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Gualeguaychu » El Argentino
Fecha: 19/06/2025 05:00
La fiscal Alejandra Mángano alertó sobre una creciente modalidad de explotación que capta a jóvenes en situación de vulnerabilidad para producir pornografía y realizar streamings sexuales bajo control coercitivo. Miércoles, 18 de Junio de 2025, 15:22 Redacción EL ARGENTINO La cotitular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), Alejandra Mángano, advirtió sobre el crecimiento sostenido de una forma de trata que avanza sin fronteras y que tiene como escenario principal el entorno digital. Según explicó, esta modalidad de explotación sexual creció de manera “exponencial” desde la pandemia y afecta principalmente a adolescentes y jóvenes mujeres en situación de vulnerabilidad. “Estamos frente a una nueva lógica de mercado que se nutre de la mercantilización de la intimidad y el control total sobre el cuerpo y la imagen de las víctimas”, sostuvo Mángano, quien remarcó que el delito se expande más allá de las jurisdicciones nacionales y requiere, por lo tanto, de herramientas de investigación y cooperación internacional cada vez más eficaces. La fiscal explicó que estas víctimas suelen ingresar al sistema con la idea de que tendrán autonomía, creyendo que podrán producir contenido desde sus hogares y compatibilizarlo con sus rutinas. Sin embargo, lo que ocurre en realidad es que terminan atrapadas en un esquema de vigilancia permanente y control físico o virtual a cargo de intermediarios que exigen horarios estrictos frente a la cámara, exigen disponibilidad total y las amenazan con divulgar su contenido íntimo si no cumplen las condiciones impuestas. “Hay personas que las monitorean para asegurarse de que no rechacen a usuarios, no se desconecten ni dejen de responder. Es un mecanismo de coerción que puede incluir desde la amenaza hasta la publicación efectiva del material para disciplinar a la víctima”, describió. Agregó que esta situación se agrava cuando las víctimas son trasladadas a lugares como hoteles o departamentos alquilados, donde el control físico puede ser más directo. La fiscal también abordó las consecuencias de entregar el control del material íntimo a un tercero. “Una vez que el contenido entra a internet, se vuelve incontrolable. La víctima ya no tiene ninguna capacidad de limitar su uso, distribución ni monetización”, advirtió. Mángano insistió en que este tipo de explotación no se detiene en el contenido en línea. Muchas veces, el proceso escala hasta derivar en la obligación de mantener encuentros sexuales presenciales con clientes prostituyentes. Este circuito transnacional —en el que la demanda suele concentrarse en países más desarrollados y la oferta proviene de contextos de mayor vulnerabilidad económica— configura una red global que exige respuestas judiciales coordinadas. “Ya detectamos casos de mujeres argentinas que son captadas para hacer streamings sexuales con clientes ubicados en otros países”, reveló la fiscal. Y concluyó que las investigaciones actuales demandan una cooperación jurídica internacional eficaz, capaz de responder con celeridad ante este tipo de delitos complejos y en continua expansión. El fenómeno que describe Protex pone en el centro del debate la vulnerabilidad digital y la necesidad de políticas de prevención, protección y concientización para adolescentes y jóvenes frente a una amenaza que se disfraza de libertad pero opera como una nueva forma de esclavitud moderna.
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