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» El Ciudadano
Fecha: 17/06/2025 11:04
El Auckland City, club de Nueva Zelanda integrado por obreros, vendedores y jóvenes estudiantes, sufrió el golpe más impactante del inicio del Mundial de Clubes: perdió 10-0 ante Bayern Múnich. Ahora, deberá medirse con Benfica y Boca. Mientras sus rivales tienen planteles valuados en millones y se entrenan con dedicación exclusiva, varios de los integrantes del Auckland City no pudieron siquiera viajar a Estados Unidos para disputar el torneo, ya que sus trabajos fuera del fútbol se los impidieron. Es el mejor club de Nueva Zelanda, pero sigue siendo amateur. El entrenador interino Paul Posa, a cargo del equipo por la ausencia del técnico titular Albert Riera, lo explicó a The Sun antes del debut: «Todos los jugadores tienen otros trabajos además de sus compromisos futbolísticos». A su vez, reveló que algunos jugadores «no tuvieron tiempo de asistir tanto a la Liga de Campeones de la OFC como al Mundial de Clubes». En la previa a la competencia, el arquero Conor Tracey declaró: «Siempre he tenido que combinar vacaciones anuales con días sin sueldo. Voy a sufrir un poco con el alquiler y las facturas, pero jugar contra el Bayern, el Benfica y Boca vale la pena al cien por ciento». Los futbolistas no cobran un salario por su labor. La legislación local pone un tope de 150 dólares neozelandeses semanales –poco más de 90 dólares estadounidenses– para gastos básicos, como la membresía del gimnasio. Con ese panorama, el domingo debutaron en el Mundial de Clubes ante el elenco alemán. De qué trabajan los jugadores del Auckland City El plantel incluye desde conductores de carretillas elevadoras, un vendedor de bebidas gaseosas, agentes inmobiliarios, profesores, estudiantes universitarios y hasta un gerente de almacén. El propio capitán, Mario Ilich, trabaja en el departamento de ventas de Coca-Cola y en declaraciones a The Guardian afirmó que se tomó todas las vacaciones anuales para poder estar en el Mundial de Clubes. El día a día de los jugadores es muy diferente a la rutina profesional. Angus Kilkolly, delantero quien promedia un gol cada dos partidos en sus más de 120 apariciones con el club, es gerente de ventas de una firma de herramientas eléctricas. El delantero detalló: «Llego a la oficina a las 7.30, trabajo, entreno tres o cuatro veces por semana, llego a casa a las 21, me acuesto y otra vez desde el principio». Para poder acompañar a su club durante casi un mes en Estados Unidos se vio obligado a pedir vacaciones sin goce de sueldo: «No es fácil, son cuatro semanas. Pero como no tengo cuatro semanas de vacaciones anuales, me tomo unas sin sueldo». El arquero Conor Tracey es empleado en una ferretería, los defensores Nikko Boxall es productor de seguro y Adam Mitchell, agente inmobiliario. En la previa al Mundial, el arquero Tracey, declaró: «Siempre he tenido que combinar vacaciones anuales con días sin sueldo. Voy a sufrir un poco con el alquiler y las facturas, pero jugar contra el Bayern, el Benfica y Boca vale la pena al cien por ciento». Hay varios que se desempeñan en roles vinculados al deporte. Por ejemplo, Michael Den Heijer es personal trainer y Gerard Garriga, entrenador de Infantiles. Dylan Manickum, en cambio, es ingeniero de obra. El próximo desafío del Auckland City será el viernes ante el Benfica de Ángel Di María y luego cerrará la fase de grupos ante el Boca de Miguel Ángel Russo, el martes 24.
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