18/06/2025 19:53
18/06/2025 19:50
18/06/2025 19:50
18/06/2025 19:49
18/06/2025 19:48
18/06/2025 19:47
18/06/2025 19:45
18/06/2025 19:45
18/06/2025 19:45
18/06/2025 19:45
» Sin Mordaza
Fecha: 18/06/2025 14:20
Mientras el conflicto entre Israel e Irán recrudece y deja un saldo trágico de víctimas en ambos países, los efectos se sienten directamente en la vida cotidiana de millones de personas. Desde Israel, Manuel Miroznik, santafesino radicado en ese país, relató cómo se vive bajo el fuego cruzado. “Personalmente estamos bien, yo y toda la familia, a pesar de que hace varios días que estamos sufriendo de caída de misiles a todo el país”, comenzó Miroznik. La tranquilidad en su voz contrasta con la crudeza del escenario que describe: explosiones, sirenas, restricciones y destrucción. El conflicto se intensificó el viernes pasado con un ataque sin precedentes del Ejército israelí sobre Irán, que respondió con una lluvia de misiles hipersónicos. En los primeros días del enfrentamiento, varios proyectiles cayeron sobre zonas civiles. “Ellos dicen que son lugares estratégicos, pero bueno, familias con chicos no es estratégico”, expresó con ironía. Aunque en los últimos días la intensidad de los ataques pareció disminuir, la amenaza persiste. “Ayer a la noche, casi me parece 20 misiles, cuando la primera vez, hace varios meses atrás, en octubre, mandaron en un solo día 200 misiles y drones y un montón de chiches”, recordó. Según su percepción, la menor frecuencia actual podría deberse a que “Israel los está destruyendo o aparentemente están guardando para más tiempo”. Miroznik valoró la capacidad defensiva del país donde reside desde hace años. “Israel tiene mucho sistema de defensa antiaérea, con misiles de varios contenidos, varios tamaños, y la mayoría de los misiles que ellos envían fueron destruidos antes en la atmósfera”, explicó. Sin embargo, eso no alivia del todo el miedo. “No es normal y no es agradable que a la noche suenen sirenas, que vos sabés que esas sirenas no es que pasa un circo, sino que están por caer misiles, misiles de media tonelada que te pueden tirar un edificio de 20 pisos abajo”, relató. Gran parte de la población cuenta con habitaciones de seguridad construidas dentro de sus viviendas. “En el pasado había bunkers del barrio, donde la gente corría de las casas y eso, pero eso se está poco a poco terminando. Existe todavía, porque el 20% no tienen este tipo de habitaciones”, detalló. A raíz de experiencias bélicas anteriores, la ley exige ahora que todas las construcciones nuevas las incluyan. Más allá de la seguridad física, la guerra afecta la vida cotidiana: los comercios están cerrados, el transporte público está paralizado y el aeropuerto permanece inactivo. “Encima de todo eso está parado, los únicos negocios que están abiertos son los de indispensables, como supermercados”, dijo Miroznik, y añadió que “el transporte es cero, los trenes no andan, el aeropuerto está cerrado y por consecuencia, que empezó el viernes, quedaron afuera de Israel más de 5.000 ciudadanos”. Con tono contenido, pero sin ocultar la dureza de la situación, cerró con una imagen que condensa el drama de estos días: “No es una situación buena. Y aparte es que te caiga un misil y no es chiste”. Escuchar la nota completa:
Ver noticia original