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  • Por bajo precio, aparecen cada vez más chacras con yerba en venta – MisionesOpina

    » Misionesopina

    Fecha: 16/06/2025 14:39

    A la vera de los caminos rurales y en redes sociales comienza a hacerse visible un fenómeno preocupante para el agro misionero: chacras con yerba mate en producción que se ofrecen en venta. Aunque todavía no se trata de una tendencia masiva, el goteo constante de pequeñas propiedades en oferta remite a un ciclo ya conocido en la provincia: como en los años 90, la pérdida de rentabilidad y el desamparo regulatorio están empujando a los colonos a abandonar la actividad, abriendo paso a un proceso de concentración de tierras en manos de grandes actores económicos. “El modelo se repite”, advierte un histórico referente de los productores al ser consultado por “Cada vez aparecen más carteles de ‘se vende’ al costado de las rutas. También se multiplican las publicaciones en redes sociales. Es una señal clara de que se viene otra vez la concentración del suelo productivo”. La situación recuerda al éxodo rural que vivió Misiones durante la crisis del 2001 y los años 90, cuando miles de familias dejaron el campo por la imposibilidad de sostener la actividad agraria. “Los modelos de gobierno que impulsan este tipo de economía son idénticos a los de aquel entonces”, reflexionó el dirigente agrario. Hugo Sand, referente de APAM y protagonista de los históricos tractorazos en defensa de la yerba mate, indicó: “No puedo confirmarte con datos estadísticos que aumentó la venta, pero ese es claramente el objetivo del modelo económico actual. Esto ya ocurrió antes y sabemos cómo termina”. Por su parte, Cristian Klingbeil, también dirigente del sector productivo, confirmó el malestar que atraviesa a toda la economía rural. “La situación está mal, mal. El rubro que toques está mal. Los aserraderos chicos están parando, los secaderos de yerba recién arrancaron en junio, no hay desesperación por comprar. Dicen que los precios van a seguir bajando: ya bajaron de 300 a 290 pesos, ahora hablan de 280, 270… está en caída libre”. Klingbeil subrayó que este escenario de crisis impacta de lleno en el valor de la tierra: “Había gente que hace tres años pedía 100 mil dólares por una chacra. Hoy, algunas se ofrecen a 50 o 60 mil y no las pueden vender. La chacra cayó escandalosamente de valor. Hay desánimo, desilusión, una sensación muy fuerte de abandono”. Además, graficó la frustración con la promesa de “libertad de mercado” que justificó la desregulación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM): “Todo ese cuento de que la libertad de la yerba iba a beneficiar… bueno, a nosotros no nos está beneficiando para nada”. Rentabilidad en picada La raíz del fenómeno está en la pérdida de rentabilidad de la actividad yerbatera. Con la desregulación del INYM, el precio de la hoja verde dejó de estar garantizado por un piso oficial y pasó a depender del mercado. Cristian Castro, contador y actual diputado provincial, detalló con crudeza los efectos de esta política: “Hoy un colono necesita más de 266.000 kilos de hoja verde para comprarse una camioneta 4×4, cuando en diciembre del año pasado alcanzaba con 97.000. Es decir, perdió dos tercios de su poder de compra en apenas seis meses”. Entre diciembre de 2023 y mayo de 2025, el precio de la hoja verde aumentó apenas un 14,29%, mientras que bienes fundamentales para el trabajo y la vida en la chacra subieron muy por encima: el precio de una camioneta creció 210,94%, el gasoil 140,55% y el dólar blue 19,19%. “El productor está cobrando entre 240 y 305 pesos por kilo. Pero, con los costos que tiene -tarefa, flete, procesamiento- le quedan apenas 90 pesos limpios. Y eso no alcanza para nada”, indicó Castro. El disparador El INYM había sido creado en 2002 como un organismo de cogestión entre productores, industriales y el Estado, para fijar precios mínimos y equilibrar la oferta. Su misión era evitar la sobreproducción que deprime precios y proteger a los pequeños colonos de prácticas abusivas. Todo eso se eliminó con el Decreto 70/2023 firmado por el presidente Javier Gerardo Milei. Una de las decisiones más criticadas fue la eliminación del límite de cinco hectáreas por productor para nuevas plantaciones. “Antes había un freno a la expansión descontrolada. Ahora los grandes pueden plantar 300 hectáreas sin ningún tipo de regulación”, denunció un productor del norte misionero. Castro también alertó sobre la formación de un oligopolio: “Hay pocas empresas que concentran la compra y fijan los precios. Dos grandes firmas controlan el 40% del mercado. Si ellos bajan el precio, el resto les sigue”. Además, los plazos de pago se estiran hasta el absurdo. “Nos prometieron 305 pesos por kilo en marzo, con la expectativa de llegar a 400 en junio. Pero hoy muchos están cobrando apenas 240 y, lo peor, es que los pagos se están haciendo a 300 días, casi un año después de entregar la producción”, graficó. Concentración de tierras La consecuencia es conocida: las chacras de pequeños productores se vuelven inviables y las tierras terminan en manos de quienes sí pueden sostener el negocio a gran escala, incluso con precios bajos. Así avanza un modelo de concentración de tierras y pérdida de diversidad productiva. “El productor chico no puede competir. Si no hay una política que proteja al más débil, va a desaparecer. Ya lo vivimos en los 90, no queremos volver a eso”, manifestó un colono de San Pedro que analiza vender sus tierras tras 30 años de trabajo. Aunque todavía no hay cifras oficiales sobre la cantidad de chacras que pasaron a la venta en los últimos meses, el fenómeno ya es visible. Y quienes conocen la historia del agro misionero saben que estos movimientos no son aislados, si no síntomas de una política económica que prioriza la concentración y excluye a quienes sostienen el entramado productivo de las economías regionales. Venta selectiva Es importante destacar que quienes están vendiendo no son los productores que viven de manera intensiva de la yerba mate, sino aquellos que combinan esta producción con otras actividades y poseen pequeñas superficies cultivadas. Son los más vulnerables ante los vaivenes del mercado, y hoy no encuentran margen para sostener sus chacras. En contraste, las grandes industrias yerbateras y los productores con extensiones importantes no solo no venden, si no que están en condiciones de ampliar sus plantaciones aprovechando el nuevo escenario sin controles. Fuente: Primera Edición Fuente: Primera Edición

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