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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/06/2025 06:32
Cristina Kirchner ya está con arresto domiciliario en su casa de la calle San José (foto Reuters) El arresto domiciliario de Cristina Kirchner es un acontecimiento político de primera magnitud cuyos efectos empezarán a sentirse en los próximos días y que tendrá consecuencias inevitables dentro y fuera del peronismo. Se trata de una bisagra por su gravedad institucional como también por la potencialidad de alterar el escenario, a cerca de dos meses y medio de las elecciones bonaerenses y cuatro meses de los comicios nacionales. En el entorno de la ex presidenta vivieron con euforia la marcha masiva a Plaza de Mayo que convocó a más 150 mil personas, con la participación de militantes y dirigentes de los diversos sectores que integran Unión por la Patria. “Es un hecho político que va a quedar en el calendario de la historiografía peronista. Que miles hayan ido a escuchar a una líder política -para nosotros condenada injustamente- no tiene parangón a nivel internacional”, afirmaron en diálogo con Infobae fuentes calificadas del entorno de CFK. Se trata de una declaración que transmite la perspectiva que tiene el círculo más cercanos a la titular del principal partido de la oposición sobre el presente. “En esta etapa es necesario organizarse para clarificar cuál es el verdadero problema que tiene nuestro país.Vamos a volver con más sabiduría, con más unidad y con más fuerza", fue la frase de Cristina Kirchner que resonó en la plaza. La imagen de la manifestación de apoyo a Cristina Kirchner, desde el dron de Infobae (Gaston Taylor) Esas definiciones sirven para contrastar con el análisis que sobre el mismo fenómeno tienen los expertos en análisis político, quienes también siguen de cerca los vaivenes de la opinión pública. Hay algunas coincidencias, pero también matices interesantes, sobre la inevitable reconfiguración que se viene en el peronismo a partir de la detención de CFK, las tensiones por el liderazgo de la oposición, los desafíos que enfrenta el gobierno de Javier Milei ante esta novedad histórica -un ex presidente preso e inhabilitado de por vida- de cara a las elecciones y sobre el futuro de la jefa del PJ. Para analizar las consecuencias de la prisión de Cristina Kirchner, Infobae consultó a Rosendo Fraga (Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría), Facundo Nejamkis (Opina Argentina), Shila Vilker (Trespuntozero). También, este medio habló con otro analista respetado y consultado por el círculo rojo, que compartió en off the record una aguda perspectiva sobre los últimos acontecimientos. Un hecho que cambia el escenario La visión general de los expertos coincidió en que la detención de Cristina tendrá un impacto inmediato y profundo en el peronismo. Shila Vilker fue contundente al afirmar que, hasta el momento, Cristina Kirchner “logró reconfigurar y aglutinar al peronismo”, y puso como ejemplo que “acercó a Guillermo Moreno, a gobernadores, incluso algunos que estaban distanciados, al mismo tiempo que provocó una retracción de Axel Kicillof”. Para la directora de Trespuntozero, Cristina Kirchner “cobró una vigencia simbólica, nacional, que ahora es total. Hay en este momento una centralidad y una amplificación de la voz de Cristina Kirchner”. Esta centralidad, paradójicamente, surge de su situación judicial. “Nosotros medimos y creció su imagen después de la condena. Creció Cristina, pero también Milei. Ella tiene por ahora una imagen del orden de los 40 puntos”, afirmó. No obstante, la analista advirtió sobre algunas incógnitas: “Hay preguntas abiertas después de que Cristina quedó inhabilitada para competir. Una parte importante de su poder quedó comprometida, sobre todo en los armados políticos y electorales -por retener la lapicera para armar las listas y por su potencialidad en votos- pero no pudiendo competir, la pregunta es ¿quiénes son las figuras que van a seguir? ¿Cristina podrá traspasar sus votos? Es una incógnita”. Rosendo Fraga, por su parte, también planteó sus dudas sobre la coyuntura. “En Argentina hay una mitad que está con Milei y la otra mitad que no está con Milei. El peronismo es la principal fuerza de oposición, pero enfrenta un interrogante sobre su propia naturaleza: ¿Qué es el peronismo hoy?”. El director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría destacó que la detención de Cristina “aleja la división del peronismo, no la acerca, porque el peronismo se divide hoy entre los que la defienden a Cristina y los que no dicen nada, porque hoy no hay quien hable en contra”. Y agregó que Cristina “no le da la conducción efectiva al peronismo, pero la hace la figura más relevante de la oposición”. Facundo Nejamkis, por su parte, profundizó en esta dinámica: “Ante la detención de Cristina, el kirchnerismo postergó sus diferencias, sobre todo la que acarreaba más tensiones, que era la insubordinación de Axel Kicillof, principal figura del peronismo alternativa a Cristina. La novedad de la condena a Cristina puso a ese desafío en una postergación sin fecha de vencimiento”. La pregunta que surgió es cuándo se volverá a desafiar su liderazgo, algo que el titular de Opina Argentina ve difícil en el corto plazo: “¿Quién se animaría hoy en el peronismo a salir a armar algo en contra de Cristina? Armar algo que esté identificado con el kirchnerismo sin la venia de ella es más difícil que antes”. Otra mirada, que compartió el analista que pidió reserva de identidad es que más allá de que la prisión de Cristina Kirchner haya producido una movilización significativa, el peronismo “está en una fase de transición o de sucesión, debido a que la estrella de Cristina Kirchner se va a ir apagando, entre otras cosas porque objetivamente, ella va a tener muchas restricciones”. Lula, Correa y Evo, espejos para CFK Otra izquierda. Lula da Silva estuvo con la mexicana Claudia Sheinbaum en la cumbre del G7. La comparación entre la situación de Cristina Kirchner y las trayectorias del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el ecuatoriano Rafael Correa y el boliviano Evo Morales se vuelve ineludible al intentar proyectar el futuro de la expresidenta argentina. Son líderes que enfrentaron causas judiciales, denunciaron “lawfare” -una suerte de derecho penal del enemigo o persecución política-, y transitaron caminos distintos que ofrecen lecciones valiosas. Shila Vilker abordó esa comparación con cautela: “Si pienso en Rafael Correa y su exilio -porque Correa se fue a Bélgica- la diferencia principal es que Cristina se quedó acá. Trascendió que a ella le ofrecieron asilo en embajadas y eligió quedarse. Eso te habla del temperamento, similar al de Lula, que también decidió quedarse a enfrentar la situación”. Para Vilker hay, sin embargo, una diferencia clave, ya que “gobernar desde afuera es difícil, pero gobernar con inhabilitación perpetua es aún peor. La idea de la proscripción es potente, se entronca con la historia del peronism, con la casa de San José que remite a Puerta de Hierro, pero el problema de esa narrativa es que se encapsule ahí y no haya un proyecto superador, porque eso solo no alcanza, no se destraba el tablero”. Rosendo Fraga también encuentra puntos de conexión con la experiencia ecuatoriana. “Correa es un dirigente que desde Bélgica saca más de 40% de los votos con candidatos, no es una persona que ha desaparecido. Uno puede hacer la analogía con Correa, porque su candidata terminó segunda y él está activo en la política interna. Creo que Cristina va a estar también en la política, pero eso no quiere decir que vaya poder definir los próximos candidatos presidentes”. Facundo Nejamkis es más escéptico sobre la posibilidad de que Cristina replique el modelo Lula. “No lo veo por razones técnico-jurídicas. El modelo Lula no incluía inhabilitación para ejercer cargo público a perpetuidad. Lula podía volver a ser candidato y además Lula fue preso por un fallo en segunda instancia, no por un fallo confirmado en la Corte”. Además de las diferencias legales, Nejamkis marca una distinción en las características de los liderazgos: “Lula tenía unas características de las que carece Cristina, que es una plasticidad para dialogar y construir coaliciones con grupos que piensan diferente”. El analista no se imagina ese diálogo entre Cristina y Mauricio Macri, como Lula lo tuvo con su principal adversario, Fernando Hernique Cardoso. Para Nejamkis, “puede haber una diagonal con la opción de Kicillof, que viene hablando de que hay que construir un frente anti Milei, del centro democrático, que habla con otros gobernadores, como el radical Maximiliano Pullaro o con Ignacio Torres, del PRO”. Pero para eso, según su perspectiva, requeriría de un gesto “magnanimidad” de parte de Cristina: “En una actitud sumamente magnánima, Cristina podría alentar desde su detención la construcción de ese frente y el traspaso del liderazgo a uno más acorde con lo que demanda la época. No sé si Cristina va a tener esa grandeza. Si no lo hace, ahí aparece el modelo Rafael Correa, que impulsa candidatos a presidente que pierden, porque no puede armar una mayoría debido a que nadie quiere ir con Correa”. Nejamkis agrega: “La pregunta es si Cristina vence al peronismo o el peronismo a Cristina. Si Cristina vence al peronismo, lo convierte en un partido importante, relevante, significativo, pero que no puede construir mayorías para conquistar el poder. Si el peronismo vence a Cristina, surge un liderazgo distinto, más pragmático, que por ahí ni siquiera es Kicillof, puede ser un liderazgo que debería ser lo suficientemente versátil para contener también al kirchnerismo”. La sucesión en el peronismo Axel Kicillof se mostró en la marcha de apoyo a Cristina (foto Reuters) La detención de Cristina Kirchner no solo impactó en su figura, sino que también pareció acelerar y complejizar la ya de por sí intrincada discusión sobre la sucesión del liderazgo en el peronismo. El freno temporal a la “sublevación” de Kicillof, tal como la describe Nejamkis, abre interrogantes sobre los tiempos y las formas de una renovación. Shila Vilker afirma que la detención “no es el inicio del ocaso definitivo de Cristina, su vigencia la están viendo todos y se la pudo ver con la marcha en su apoyo y también se transparenta cuando se analiza opinión pública. Esta escena por ahora la fortalece y retrae el proceso de renovación”. Sin embargo, también subrayó la incertidumbre sobre las figuras emergentes: “La duda es cómo logrará contener ese capital político acumulado. Hay figuras emergentes como Axel Kicillof, que hoy está en retracción, o Sergio Massa o algún gobernador o exgobernador que se anime a liderar”. Rosendo Fraga observa que la “renovación que se está demorando, pero en ese tipo de espacios, Cristina tiene un lugar para jugar un rol y no la veo fuera de la política”. Reconoció que no cree que Cristina sea presidenta en el futuro cercano, pero sí una figura de influencia: “¿Ella puede ser presidente dentro de dos años? Es muy difícil, pero va a seguir reteniendo influencia, va a tener un rol. Pero no como líder del peronismo para los próximos diez o quince años”. La cuestión de la unidad, aunque formal, es crucial para Fraga: “Lo probable es que la unidad del peronismo para las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre se va a repetir para las elecciones nacionales del 26 de octubre. Hay una conciencia en el peronismo de que tienen una elección muy difícil y de que unidos tiene una posibilidad, y divididos, ninguna”. Facundo Nejamkis profundiza en el impacto sobre Axel Kicillof: “En el corto plazo, la prisión de Cristina Kirchner le presenta al gobernador un problema, porque su grupo planteó un escenario de confrontación interna, de amenaza de ruptura, pero desde un espacio que compartía con el kirchnerismo los mismos votos, las mismas valoraciones personales. En lo inmediato, le genera un problema, porque la estrategia de diferenciación es más difícil ante su electorado,porque si avanza se puede interpretar como alguien que abandona a Cristina cuando la detienen los que la persiguen”. No obstante, Nejamkis no descartó un beneficio a mediano y largo plazo: “En el mediano o largo plazo la condena le resuelve un problema a todo el peronismo, que si no era imposible, que es la posibilidad cierta del retiro de Cristina”. Sergio Massa estuvo en la Plaza de Mayo con el Frente Renovador El otro analista consultado destacó que los grandes líderes políticos “obturan su sucesión y generan rebeliones, por eso los gobernadores atienden sus intereses y un sector kirchnerista presenta un doble discurso del ‘todos apoyamos a Cristina, pero dentro de seis, siete meses te quiero ver’”. Y pronosticó un escenario complejo para el principal contendiente de Cristina, en base a relevamiento propios, que indican que el peronismo tiene altas chances de sufrir una derrota en la provincia de Buenos Aires. “El peronismo está en retroceso, con su líder histórica en declinación y sin un liderazgo a la vista unificador. La sucesión en el peronismo está abierta, pero no parece que Kicillof pueda amalgamar las diferencias internas que tiene el PJ. Además, gobierna la provincia de Buenos Aires, y hay una suerte de maldición histórica conocida”. “El escenario de mayor probabilidad es una derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires, que tendrá como consecuencia una declinación progresiva pero constante de Cristina. Las encuestas hoy dan que el peronismo pierde, pero si en septiembre y en octubre el peronismo ganara, entonces se deberá redefinir y dar lugar al escenario de menor probabilidad, que es un peronismo, y por lo tanto Cristina, fortalecidos”, indicó el experto. Milei y la cuestión electoral El nuevo escenario desafía al presidente Milei de cara a las elecciones La detención de Cristina Kirchner no solo activó una reorganización en la interna peronista, sino que ineludiblemente impactará en el escenario político general, con el gobierno de Javier Milei como actor central. La polarización, lejos de disiparse, parecería mantenerse como la dinámica dominante, aunque con nuevos matices. Facundo Nejamkis utilizó una metáfora para explicar la dinámica entre los dos polos: “Para analizar la dinámica de la polarización se puede hacer la analogía con una telenovela, que tiene un galán y un contra galán (independientemente de los géneros). El galán es Milei, y Cristina Kirchner sería su contra galán: el afecto, la esperanza, la expectativa que se puede generar alrededor de ella va a tener que ver mucho con qué pasa con el gobierno de Milei”. La paradoja apareció de manera evidente: “Si el gobierno de Milei es exageradamente bueno, va a convertir a San José en un lugar de peregrinación de fanáticos. Pero, si la gestión es aceleradamente mala, como Macri entre 2017 y 2019, se puede convertir San José en un lugar de esperanza y de expectativa. Puede generar la pregunta en la sociedad, ¿por qué tienen presa a Cristina, que nos podría salvar y resolver los problemas de la Argentina? Me gustaría tener una respuesta, pero le falta maduración a la trama de esa telenovela”. Nejamkis también adviertió sobre los riesgos de una radicalización del PJ bajo el liderazgo de Cristina: “Hoy el peronismo tiene menos apoyo que antes en esos electorados y no tiene la capacidad de contener a la mitad, sino a un tercio de la población. A partir de eso, hay riesgos de que, si la conducción de Cristina es muy radicalizada, se acelere una ruptura con sectores del peronismo más moderados. Si Cristina dice ‘en octubre tenemos que ir a las elecciones con los más duros a plantear que no puede ser que yo esté presa y que ese sea el eje de la campaña, con un candidato como Grabois o Máximo Kirchner en la Tercera Sección Electoral’, eso puede acelerar que haya sectores del peronismo que armen una alternativa de centro moderado y que el kirchnerismo se convierta en una versión radicalizada de sí mismo, que pase de ser un tercio a ser un 15% o 20%”. La pregunta clave es: “¿cómo reacciona Cristina y su núcleo duro frente a esta situación inédita? ¿Se van a radicalizar o van a ser más inteligente y van a decir ‘ampliemos, a ver si tenemos alguna chance de volver al poder’? Para volver al poder hay que ampliar para no ser una minoría intensa y dura de fanáticos”. En base al escenario más probable, que ofreció uno de los analistas consultados, una derrota en las elecciones bonaerenses va a permitir eventualmente que la hegemonía política del Gobierno se fortalezca, con un asterisco: aunque el peronismo pierda la Provincia, al final, cuando se haga el recuento, el peronismo va a ser, probablemente, la segunda fuerza desde el punto de vista electoral y la primera minoría desde el punto de vista legislativo”. Con esta configuración, “el Gobierno puede ganar, pero no va a tener mayorías en el Congreso Nacional”. Sobre la dinámica electoral, este analista adviertió sobre el “cansancio” de la sociedad con el kirchnerismo: “La gente la está pasando mal, las expectativas que tenían sectores juveniles y populares no se cumplieron, pero la gente no quiere saber nada con el kirchnerismo, porque perdió la capacidad de representación”. Por eso que el 7 de septiembre se presenta como un test decisivo: “Si en la Tercera Sección Electoral el peronismo en lugar de ganar por 25 puntos, sobre todo en La Matanza, ganase por ocho puntos, se puede anticipar que en octubre el peronismo pierde las elecciones. Hasta el 7 de septiembre el peronismo puede perder aún ganando”. En conclusión, la detención de Cristina Kirchner abrió un capítulo sin precedentes en la política argentina. La expresidenta se encuentra en una encrucijada que la obliga a elegir, o a ser elegida por las circunstancias, entre el camino de un Lula resurgente, un Correa con influencia pero alejado del poder directo o un Evo Morales que impone un presidente, que lo termina combatiendo. La unidad formal del peronismo es un hecho, pero la verdadera sucesión de liderazgo seguirá como incógnita. Mientras tanto, el gobierno de Milei observa, esperando capitalizar la situación, consciente de que, aunque gane batallas electorales, el peronismo conservará un importante peso legislativo. La trama política se complejiza y el futuro de Argentina, en esta nueva configuración, se muestra más impredecible que nunca.
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