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Concordia » Despertar Entrerriano
Fecha: 17/06/2025 12:24
Con más de una década de experiencia profesional y una vida entera dedicada a la vocación por la salud y la ciencia, Matías Maiocco es uno de los profesionales bioquímicos más reconocidos de Concordia. En esta edición N° 124 de Entrevistados, comparte con Despertar Entrerriano cómo fue su camino, qué significa realmente ser bioquímico, los cambios que ha atravesado el campo de la bioquímica y el rol fundamental que este saber ocupa en el diagnóstico y la prevención en salud. ¿Cómo nace tu vínculo con la bioquímica? “Soy Matías Maiocco, bioquímico, tengo 39 años y nací y me crié en Concordia. Desde chico me gustaban mucho las ciencias naturales, especialmente la biología y las ciencias ambientales. En el secundario, en Capuchinos, teníamos orientación biológica, y me acuerdo de esa famosa Guía del Estudiante, donde uno leía las opciones de carreras universitarias. Ahí apareció la palabra ‘bioquímica’. Me generó muchas preguntas: ¿cómo se mide la glucosa? ¿Cómo se cuentan los glóbulos rojos? ¿Cómo se analiza algo tan pequeño que no se ve? Eso me llevó a hacer una pasantía en un laboratorio local, y ahí descubrí que había todo un mundo detrás de esos tubos de ensayo que uno ve desde la sala de espera. Ese fue el inicio”. ¿Cómo fue la etapa universitaria y el salto a la vida profesional? “Estudié en Rosario. La carrera de Bioquímica es larga, intensa y exigente. El plan de estudio son cinco años, pero con los finales y las prácticas, en mi caso fueron seis. Recién a los 26 años empecé a trabajar como profesional. La etapa universitaria me marcó muchísimo, no solo por lo académico sino también por el crecimiento personal. La carrera te prepara muy bien desde lo teórico, con una enorme carga de materias relacionadas con la química, pero la verdadera formación profesional empieza cuando te insertás en el campo laboral. Ahí empieza otro proceso: el de descubrir cuán amplio, diverso y profundo es realmente este campo”. Para alguien que no conoce mucho del tema, ¿qué hace exactamente un bioquímico? “Mucha gente cree que el bioquímico es solo la persona que te saca sangre o que analiza orina. Y sí, parte del trabajo tiene que ver con eso, pero es muchísimo más. El bioquímico es un integrante fundamental del equipo de salud. Somos los responsables de generar los datos clínicos que luego los médicos interpretan para diagnosticar o hacer seguimiento. Analizamos sangre, orina, materia fecal, fluidos biológicos, pero también estamos capacitados para interpretar resultados, realizar controles de calidad, administrar laboratorios y participar en decisiones clínicas. No somos técnicos: somos profesionales universitarios especializados”. ¿Cómo es un día típico en tu trabajo? “Es muy dinámico. Desde la atención al paciente hasta el procesamiento de muestras, la validación de resultados y la interacción con médicos. Muchas veces nos toca ser quienes, con un análisis, confirmamos una leucemia o un embarazo. Entonces también tenemos que saber cómo devolver esa información, cómo acompañar. El laboratorio es una fábrica de datos, y nuestro trabajo es asegurar que esos datos sean correctos. La atención personalizada, la preparación previa del paciente, el seguimiento, todo es parte del trabajo diario. No hay rutinas fijas. Cada muestra es una historia”. ¿Cómo cambió el oficio desde que empezaste hasta hoy? “La evolución ha sido enorme. Hoy la bioquímica está altamente tecnificada. Hay laboratorios con automatización completa, con procesos informatizados, con resultados en tiempo real. Ya casi no quedan procedimientos manuales. La tecnología permite que laboratorios pequeños brinden servicios de alta complejidad, y que los resultados sean más seguros y rápidos. Eso no significa que seamos reemplazables: al contrario, somos quienes controlamos y validamos esa tecnología. Y además, la bioquímica se amplió muchísimo: estudios genéticos, medicina de precisión, biología molecular… Todo eso es bioquímica también”. ¿Qué desafíos tiene hoy el bioquímico? “Muchos. Uno clave es el económico. En el sector privado trabajamos con obras sociales y prepagas, y los pagos suelen demorar 60 o 90 días. En un país con inflación alta, eso es muy difícil de sostener. Los insumos aumentan, los sueldos hay que pagarlos, y a veces los aranceles no alcanzan. Otro desafío es la visibilización. Muchas veces la gente no sabe bien qué hacemos. No se conoce que durante la pandemia, por ejemplo, nosotros estábamos ahí todos los días, haciendo hisopados, analizando PCR, trabajando hasta las diez de la noche. Nunca hicimos cuarentena. Fuimos parte del primer frente de batalla”. ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere estudiar bioquímica? “Que se anime. Que investigue. Que hable con profesionales del campo. Es una carrera hermosa, pero exigente. Hay que estar dispuesto a estudiar mucho, a formarse continuamente. Pero también es una carrera que te da la posibilidad de trabajar en áreas muy diversas: desde laboratorios clínicos hasta forenses, desde investigación hasta industria alimentaria o farmacéutica. A los jóvenes les digo que aprovechen las experiencias que otros les pueden contar. Nada mejor que hablar con alguien que ya vivió ese camino para saber a qué se enfrentan y qué pueden lograr”. ¿Volverías a elegir esta carrrera? “Sí, sin dudarlo. Yo volvería a ser bioquímico. Porque me apasiona, porque me permite aportar a la salud de la gente, porque me exige estar en constante aprendizaje. Me motiva saber que puedo mejorar procesos, incorporar tecnología, capacitarme para brindar mejores servicios. Y también porque me ayudó a crecer como persona, me enseñó valores, me formó en la constancia y en el compromiso. La bioquímica me dio un propósito. Y lo volvería a elegir mil veces más”. Te invitamos a ver lo más destacado de la entrevista a través de los reels en redes sociales, buscanos como: Despertar Entrerriano.
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