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Concordia » El Heraldo
Fecha: 18/06/2025 00:22
De acuerdo con el estudio, basado en datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, la pobreza infantil alcanzó un pico del 67,3% en el primer semestre de 2024, empujada por la crisis económica y la inflación. Para el segundo semestre, el índice cayó al 52,8%, lo que representa una mejora de casi 15 puntos porcentuales y una baja de 4 puntos respecto al mismo período de 2023 (59%). Sin embargo, los datos muestran una realidad fragmentada. “Hay dos argentinas: una que logró recomponerse o incluso mejorar sus niveles, y otra que retrocedió”, explicó Ianina Tuñón, investigadora principal del ODSA-UCA. Mientras aglomerados como Gran Mendoza y Neuquén experimentaron mejoras, en el norte argentino se profundizó el deterioro social. Ciudades como Gran Catamarca, Río Cuarto, Gran San Juan, La Rioja, Posadas, Corrientes, Formosa, Paraná y Salta también superan el 60% de pobreza infantil, con algunos picos que rozan el 90%. Según Tuñón, estas desigualdades no se explican únicamente por el acceso a transferencias de ingresos —que son iguales para todos—, sino por el impacto diferenciado de la inflación y la informalidad laboral en las economías regionales. La investigadora subrayó que la pobreza infantil no es solo una cuestión económica. Afecta de forma directa el acceso a derechos fundamentales como la salud, la alimentación y la educación. “El aumento registrado en la primera mitad de 2024 no es neutro para un niño: implica privaciones graves en etapas clave del desarrollo, con secuelas que pueden ser permanentes”, alertó. Desde 2010, Argentina nunca logró reducir la pobreza infantil por debajo del 38%, lo que representa un “piso estructuralmente alto”. Para Tuñón, esto evidencia la falta de políticas públicas sostenidas y eficaces para la infancia. “Es una hipoteca para el futuro del país. Muchos de estos niños se ven obligados a transitar caminos llenos de obstáculos que difícilmente superen sin políticas estructurales de inclusión”, concluyó.
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