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» Primerochaco
Fecha: 18/06/2025 08:28
El dirigente radical Dino Ortiz Melgrati, exconcejal y actual coordinador del programa Ñachec en la zona 6 de Resistencia, visitó los estudios de radio donde brindó un amplio panorama sobre el alcance social del plan que lleva adelante el Ministerio de Desarrollo Humano de la provincia. Con más de 25.000 relevamientos y 7.000 beneficiarios activos, el militante destacó la importancia de trabajar en territorio y de reconstruir la confianza ciudadana en los programas estatales. “Me dieron una responsabilidad pública que va con mi ganas de estar cerca de la gente”, expresó Ortiz al inicio de la entrevista, y recordó su extensa trayectoria dentro de la Unión Cívica Radical. Fue presidente del Comité Capital tanto en Juventud como en Mayores, y en su paso por el Concejo Municipal buscó marcar una diferencia. “Dijimos desde el primer día que no íbamos a ser funcionarios de escritorio. Estábamos todos los días en un barrio distinto”, remarcó. Ortiz explicó que su experiencia territorial fue tenida en cuenta para ser designado en la coordinación a zona 6 de Resistencia del Ñachec. Este programa, actualmente bajo la órbita de la ministra Gabriela Galarza y la coordinadora provincial Lorena Kaenel, busca “estar al lado de la gente” y responde, según explicó, a tres ejes principales: entrega de módulos alimentarios, certificación y capacitación para beneficiarios de becas, y mejoras habitacionales. De cero a un padrón real Ortiz relató que al inicio no existían estadísticas claras sobre los beneficiarios reales del programa. “Nos encontramos con listados de amigos, no de beneficiarios”, explicó. Fue entonces cuando comenzaron un trabajo casa por casa en las 12 chacras que componen su zona, cada una con 64 manzanas. “Nos llevó casi dos meses armar el primer padrón. Hoy tenemos 7.000 beneficiarios activos”, detalló. Durante ese proceso, surgieron situaciones que el propio Ortiz calificó como irregulares: “Había gente que figuraba en los registros pero nunca pudimos encontrarla. En muchos casos eran apretados en la fila para que no actualicen sus datos porque a algunos les sacaban parte de la beca”. Mejoras habitacionales y compromiso Uno de los puntos destacados por el dirigente fue la etapa de relevamiento para el mejoramiento habitacional, que avanza en paralelo con los otros ejes. “No se trata de construir viviendas nuevas, sino de mejorar las condiciones actuales: ampliar una pieza, arreglar techos, hacer un baño o un pozo negro”, explicó. Ortiz valoró el trabajo de su equipo territorial, al que definió como de “compromiso social importantísimo”, y remarcó que “el espíritu del programa es el acompañamiento diario”, aunque reconoció que la respuesta del Estado a veces se ve limitada. “No siempre se puede resolver todo, pero al menos estamos ahí, al lado de la gente”, subrayó. Militancia, internas y decisiones políticas Consultado sobre su recorrido político, Ortiz recordó su paso por el movimiento NEA, liderado por Aída Ayala, y admitió haber sido blanco de críticas internas. “Me llegaron a decir que era aliado de Gustavo Martínez, pero en ese momento hice lo que creía correcto. Presentamos un presupuesto alternativo con Alicia Frías y Carla Cantero, y solo se encargaron de criticarme a mí”, sostuvo. Frente a los cuestionamientos, Ortiz fue claro: “El tiempo demostró quién estaba de un lado y quién del otro”, y remarcó su respaldo a Zdero tras las internas con Juan Carlos Polini. “Quería que Leandro llegue y quiero que le vaya bien a este gobierno, no por una cuestión partidaria, sino porque la provincia se nos deshacía”, afirmó. Sobre las particularidades del radicalismo, reconoció que las internas suelen ser más profundas: “Somos bastante internistas los radicales, nos gusta más la interna que el dulce de leche”, ironizó. Un mensaje de militancia territorial Finalmente, Ortiz valoró la figura de Zdero como articulador político. “Nos ha convocado a todos los espacios, incluso sabiendo lo que tenía que escuchar cuando me convocó a mí”, confesó, y cerró con un mensaje de militancia: “Meter los pies en el barro, bancarse una puteada y acompañar a la gente: eso no se negocia”.
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