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» Amanecer
Fecha: 17/06/2025 20:55
María del Luján Gutiérrez compartió desde Christchurch su experiencia en los micrófonos de Radio Amanecer. En una emotiva charla con Radio Amanecer, María del Luján Gutiérrez relató su experiencia en Nueva Zelanda, donde se encuentra desde hace dos meses disfrutando de lo que considera su “regalo de jubilación”. “Estoy en Christchurch, la segunda ciudad más grande del país. Vine a reencontrarme con mi hija de intercambio, a quien recibimos hace más de 20 años en nuestra casa en Reconquista”, explicó María. El vínculo nació casi por casualidad: la joven neozelandesa había sido destinada originalmente a otra familia del norte argentino, pero una visita a la ciudad por la Fiesta del Surubí cambió su destino. “Pasó una semana con nosotros y decidió quedarse. Desde entonces, formamos un lazo muy fuerte”, recordó con emoción. Hoy esa joven tiene 40 años y es madre de Sara, una niña de 8 años a quien María siente como su nieta del corazón. “Aproveché que estoy jubilada para hacer este viaje. Es mi tercer recorrido por este país que me maravilla cada vez más con sus paisajes: el mar, la nieve, los acantilados… todo es soñado”. La adaptación cultural también fue parte de la experiencia. “Acá son más reservados que en Argentina, pero cuando se entra en confianza, son muy amigables. Cuesta un poco acostumbrarse al horario de la cena, que es a las 18 horas, y a las rutinas más estructuradas: se levantan a las 7, trabajan hasta las 16, y los niños van a la escuela de 9 a 15”. Sobre la educación, destacó el enfoque interdisciplinario del sistema y la ausencia de materias aisladas como se acostumbra en Argentina. “Todos los estudiantes usan uniforme y el sistema educativo está muy bien organizado, con niveles claramente diferenciados”. Christchurch es una ciudad en reconstrucción tras haber sufrido dos terremotos importantes, lo que ha generado un gran movimiento en el sector de la construcción. “También hay muchas empresas que se dedican al reciclaje y al cuidado del medioambiente. Es todo zona de reservas naturales, se cuida muchísimo el entorno”. Finalmente, María reflexionó sobre el nivel de vida: “No hay villas ni pobreza extrema como en nuestro país. Las casas son más sencillas, austeras, pero no se ve ese nivel de necesidad. Sin embargo, después de la pandemia también sienten el impacto económico. No están conformes con el nuevo gobierno y aunque la inflación no supera el 2%, hay cierta preocupación”. Una historia que demuestra cómo los lazos humanos pueden trascender distancias y culturas, y cómo cada experiencia en el exterior puede ofrecer no solo paisajes nuevos, sino también nuevas formas de mirar la vida.
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