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Parana » Informe Digital
Fecha: 18/06/2025 20:11
La crisis de SanCor Cooperativas Unidas Limitada (CUL) ha entrado en una nueva fase judicial con la apertura formal de su concurso preventivo de acreedores en febrero pasado. En este escenario, la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina (Atilra) ha denunciado que la empresa sigue sin cumplir con el pago de salarios, incluso tras el inicio del proceso concursal. La firma enfrenta una profunda crisis, con una deuda superior a los US$400 millones. “Nos adeuda [SanCor] por delante y por detrás del concurso, y tampoco nos paga hacia adelante”, afirmó Atilra en un comunicado, donde además alertó sobre la crítica situación de los trabajadores y la necesidad de ser considerados en cualquier decisión que se tome respecto al futuro de la empresa. El gremio destacó que actualmente “el 90% de las plantas industriales están paralizadas”, lo que agrava aún más la situación y pone en riesgo cientos de puestos laborales. “En medio de esta desesperante situación para nuestras familias ha trascendido, y la propia empresa así lo ha comunicado al Juzgado, la existencia de propuestas por parte de inversores interesados en la reactivación”, subrayaron. La cooperativa láctea busca aumentar su volumen de producción, ya sea en plantas actualmente operativas o mediante la reactivación de instalaciones paralizadas. En este sentido, días atrás logró dos nuevos acuerdos para la elaboración de productos. Uno de los convenios es análogo al firmado con el grupo cordobés Elcor—propietario de la marca Tonadita— bajo un esquema a fasón para manteca, mientras que el otro se basa en la compra de leche para procesar. Según informaron, ambos acuerdos están diseñados como esquemas de provisión sostenida y de largo plazo, lo que permitirá a SanCor recuperar parte de su capacidad productiva y fortalecer su operación comercial. Según el gremio Atilra, “el 90% de las plantas industriales están paralizadas” Según el sindicato, el pasivo de la empresa supera ampliamente al activo, según la verificación de créditos presentada ante la Justicia. En este contexto, advirtieron: “La paralización de la actividad conlleva directamente a una quiebra, donde todos quedaremos sin trabajo y, ni nosotros ni el resto de los acreedores cobrarán un peso, produciéndose el desguace y cierre de las plantas con toda la gente en la calle”. Atilra enfatizó que no se trata de un acreedor más dentro del proceso concursal, sino de trabajadores cuyos créditos “tienen carácter alimentario”, dado que el “salario resulta vital e imprescindible como único medio de subsistencia de las familias”. En ese marco, el sindicato lanzó una serie de exigencias y propuestas. Por un lado, reclamaron: “Que las autoridades de SanCor CUL nos informen de inmediato sobre las propuestas de reactivación por parte de los inversores referidas a nuestra situación laboral, para que sean consideradas en asamblea y aprobadas o rechazadas”. Además, propusieron “un plan de lucha nacional en defensa y resguardo de la fuente y puestos de trabajo”. En este contexto, anticiparon su intención de marchar “hacia el juzgado del concurso” para solicitar a la Justicia que garantice el sostenimiento de la actividad y evite despidos masivos. En este marco, fuentes cercanas a la empresa que conocen el proceso indicaron a LA NACION lo dicho por el sindicato: “No pueden realizarse propuestas de forma parcial, sino siempre en el marco de los tiempos y procesos propios del concurso”. En relación con los eventuales interesados en reactivar las plantas, afirmaron: “Los diálogos que se establecen requieren confidencialidad. Tampoco se puede estar comentando cosas que generen expectativas y que no se concreten”. El secretario general de Atilra, Héctor PonceFuente: SunchalesHOy La tensión entre la empresa y los trabajadores no es nueva, pero se intensifica a medida que pasa el tiempo sin avances concretos en la recuperación productiva ni en el pago de los haberes adeudados. Paralelamente, el concurso sigue con la mirada puesta en posibles inversores dispuestos a apostar por una reestructuración. Por su parte, los trabajadores organizan asambleas en distintas plantas y no descartan nuevas medidas de fuerza. “No queremos ser simples espectadores, exigimos ser parte de cualquier decisión sobre nuestro futuro”, reiteraron en Atilra. La historia de SanCor, que fue una de las principales cooperativas lácteas del país, atraviesa uno de sus capítulos más inciertos. El resultado del concurso y las acciones que se tomen a corto plazo serán clave para determinar si se abre una nueva etapa de reactivación o, en cambio, se precipita un desenlace traumático que afecte a toda la cadena láctea.
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