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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 19/06/2025 07:49
De la mano de dos músicos con historia, vocación y sueños compartidos, nació Amadeus, una academia pensada no solo para enseñar instrumentos, sino para formar personas a través del arte. En la edición N° 76 de “Conociendo a…”, hablamos con sus fundadores, Analía San Miguel, docente jubilada y apasionada por la educación musical, y Emanuel Bocchio, músico y profesor, para conocer los orígenes, la propuesta pedagógica, la evolución de los alumnos y cómo la música puede cambiar realidades. —¿Cómo y cuándo comienza la historia de esta Academia? Analía: Yo justo me acababa de jubilar de mi carrera docente como profesora de música en escuelas primarias y secundarias, y me preguntaba qué iba a hacer de ahí en adelante. Sentía que tenía mucho por dar todavía. Emanuel: Nos conocimos en varios espacios: ella como profesora, yo como practicante, y además compartimos escenarios, obras, charlas. Ya habíamos hablado muchas veces de cómo soñábamos que fuera una academia de música. Y cuando ella me llamó por teléfono con la propuesta, no lo dudé. Teníamos afinidad, había buena energía. Supimos que eso no podía fallar. Analía: Además, el lugar físico tenía historia. Era la casa de mi suegra, y cuando su esposo falleció, nos pareció una forma de seguir dándole vida al espacio. Ahí decidimos empezar, sin saber en ese momento todo lo que íbamos a construir. —¿Qué tipo de enseñanza y actividades ofrece hoy la Academia Amadeus? Emanuel: Ofrecemos clases de instrumentos musicales desde los 6 hasta más de 70 años. Enseñamos piano, guitarra, canto, batería, bajo y también instrumentos de viento como la trompeta. Además, hacemos ensambles, formamos bandas y grupos. Lo importante es hacer música en conjunto, compartir. Analía: No somos una escuela de iniciación musical. Nos enfocamos en el aprendizaje del instrumento. Por ejemplo, para el piano, comenzamos a partir de los 6 años, cuando el niño ya tiene desarrollada cierta motricidad fina. En guitarra arrancamos a los 8. Tenemos alumnos que vienen desde el principio, ya van por el cuarto año. —¿Y cuáles son los instrumentos más demandados actualmente? Emanuel: Tradicionalmente, la gente llega buscando piano o guitarra. Son los clásicos. Pero con el tiempo y la difusión, se fueron sumando más opciones. Hoy tenemos muchos alumnos de canto, bajo, batería, incluso de trompeta. Queremos generar trompetistas fuera del ámbito de la banda militar, que es donde suelen formarse acá. —¿Entregan algún tipo de certificación a quienes cursan? Analía: Sí. Desde este año nos incorporamos al Grupo SEVILLA, una asociación civil integradora de escuelas y academias musicales que trabaja a nivel nacional e internacional. Somos la institución número 618. Eso nos permite otorgar certificados validados, con código QR y código de barras, lo que acredita que el alumno cursó uno o más años, y en qué instrumento. Esto es fundamental para quienes quieren seguir carreras musicales universitarias: al terminar el secundario, pueden presentar este certificado como aval de sus estudios previos. —¿Cómo ven la evolución de los estudiantes y la música en estos años? ¿Ha cambiado algo respecto a épocas anteriores? Analía: Muchísimo. Hoy todo pasa por YouTube, por lo visual, por lo inmediato. Nosotros tomamos ese punto de partida —lo que los chicos ya conocen o escuchan— para llevarlos a descubrir buena música. Enseñamos desde clásicos como Mozart (de ahí el nombre “Amadeus”) hasta folklore, tango y música popular. También insistimos mucho en mostrarles la belleza de la música con sentido, con historia. Por ejemplo, que entiendan por qué no existía música eléctrica en la época de Beethoven, que vean cómo cada obra tiene un contexto. Eso les encanta. Emanuel: Otro tema importante es el trabajo grupal. La pandemia llevó a que muchos chicos se volvieran más solitarios, acostumbrados a cantar o tocar solos frente a una cámara. Acá les enseñamos que la música es un espacio compartido, que se hace en grupo. Que hay errores, pero también hay aprendizajes. Como en la vida. —¿Qué estrategias consideran que los han hecho crecer y mantener a lo largo del tiempo? ¿Qué destacarían como equipo de trabajo? Analía: El compromiso. Acá damos clase pase lo que pase. Nos importa que el alumno no pierda su ritmo, su continuidad. Y somos exigentes con nosotros mismos: si faltamos una clase, la recuperamos. Y también damos lugar a todos, incluso a quienes tienen capacidades diferentes. Creemos en la inclusión. Emanuel: Y también en el respeto, en el vínculo. No solo enseñamos a tocar instrumentos, también enseñamos valores: a equivocarse y seguir, a no frustrarse. El error no arruina la obra, solo la transforma. Y eso también lo aplicamos a la vida. —Si alguien hoy quiere abrir su propia academia de música, ¿qué le aconsejarían? Analía: Que esté preparado, primero que nada. Que se forme, que sea generoso con lo que sabe. Que no se guarde nada para sí. Que enseñe con honestidad y con pasión. Emanuel: Y que entienda que esto no es solo un negocio. Que si bien el dinero es importante, no lo es todo. Lo que deja este trabajo va mucho más allá. Y hay que estar presente, comprometido con el alumno. La persona te está dando su tiempo, vos tenés que respetarlo. Analía: En Amadeus tenemos claro eso. Damos todo lo que sabemos, y recibimos muchísimo más. Ver cómo un alumno crece, cómo se emociona al tocar o cantar, no tiene precio. Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de los reels en redes sociales, buscanos como: Despertar Entrerriano.
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