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Colon » El Entre Rios
Fecha: 17/06/2025 12:31
Ciencia de la Caridad: un saber para construir fraternidad La persona concreta: del sufrimiento a la vida plena De la persona en comunidad a la caridad como praxis transformadora Justicia y caridad: el piso y la cumbre Una mirada propositiva sobre un caso local Llamado a la reflexión y a la acción En un país golpeado por la pobreza estructural, la exclusión persistente y una cultura política que a menudo gestiona la pobreza más que combate sus causas, resulta urgente preguntarnos:¿Basta con atender necesidades inmediatas? ¿Cómo evitamos que las acciones públicas se conviertan en circuitos de dependencia o en herramientas de marketing político?Aquí es donde la Ciencia de la Caridad aporta una mirada profunda y necesaria.Se trata de un saber interdisciplinario, enraizado en la reflexión teológica, ética, antropológica y en diálogo con las ciencias sociales y de la gestión.Originada en la Universidad de Friburgo bajo el impulso del Prof. Dr. Klaus Baumann, hoy se desarrolla también en nuestro país a través de la, abierta a todos los interesados ( Ver más ).Su núcleo es claro:— digna, relacional, única — y buscar su desarrollo integral en comunidad.No puede construirse desarrollo desde lógicas que perpetúan dependencia, ni desde dispositivos que cosifican a los pobres como objetos de políticas públicas.La Ciencia de la Caridad es mucho más que una reflexión académica sobre la filantropía.Es un saber, que busca articular la acción caritativa con el paradigma de la fraternidad humana.Como recuerda el Papa Francisco en"La caridad necesita la luz de la verdad que constantemente buscamos. De lo contrario, queda a merced de emociones cambiantes y opiniones de quienes la practican”.Por eso la caridad no es un gesto improvisado ni discrecional. Es una praxis que:• exige profesionalización;• se enraíza en estructuras comunitarias;• se vincula con políticas públicas transformadoras;• dialoga con otras disciplinas y tradiciones.Además, es un saber. Como recordó el rabino David Rosen en el Congreso“El ejercicio de la caridad, entendido como cuidado efectivo del otro, es una dimensión que compartimos las religiones abrahámicas, y que debe ser profesionalizada e institucionalizada para evitar caer en paternalismos.”El mundo islámico aporta también una visión potente:“La caridad (zakat) es un pilar de nuestra fe, pero en el mundo contemporáneo debe ser organizada y dialogante, en colaboración con otras tradiciones y con apertura a las ciencias sociales.”Desde la tradición protestante, bautista más específicamente, Martin Luther King Jr. enseñaba:“La caridad auténtica no es dar una moneda al pobre, sino preguntarse por qué el pobre está allí. Y luego, actuar para transformar las estructuras que generan esa pobreza.”Y el Dr. Bernardo Toro, referente en el paradigma del cuidado, recuerda:“Cuidar es el acto político fundamental del siglo XXI. Toda política pública debería preguntarse: ¿a quién, a qué, estamos cuidando? Si no cuida, no es política.”En este marco, la Ciencia de la Caridad se revela como un saber que, potencia la fraternidad universal y ofrece criterios rigurosos para humanizar la acción pública.Uno de los aportes más potentes de esta visión es recordarnos que detrás de cada "protocolo de actuación" o "gestión de caso" no hay problemas abstractos: hayComo señala Heinrich Pompey:"No existe el sufrimiento como abstracción: existe el sufriente concreto. La praxis de la caridad debe siempre buscar ofrecer vida plena, incluso en medio del dolor."Toda política social ética debe mantener viva esta conciencia. No se trata de administrar "problemáticas", sino de acompañar procesos que conduzcan a laOtro principio esencial que aporta la Ciencia de la Caridad — y que se nutre de la ética de las virtudes (MacIntyre) y de la ética de la responsabilidad (Jonas)— es comprender que:• la persona es constitutivamente relacional y comunitaria;• la caridad es una virtud comunitaria, no un acto aislado;• nuestras acciones deben ser responsables no solo frente al presente, sino también frente al futuro y a las generaciones venideras.Por eso la caridad organizada:• se cultiva en comunidades que sostienen virtudes;• se vincula con la justicia estructural;• promueve la construcción de unaUn principio clave que aporta la Ciencia de la Caridad es queComo señala Benedicto XVI:"La caridad no es un añadido posterior, sino que dialoga con las ciencias desde el principio [...]. No existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor."Por eso:• la justicia establece el piso mínimo de respeto a la dignidad humana;• la caridad organizada impulsa a ir más allá: a la gratuidad, la generosidad y la transformación relacional.En este marco, quiero referirme respetuosamente a la reciente iniciativa de lalanzada por la Municipalidad de Concordia.Celebro la voluntad de crear un espacio formal de articulación entre Estado, ONGs e instituciones. Y valoro que se aborden temáticas tan relevantes como la primera infancia, la salud y las violencias.Desde la perspectiva de la Ciencia de la Caridad, este tipo de espacio representa unapara que las políticas locales evolucionen hacia un enfoque más humanizante y transformador.¿Cómo podría enriquecer la Ciencia de la Caridad el trabajo de esta Mesa? Propongo algunos elementos:: de la lógica de “gestión de problemáticas” a la lógica de: incorporar el paradigma del cuidado como eje transversal. Preguntarse siempre: ¿a quién y a qué estamos cuidando?: mantener viva la conciencia del sufriente.: promover procesos de participación genuina de las comunidades destinatarias.: abrir la Mesa a la participación activa de las distintas comunidades religiosas y cosmovisiones éticas.: establecer indicadores de impacto centrados en la dignidad y el desarrollo integral de las personas y comunidades.: ofrecer a todos los actores implicados una formación en ética de la responsabilidad, en cultura del cuidado y en caridad organizada.Si la Mesa Local de Desarrollo Humano pudiera incorporar estos principios, podría convertirse en un— un espacio donde la política pública local se eleve a su más alta vocación:La pobreza en nuestras comunidades no es sólo un drama económico: es unaSe combate con, con, y con políticas que devuelvan a las personas suPor eso – a partir de la Ciencia de la Caridad, se propone:• Fortalecer las organizaciones de la sociedad civil (OSC) como actores clave de la nueva institucionalidad.• Profesionalizar el sector social y comunitario, construyendo activos cívicos que fortalezcan el tejido social.• Propiciar un cambio cultural que nos devuelva la confianza para trabajar con otros, desde la pluralidad y en redes colaborativas.• Planificar estratégicamente la innovación social, para responder a los desafíos complejos que enfrentamos.• Comunicar de otro modo, construyendo una nueva gobernanza social más transparente y responsable.Y sobre todo, debemos recordar siempre queMientras haya sufrimiento humano, la sociedad está en deuda. Y esa sociedad somos todos: cada uno desde su lugar, con su rol, sus talentos, su vocación para involucrarse. Para buscar aliviar el sufrimiento de uno, de pocos o de muchos. Pero siempre desde la convicción de que la justicia es el piso necesario, y la caridad organizada, lúcida y gratuita, es el camino que humaniza la vida social y fortalece el bien común.
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