situación, el mismo ministro socialista que describía el ‘shock’ en el que se instaló el jefe del Ejecutivo concluía que en estos momentos “tenemos que seguir trabajando en equipo”. Una llamada a trabajar en equipo que da cuenta del temor al repliegue del presidente del Gobierno. Un blindaje que no deja de ser sintomático cuando el Gobierno ha pasado de poner la mano en el fuego por Cerdán a no descartar que pueda haber “más nombres” implicados en la trama. De esta desconfianza da cuenta no solo el hecho de que Sánchez esté dejando de trasmitir a los suyos, sino también que ya antes incluso de estallar el caso Cerdán el jefe del Ejecutivo optase por la regla de celebrar reuniones sin móviles. Pese a este clima, uno de los colaboradores de Sánchez defiende la decisión de una hacer una “crisis de Gobierno preventiva” porque, según advierte, "si no se puede confiar en la gente, apaga y vámonos”.

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