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  • El secreto de las bellas: "Con el maquillaje busco la mejor versión de cada rostro"

    » La Capital

    Fecha: 18/06/2025 19:13

    Con este maquillaje, Paola y su modelo lograron el tercer puesto en un concurso de maquillaje profesional realizado en la ciudad de Córdoba. Es un trabajo invisible y visible a la vez y esa dualidad puede ayudar a ganar un concurso de belleza o a ser motivo de burla en los medios, siempre crueles con la imagen exterior que proyectan las personas que están “en el foco de una cámara”. Es que un buen maquillaje puede hacer la diferencia entre el éxito y el fracaso , por algo hasta tiene una categoría premiada en la industria del espectáculo. Detrás de esos rostros tersos, perfectos o de alguna marcada cicatriz, siempre hay un profesional del maquillaje que sabe de colores y claroscuros para encontrar la mejor versión de cada rostro. En ese rubro, la sastrense Paola Zavattero ( @paozavattero ) supo construir un nombre desde sus tímidos inicios en un curso de un año en una academia de Rosario, hasta maquillar a las postulantes de Miss Universo Argentina. Logró tener tres academias propias donde enseña maquillaje urbano y artístico, una en Funes, otra en San Jorge y en Sastre. Las últimas dos son las que conserva actualmente y reparte su tiempo entre clases, maquillajes especiales para casamientos, fiestas de 15 o en eventos de modelaje para la presentación de colecciones de moda y concursos de belleza. Paola Zavattero7.jpg Los inicios en el maquillaje profesional –¿Cuándo surgió la idea de aprender sobre maquillaje profesional? Fue en los en 2011. En realidad siempre, me gustó el dibujo. Hace de los 2 años que dibujo y siempre dibujé rostros con el lápiz, retratos, ojos, de forma autodidacta. Amo dibujar. En un momento, ya casada y con dos hijos chicos me dije: “Quiero estudiar maquillaje”. Lo elegí porque era un curso corto, de un año, en Rosario. –¿Cómo hacías con los viajes y los chicos? –En ese momento vivíamos en otro pueblo, en Santa Clara de Saguier donde no pasaban los colectivos. Entonces tenía que viajar con mi ex marido y mis hijos Joel y Luccia hasta Sastre (unos 70 km), dejarlos al cuidado de mi mamá y tomar un colectivo hasta Rosario (a 220km). No tenía idea de nada .La primera vez en Rosario, le pregunté 100 veces al colectivero si faltaba mucho para llegar (risas). Viajé durante un año y nunca falté. Porque sabía que lograr mi objetivo sólo dependía de mí, a pesar de los miedos. –¿Qué pasó al terminar el curso? –Terminé de estudiar y enseguida desde el Instituto Piazza me convocaron para representarlos. A los dos meses de terminar el curso ya estaba dando clases en San Jorge en una academia de peluquería, fui una pionera en esto en la zona. Hoy puedo decir que formé a cientos de personas en técnicas de maquillaje y algunos hasta lo utilizan como forma de vida. –¿Seguiste formándote? –Si, terminé el primer curso, comencé a dar clases en San Jorge y seguí viajando a Rosario para hacer cursos de perfeccionamiento. Todo eso viviendo en Santa Clara, con dos chicos pequeños, la menor tenía un año. Al hacer otros cursos comenzaron a llamarme de agencias de modelos de Rosario para trabajar en desfiles o sesiones fotográficas. El mundo de los diseñadores –Comenzaron a abrirse la puertas de un mundo nuevo... –Fue increíble, a fines de 2012 ya estaba trabajando para diseñadores de Buenos Aires y de Rosario como Roberto Piazza, Florencio Adot, Claudio Cosano, Benito Fernández... incluso fui a maquillar en una obra de calle Corrientes. –¿Qué generaba eso en vos? –Para mí fue algo maravilloso. Yo era una chica de pueblo, que vivía a 250 kilómetros de Rosario y a más de 500 de Buenos Aires y sin embargo me convocaban para sus eventos aún cuando era más fácil buscar una maquilladora que está 15 a 20 minutos. En 2013 comencé a trabajar para Miss Mundo y para los mejores diseñadores en desfiles y eventos. Después llegué al punto donde ya estaba a cargo de los equipos de maquillaje. Eran desfiles muy importantes con las marcas más top de Argentina. Venían las modelos como Oriana Sabatini que abrían el espectáculo, o los famosos del “Bailando” de Tinelli. –¿En qué otros eventos pudiste maquillar a gente famosa? –Estuve en el desfile privado que se hizo antes de comenzar el Dakkar de 2014, también en la Fashion Week, o para los premios Magazzine... y hace unas semanas estuve maquillando en Miss Universo Argentina. Fui una de las únicas del país, casi todo el staff eran maquilladores venezolanos. También en los Juegos Olímpicos de la Juventud en 2018 tuve la posibilidad de maquillar a los artistas de Fuerza Bruta, que tenían a cargo la apertura. Paolaz.jpg –¿Sos una de las maquilladoras de la cantante Azul Saita? –Sí, en general cuando graba algún videoclip de un tema me convoca para el maquillaje. O cuando anda trabajando por la zona también. –¿Dónde fue el lugar que te llevó esta actividad y nunca hubieras esperado? –Esta profesión me permite vivir y mantener a mi familia y también, algo que me encanta hacer, me permite viajar. Justamente por eso, hace unos años viajé a Italia y subí unas fotos a las redes de mi viaje y un fotógrafo amigo que estaba trabajando en París, haciendo una producción para una modelo, me llamó y me invitó... “Tengo una producción, estás a dos horas y media en avión de París, venite” y listo, me fui a Francia. Era una producción increíble, pero no entendía demasiado porque el único que hablaba castellano era mi amigo. Estuve cuatro días en París. –¿Qué fue lo más loco que te sucedió por ser maquilladora? –Hace un año me anoté en un concurso de maquillaje en Córdoba 48 horas antes de que se realizara el evento. Fue un jueves a la medianoche sin tener en cuenta que al otro día tenía que trabajar dos turnos en San Jorge y a la noche con mi hijo. Pagué la inscripción y me mandaron el reglamento. Pensé: “Agarro el maletín con el maquillaje y listo” pero cuando leí el reglamento yo me quería morir. Tenía que tener una temática, un diseño, una modelo peinada y con ropa... presentar un boceto...muchas cosas y poco tiempo. Así que trabajé todo el día y a la noche fui a la hamburguesería de mi hijo. Volví y me puse a hacer el boceto, terminé y sin dormir agarré el auto y salí para Córdoba. Durante el día me contacté con una amiga de mi hijo que yo había maquillado en su graduación y tenía unos ojos con muy buenos párpados. Ella estudiaba en Córdoba y podía ser mi modelo. Su mamá me alcanzó el vestido de graduación y yo me llevé un tocado del cumple de 15 de Luccia, mi hija. Paola Zavattero2.jpg Teníamos menos de dos horas para hacer el trabajo y levantar los brazos. Así que dije yo, bueno, “que Dios me ayude” y empecé. Le puse una hora y cuarenta minutos sin levantar la cabeza para nada. Terminé y levanté los brazos y ahí miré el trabajo de mis colegas y pensé: “tengo chances, me gusta lo que hice”. Después al público le encantó y al jurado también, logramos el tercer puesto. Para mí fue una experiencia muy positiva, fue algo nuevo y que pude hacer con muy poca preparación. –¿Por qué decidiste quedarte en una ciudad chica? –Por mis hijos. No quise que ellos hicieran el sacrificio de vivir en una ciudad grande. Preferí viajar todas las veces que sea y que los chicos puedan criarse en la tranquilidad de un pueblo. Ahora mi hija menor ya está en quinto año. Una vez que ella termine ya podré pensar en la alternativa de vivir en la ciudad. –Tuviste un estudio en Funes ¿Por qué lo dejaste? –Trabajo mucho en Funes y Rosario con clientas particulares, pero también abrí un estudio con el que no quise continuar porque me demandaba mucho tiempo y viajes y estaba muy cansada de ir y venir. Doy clases tres veces a la semana en San Jorge, otro tanto en Sastre. Además, trabajo con el cuerpo porque estoy parada todo el tiempo. Se cansa la vista también porque trabajamos con mucho detalle. Me encanta enseñar, pero también hay que estar como mamá. Por ejemplo, para ayudar a estudiar a Luccia o los fines de semana para ir a trabajar con mi hijo en su negocio de comidas. No podía descansar. Así que, por ahora, me quedo con las academias de Sastre y San Jorge. Ya veremos qué pasa más adelante. El secreto es saber mirar –¿A qué atribuís que seas tan requerida en Rosario o Buenos Aires cuando pueden convocar a otros maquilladores? –Creo que se debe a mi capacidad de saber interpretar qué es lo que necesita cada rostro para lograr su mejor versión. Cuando tengo un modelo enfrente, sea quien sea, observo a la persona, veo qué quiere esconder con sus gestos, qué se puede destacar y dependiendo al tipo de maquillaje que esté haciendo, qué es lo que busca el diseñador, la novia, la quinceañera... En mis cursos soy muy generosa, enseño todos mis trucos, todo el tiempo comparto mis conocimientos, no me guardo nada, pero la forma en que cada uno los utiliza es personal y ahí también juega el arte. Mi única competencia soy yo misma y busco ver la misma reacción de aprobación y sensación de seguridad con el maquillaje ya sea en una chica de 15 o una mujer de 70 años. Paola Zavattero8.jpg –¿Qué es lo que cuesta mucho a los maquilladores? –Saber leer un rostro. Mirar a la persona y hacer una lectura rápida mientras te está hablando. Me fijo qué se tapa, cómo se movió, cómo sonrió, cómo levanta los ojos... Todas esas cosas estás mirando y con el maquillaje resaltás sus seguridades y escondés sus debilidades. -Entonces ¿Con un buen maquillaje todas podemos sentirnos como una estrella de Hollywood? –Sin dudas, todo es cuestión de mejorar el aspecto de la piel y saber qué resaltar y qué “esconder” en cada rostro. –¿Tenés alguna marca preferida para maquillar? –Voy probando. Hay marcas muy buenas de maquillajes o de brochas muy costosas y otras que no son tan conocidas pero son de muy buena calidad también. Me gusta probarlos en mí, por eso capaz que pruebo un labial rojo un lunes a las 8 de la mañana y estoy todo el día así, me cruzo a la verdulería con la cara pintada y ya nadie me mira como un bicho raro, es como un mecánico con su mameluco, yo trabajo con maquillaje y acá todos los saben. –¿Secretos de un buen maquillaje? –El aspecto de la piel. Siempre le digo a mis clientas “comprate una buena base”. Después todo lo que pongas arriba suma, pero lo esencial, es tener una buena piel. –¿Cuál es tu mayor desafío? –Lo más difícil es quedar conforme conmigo misma, no importa lo que diga el resto. Soy yo mi propio jurado (risas). Necesito que todo quede a la perfección. Soy muy autoexigente. >> Leer más: Una ex Agapornis representará a Argentina en Miss Universo 2025

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