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Parana » Informe Digital
Fecha: 18/06/2025 20:11
La tensión interna en la CGT ha escalado en las últimas horas a niveles que presagian una nueva fractura: el líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, instó a la cúpula de la central cegetista a que se discuta de manera urgente un plan de lucha “sostenido y escalonado” contra el ajuste y la “proscripción” de Cristina Kirchner. “La CGT no puede permanecer inmóvil y debe actuar frente al ajuste, la represión y la proscripción política; el movimiento obrero debe liderar una gran convergencia de luchas junto a estudiantes, jubilados, pymes y sectores afectados por el ajuste”, afirmó el dirigente metalúrgico, una de las figuras prominentes del sindicalismo kirchnerista que ha presionado sin éxito para que se declare un paro general en apoyo a la ex presidenta. La contundente declaración de la UOM, difundida en las redes sociales, se produjo 24 horas después de que un grupo de líderes de la CGT decidiera dejar a los sindicatos en “libertad de acción” para asistir al acto kirchnerista en la Plaza de Mayo sin realizar una convocatoria oficial. En la reunión cegetista, llevada a cabo en la Federación de Trabajadores de Sanidad (FATSA), la mayoría de los presentes criticó con vehemencia al kirchnerismo por el “destrato” que sufrió casi toda la dirigencia sindical durante años. Uno de los que se mostró más contundente fue Hugo Moyano (Camioneros), quien recordó que Cristina Kirchner y su hijo Máximo despreciaron al sindicalismo y que, incluso cuando el gobierno de Macri “allanó 25 veces” su gremio, “ni siquiera llamaron por teléfono a ver si necesitábamos algo”. Como expresión de descontento, la CGT decidió no asistir este martes a la reunión convocada por el PJ para analizar la marcha por Cristina Kirchner, debido a las “desprolijidades” en la convocatoria y al temor de que los K provocaran alguna agresión en la sede partidaria. El panorama sindical se ha redefinido en las últimas horas, estableciendo un bloque antikirchnerista, o no kirchnerista, mayoritario, y un sector alineado con la ex presidenta, en minoría, que busca presentar a sus rivales como “complacientes” con el gobierno de Javier Milei y renuentes a defender a la jefa del PJ. Por ello, resulta significativo el pronunciamiento de Furlán en contra de la CGT, que, según fuentes de la UOM, no contaría con el respaldo orgánico del Consejo Directivo del gremio, que se reunió el jueves pasado para deliberar sobre la crisis de su obra social y no tocó ni el tema de la CGT ni de Cristina Kirchner. La cúpula cegetista, que ha mantenido una relación tensa con la ex mandataria y La Cámpora durante muchos años, emitió tras la reunión de ayer un comunicado de prensa en el que destacó que “los trabajadores estaremos al lado de nuestra compañera injustamente condenada” y anunció que “convoca por convicción, pertenencia y solidaridad a todos los gremios y trabajadores/as que deseen unirse a la concentración para dar testimonio de acompañamiento”. “Aquellos sindicatos que hayan decidido llevar adelante acciones sindicales para manifestarse -destacó la central obrera- quedan liberados para realizar todas las medidas que consideren pertinentes en función de cada una de las actividades que representen”. El comunicado de la CGT concluye de la siguiente manera: “Los trabajadores y trabajadoras tenemos memoria y nos manifestaremos en las calles para repudiar la injusticia y la proscripción en defensa de la democracia”. No obstante, bajo el sello de la UOM y con el título “La CGT debe actuar”, Furlán realizó una serie de contundentes planteos a la central obrera, formando parte de ella como secretario del Interior. Al inicio de su declaración, resaltó que “el pueblo trabajador atraviesa una emergencia social, caída del salario real, desempleo y cierre de industrias, mientras el gobierno de Javier Milei implementa un plan de ajuste, endeudamiento y privatizaciones al servicio del poder económico y financiero”. “Al mismo tiempo -agregó- se otorgan superpoderes a las fuerzas de seguridad para vigilar y reprimir sin control judicial, criminalizando la protesta y hostigando a la ciudadanía en general. En este contexto, avanza la condena arbitraria contra Cristina Fernández de Kirchner, sin pruebas, con jueces designados a dedo y validada por los medios hegemónicos. No es un hecho aislado, es el capítulo más grave del lawfare diseñado para proscribir al liderazgo popular e intimidar a quienes luchan”. A continuación, la UOM enfatizó: ““La CGT no puede permanecer inmóvil y debe actuar ante el ajuste, la represión y la proscripción política; el movimiento obrero debe liderar una gran confluencia de luchas junto a estudiantes, jubilados, pymes y sectores golpeados por el ajuste”. Posteriormente, el gremio metalúrgico demandó a la conducción de la CGT tres puntos “con carácter de urgencia”: “1) Convocar a un Comité Central Confederal para debatir la situación nacional y coordinar una respuesta común y federal del conjunto del movimiento obrero. “2) Lanzar un plan de lucha nacional sostenido y escalonado con movilizaciones masivas regionales y paros generales, coordinado con todos los sectores populares afectados. “3) Pronunciarse de manera firme en defensa de la absolución y plena reivindicación política de Cristina Fernández de Kirchner, rechazando contundentemente el lawfare como herramienta de disciplinamiento político y social, promoviendo la protección de las libertades democráticas y derogando los superpoderes represivos otorgados a las fuerzas de seguridad”. “Es tiempo de transformar la preocupación en acción colectiva -agregó-. Convocamos a la CGT a asumir el rol de conducción que la historia demanda y a impulsar, junto con todos los sectores populares, un plan de lucha que detenga el ajuste y la persecución en la entrega de patrimonio y soberanía, así como la defensa de la democracia, los derechos conquistados y el futuro del pueblo organizado.” Hoy, en la CGT se ha consolidado un ala no kirchnerista que incluye a los cotitulares de la CGT Héctor Daer (Sanidad), Octavio Argüello (Camioneros) y Carlos Acuña (estaciones de servicio), junto a los independientes Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), entre otros, sumándose aliados como Julio Piumato (judiciales), Rodolfo Daer (Alimentación), Jorge Sola (seguro) y Sergio Romero (UDA). Hugo Moyano, integrante de la mesa chica de la CGT, también pertenece a este sector. En el lado opuesto, la fracción kirchnerista está compuesta por Furlán, Santa María, Moser, Ricardo Pignanelli (SMATA), Sergio Palazzo (bancarios), Omar Plaini (canillitas), Norberto Di Próspero (personal legislativo), Pablo Flores (AFIP), Graciela Aleñá (viales) y Carlos Minucci (jerárquicos de energía), entre otros. Este sector ya ha renunciado a la CGT por diferencias con sus líderes Mario Manrique (SMATA) y Pablo Moyano (Camioneros), quien el pasado viernes reapareció en una visita a Cristina Kirchner para brindarle el “apoyo” de Camioneros (algo que no fue oficial) y diferenciarse nuevamente de la postura de su padre, Hugo. ¿Habrá una oleada de renuncias adicionales de los K a la CGT para debilitarla y acelerar su renovación? Este escenario impactará en el congreso cegetista que deberá elegir nuevas autoridades en la primera quincena de octubre. Aún sin definiciones sobre la lista de líderes, lo único certero es que se prevé un clima de fractura.
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