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CABA » Plazademayo
Fecha: 17/06/2025 11:19
A los 80 años, falleció Juan Manuel Abal Medina (padre), histórico dirigente del peronismo y figura central en la última etapa del regreso de Juan Domingo Perón al país tras 17 años de exilio y proscripción. Fue despedido en una ceremonia íntima en el Cementerio de la Recoleta, tras una larga lucha contra la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Abogado, periodista y dirigente político, Abal Medina tuvo un rol clave en los años más complejos del movimiento justicialista. A los 27 años fue designado por Perón como secretario general del Movimiento Nacional Justicialista, en medio de tensiones internas y con la misión de reconstruir el partido y facilitar el retorno del líder exiliado. En esa tarea, debió lidiar con todas las vertientes del peronismo, desde la ortodoxia sindical hasta las organizaciones armadas como Montoneros. El peronismo en carne propia Proveniente de una familia de fuerte raigambre nacionalista católica, su vínculo con el peronismo se intensificó luego de la muerte de su hermano Fernando, uno de los fundadores de Montoneros, abatido por la policía en 1970 tras su participación en el secuestro y asesinato del expresidente Pedro Eugenio Aramburu. En su libro Conocer a Perón (Planeta, 2022), Abal Medina narra esa transición personal y política, relatando una conversación con Perón que definió su camino: «Tras la muerte de mi hermano, le dije que podía decir que era un peronista marechaliano, y él me respondió: ‘Entonces, queda integrado’”. Testigo y protagonista del regreso de Perón Como interlocutor directo de Perón durante sus últimos años, Abal Medina fue una pieza clave en la articulación del regreso del líder al país, en un clima de creciente violencia y fragmentación dentro del movimiento. Su figura aparece en una de las fotos más icónicas del 17 de noviembre de 1972, junto al general Perón y el entonces secretario general de la CGT, José Ignacio Rucci, en Ezeiza. Ese rol conciliador fue reconocido incluso por sectores antagónicos del justicialismo. Supo tender puentes y mantener el equilibrio en momentos de alta tensión, sin renunciar a sus convicciones. El legado de un testigo privilegiado En sus últimos años, Abal Medina volvió al centro del debate histórico con la publicación de Conocer a Perón, un testimonio en primera persona sobre la etapa final del liderazgo peronista. El libro fue declarado de interés público por la Legislatura porteña, y su hijo, Juan Manuel Abal Medina (ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner), fue el encargado de presentarlo ante la imposibilidad física de su padre. Durante la distinción, Abal Medina hijo expresó: “Una de las virtudes del libro es que recupera al Perón del amor y la alegría, que había sido robado por la historia oficial”. En una de sus últimas entrevistas, Abal Medina padre confesó que la muerte de Perón lo dejó con “un enorme vacío” y que no se animó a ir a Olivos a despedirse del general: “Necesitaba prepararme yo también. Puede sonar cobarde, pero fue la verdad”. Con la muerte de Juan Manuel Abal Medina (padre) se va uno de los últimos testigos directos de un momento fundacional de la política argentina contemporánea. Su figura queda grabada no solo en la historia del peronismo, sino también como protagonista de una etapa de reconstrucción, tensiones y desafíos, en un país que aún debate su memoria.
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