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  • ¿Qué son los electrodomésticos con tecnología “inverter” y por qué ayudan a ahorrar energía?

    Concordia » Despertar Entrerriano

    Fecha: 16/06/2025 21:52

    La adopción de esta tecnología en equipos como aires acondicionados y heladeras permite un consumo más eficiente, lo que se traduce en menores facturas eléctricas y una vida útil prolongada para estos dispositivos. La tecnología “inverter” en los electrodomésticos representa una evolución en el funcionamiento de motores y compresores frente a los sistemas tradicionales. Este avance permite que los aparatos ajusten su potencia de manera continua según las necesidades, evitando los ciclos constantes de encendido y apagado que generan picos de consumo. Gracias a esta gestión eficiente de la energía, los electrodomésticos “inverter” logran un menor gasto eléctrico y un funcionamiento más estable, convirtiéndose en una opción recomendada para quienes buscan reducir su consumo en el hogar. ¿Qué es la tecnología “inverter”? La tecnología “inverter” es un sistema de autorregulación utilizado principalmente en el motor o compresor de electrodomésticos como aires acondicionados, frigoríficos y lavadoras. Su funcionamiento se basa en el control de la velocidad del motor o compresor, que ajusta de manera continua su potencia según la demanda, en lugar de funcionar a máxima capacidad y detenerse completamente como ocurre en los equipos tradicionales. Este sistema permite que el aparato trabaje de forma constante, variando la intensidad de acuerdo a las necesidades, evitando así los picos de energía propios del arranque y paro completo. En el caso práctico, cuando un electrodoméstico con tecnología “inverter” alcanza el nivel requerido —por ejemplo, la temperatura deseada en un aire acondicionado— no apaga el compresor por completo. En lugar de ello, mantiene un ciclo de trabajo intermedio y estable, listo para incrementar o disminuir la potencia en función de lo que se requiera. Esta regulación continua permite que el dispositivo mantenga el desempeño con menor consumo y sin someter a los componentes mecánicos a cambios bruscos de operación. La principal diferencia frente al funcionamiento clásico está en la continuidad del proceso: mientras un motor tradicional requiere repetidos encendidos y apagados —con el correspondiente gasto energético—, un sistema “inverter” se adapta constantemente, optimizando el consumo y prolongando la vida útil del aparato al reducir el desgaste de las piezas. Qué electrodomésticos tienen tecnología inverter y por qué ayudan a ahorrar energía La tecnología “inverter” ha dejado de ser exclusiva de los equipos de climatización y refrigeración para incorporarse a una gama cada vez más amplia de electrodomésticos. En sus inicios, fue especialmente relevante en aires acondicionados, donde el control de velocidad del compresor permitió una gestión energética más eficiente. Actualmente, esta tecnología se encuentra también en frigoríficos, lavadoras, lavavajillas e incluso microondas, adaptándose a los distintos requerimientos de funcionamiento de cada uno. En los aires acondicionados, el sistema “inverter” ajusta la potencia del compresor según sea necesario para mantener la temperatura deseada de manera constante, lo que evita arranques sucesivos y eleva la eficiencia. Los frigoríficos con esta tecnología permiten que el motor del compresor opere a distintas velocidades dependiendo de la carga interior o la apertura de puertas, logrando que el aparato consuma sólo la energía imprescindible para mantener la temperatura interna estable. Las lavadoras y lavavajillas, por su parte, adaptan el ritmo de los motores y el uso de agua según la cantidad y el tipo de ropa o vajilla, minimizando el gasto sin sacrificar rendimiento. En el caso de los microondas, el “inverter” posibilita un control más fino de la potencia durante el funcionamiento, optimizando tanto la cocción como el consumo energético. Gracias a la capacidad de ajustar la potencia de funcionamiento y evitar la secuencia de encendidos y apagados frecuentes —propios de los aparatos tradicionales—, los electrodomésticos “inverter” disminuyen considerablemente el consumo eléctrico. La suavidad en los cambios de velocidad reduce los picos de demanda de energía, lo que se traduce en un ahorro significativo: habitualmente, el uso de estos aparatos permite un ahorro de entre un 25% y un 50% respecto a los modelos convencionales. Este sistema también ayuda a prolongar la vida útil de los aparatos, al disminuir el desgaste sobre motores y compresores. Consejos para ahorrar electricidad en el hogar Diversificar el uso de electrodomésticos eficientes es un paso fundamental para disminuir el consumo eléctrico diario en el hogar. Escoger equipos dotados con tecnología “inverter” permite aprovechar la autorregulación de los motores y compresores, lo que se traduce en un funcionamiento constante pero optimizado, evitando picos de energía propios de los sistemas tradicionales. Así, es recomendable priorizar este tipo de tecnología al renovar aires acondicionados, frigoríficos o lavadoras, ya que su empleo puede representar un ahorro de entre 25% y 50% frente a modelos convencionales. El manejo responsable de los electrodomésticos también contribuye al ahorro. Ajustar la temperatura deseada del aire acondicionado o del refrigerador para evitar excesos facilita el trabajo del sistema “inverter” y potencia su eficiencia. No sobrecargar ni subutilizar lavadoras y lavavajillas, adaptando su uso a la cantidad real de ropa o vajilla, ayuda a que los ciclos sean adecuados y a aprovechar la modulación energética. Mantener los equipos en buen estado disminuye el riesgo de averías y mejora la eficiencia general. La reducción de desgaste mecánico es una de las ventajas de la tecnología “inverter”, pero el mantenimiento regular asegura que los componentes conserven su rendimiento óptimo. Además, procurar que los aparatos estén bien ventilados y situados en lugares apropiados facilita la expulsión de calor o el aprovechamiento de recursos, optimizando el consumo en cada ciclo. Optar por un uso racional de los equipos, encendiéndolos solo cuando sea necesario y permitiendo que completen sus ciclos sin interrupciones, complementa el beneficio energético de la tecnología utilizada. Esta combinación de decisiones informadas y cuidado cotidiano repercute en una reducción progresiva de la factura eléctrica y en un funcionamiento más silencioso y estable dentro del hogar. Fuente: Infobae

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