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Parana » Informe Digital
Fecha: 18/06/2025 15:17
La Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) ha detectado a un grupo de ciudadanos rusos residentes en el país que estarían implicados en actividades sospechosas vinculadas a los intereses geopolíticos de Rusia, en colaboración con argentinos. De acuerdo con la información proporcionada por el Gobierno, las acciones estarían asociadas a una entidad conocida como “La Compañía”, relacionada con el “Proyecto Lahkta”, que fue liderada anteriormente por el oligarca ruso Yevgeniy Prigozhin, quien falleció en circunstancias muy sospechosas en agosto de 2023. Anna Valereva Dulceva y Artem Viktorovic Dulcev saludaron al jefe del Kremlin junto a sus hijos Este caso ha reavivado las sospechas sobre una posible infiltración de la inteligencia rusa en Argentina. Infobae reveló en exclusiva en agosto del año pasado los detalles sobre el accionar de Artiom Dultsev y Anna Dultseva, dos espías rusos que vivieron varios años en la Argentina, tuvieron hijos aquí y fueron honrados por el propio Vladimir Putin en el mayor intercambio de prisioneros con Occidente. El vocero Manuel Adorni confirmó que la investigación reveló que Lev Konstantinovich Andriashvili, un ciudadano ruso residente en Argentina, sería el líder de esta organización. Junto a su esposa, Irina Iakovenko, también de nacionalidad rusa, Andriashvili habría recibido financiamiento para establecer conexiones con colaboradores locales. Según las autoridades, el objetivo de “La Compañía” sería formar un grupo de individuos leales a los intereses rusos, con la finalidad de llevar a cabo campañas de desinformación e influencia en contra del Estado argentino. Entre las actividades atribuidas a esta organización se destacan la creación y difusión de contenido en redes sociales, la influencia sobre organizaciones civiles, fundaciones y ONG locales, así como la realización de focus groups con ciudadanos argentinos. Además, habría existido un intento de recopilar información política que pudiera ser aprovechada en beneficio de los intereses de Rusia. Estas acciones son consideradas por las autoridades como una amenaza directa a la seguridad y soberanía del país. El antecedente de los Dultsev El saludo en español de Putin a dos niños nacidos en Buenos Aires, hijos de los espías Artiom Dultsev y Anna Dultseva, trascendió como más que un simple gesto diplomático. Este episodio, ocurrido en Moscú, reveló la existencia de una red global de inteligencia que opera en distintos países, incluyendo Argentina, caracterizada por el uso de agentes ilegales que llevan vidas aparentemente normales para eludir sospechas. En Argentina, ella se hacía llamar María Rosa Mayer Muños, supuestamente nacida en Grecia; y él, Ludwig Gish, nacido en teoría en Keetmanshoop, Namibia. Tras su detención, se conocieron sus auténticas identidades. Según un informe al que accedió Infobae y que fue publicado en agosto pasado, esta red se benefició de acuerdos bilaterales, como el establecido en 2009 durante el gobierno de Cristina Kirchner, que permitía viajar entre Argentina y Rusia sin necesidad de visa, un convenio que aún se mantiene vigente a pesar de las crecientes sospechas. El dossier detalla las actividades de los Dultsev durante los años que residieron en el barrio de Belgrano, en la capital argentina. Este matrimonio, detenido en Eslovenia y posteriormente honrado en Rusia, fue solo una parte de un entramado más amplio. La investigación también se centró en el notable aumento de ciudadanos rusos que han llegado a Argentina desde febrero de 2022, cuando Putin ordenó la invasión de Ucrania, desatando un conflicto armado que persiste. Este flujo migratorio ha suscitado preocupación en el gobierno argentino, que teme una posible infiltración masiva de agentes encubiertos. El modus operandi de estos espías consiste en la creación de identidades falsas y la integración en comunidades locales para recopilar información sin levantar sospechas. Los Dultsev lograron establecerse en Buenos Aires durante años, llevando una vida que aparentaba ser ordinaria mientras cumplían sus objetivos de inteligencia. Este tipo de operaciones se facilita en países con controles migratorios relajados y acuerdos internacionales que permiten la entrada de ciudadanos extranjeros sin grandes restricciones. El contexto de esta situación se encuentra enmarcado en la estrategia global de Rusia para expandir su influencia y recopilar información en diversas regiones del mundo. La invasión a Ucrania marcó un punto de inflexión, intensificando la llegada de ciudadanos rusos a países como Argentina, que ofrecen ventajas migratorias y un entorno menos controlado en comparación con otras naciones occidentales. Según el informe, esta oleada migratoria no solo incluye a familias buscando escapar de las consecuencias de la guerra, sino también a posibles agentes que podrían estar operando bajo directrices del Kremlin. El acuerdo de exención de visas firmado en 2009 ha sido señalado como un factor clave que facilita estas actividades. A pesar de las denuncias y sospechas, el convenio sigue vigente, generando críticas hacia las autoridades argentinas por no revisar ni actualizar las condiciones del acuerdo en un contexto global que ha cambiado drásticamente desde su implementación. Este pacto ha sido utilizado por redes de inteligencia para establecer bases operativas en el país. La detención de los Dultsev en Eslovenia y su posterior traslado a Rusia, donde fueron recibidos como héroes, subrayó la importancia que Moscú otorga a sus agentes en el exterior. Esta situación también evidenció las dificultades que enfrentan los países para detectar y neutralizar estas redes de espionaje, especialmente en un contexto de creciente tensión internacional. “Buenas noches”, dijo Putin a los niños en un gesto que, lejos de ser inocente, simbolizó la conexión directa entre estas operaciones y el más alto nivel del gobierno ruso. La agencia antiterrorista En respuesta a estas amenazas, Adorni subrayó la creación del Departamento Federal de Investigaciones (DFI) dentro de la Policía Federal Argentina. Este nuevo organismo estará orientado a la investigación criminal, con un énfasis particular en la desarticulación de organizaciones vinculadas al narcotráfico, terrorismo y crimen organizado. Según las autoridades, esta medida busca fortalecer la seguridad nacional y asegurar que Argentina no sea influenciada por ninguna otra nación. El Gobierno explicó que el DFI contará con un perfil renovado de investigadores, quienes recibirán capacitación en técnicas avanzadas de investigación. Además, se incorporará personal especializado en áreas como abogacía, psicología social y ciencias de la computación. Este enfoque multidisciplinario tiene como finalidad alinear las capacidades de la Policía Federal con estándares internacionales, tomando como referencia al FBI de los Estados Unidos. La creación de este departamento refleja la prioridad que el Gobierno argentino otorga a la seguridad nacional. Según las declaraciones oficiales, la protección de los ciudadanos y la defensa de la soberanía del país son temas fundamentales que no serán descuidados.
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