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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/06/2025 08:33
Una columna de humo después de una explosión en Teherán, Irán, el viernes 13 de junio de 2025. (AP Foto/Vahid Salemi) (Desde Jerusalén, Israel) La Fuerza Aérea de Israel multiplica los ataques contra las instalaciones nucleares de Irán para evitar que el regimen fundamentalista logre fabricar -al menos- 10 bombas atómicas. Estados Unidos ya respalda el esfuerzo bélico israelí con información de inteligencia y apoyo logístico, pero todavía se niega a proveer bombas anti bunker que permitan destruir por completo las instalaciones nucleares de Natanz y Fordow. Tras 72 horas de ofensiva constante, Israel rompió la cadena de suministros para enriquecer uranio, anuló a 10 científicos que formaban parte del proyecto nuclear de los ayatollahs y daño parcialmente las bases en Natanz y Fordow. Pero el objetivo estratégico de la guerra lanzada por Israel contra Irán es su iniciativa atómica, y Jerusalén ya advirtió a Washington que las operaciones militares sólo cesarán cuando todas las instalaciones nucleares iraníes estén inoperables. Y eso ocurriría si Estados Unidos se suma a la ofensiva militar de Israel con su aviones sigilosos B2 y sus bombas de 13 toneladas que tienen capacidad para destruir las centrifugadoras de Natanz y Fordow. Estas instalaciones nucleares -esenciales para Irán en el proceso de enriquecimiento de uranio- se encuentran a 60 metros bajo desiertos y montañas, una ventaja táctica que Israel con sus recursos militares no puede resolver. Alí Khamenei, líder religioso de Irán Benjamín Netanyahu y Donald Trump tienen relación personal y un vínculo político que muchas veces sufrió alteraciones. El premier israelí valora el respaldo constante de Estados Unidos, pero no duda en cumplir con su propia hoja de ruta a pesar de las advertencias geopolíticas de la Casa Blanca. Trump pidió a Netanyahu que no atacará a Irán mientras negociaba de manera indirecta con el líder religioso Ali Khamenei, y el primer ministro de Israel avanzó contra Teherán cuando consideró que la táctica diplomática había perdido su poder disuasorio. Ahora, esta subrepticia tensión política y personal entre Netanyahu y Trump se renovó respecto a las acciones que habría que ejecutarse para cancelar el proyecto nuclear iraní y terminar la guerra que afecta a Medio Oriente. Israel sostiene que Irán perderá su iniciativa atómica si Estados Unidos aporta sus B2 y sus bombas anti bunker. La Casa Blanca respondió que esa posibilidad “está afuera de la mesa” porque implicaría involucrar oficialmente a Estados Unidos en la guerra. Trump ya le anticipó a Netanyahu que no se sumará de manera directa al conflicto, ya que eso significaría transformar a los activos militares de Estados Unidos de Medio Oriente en blancos móviles de Irán y sus proxíes terroristas. El Pentágono suministra información de inteligencia para contener los misiles que Irán dispara contra Israel y colabora con el suministro de combustibles para los aviones israelíes que atraviesan casi 2.000 kilómetros para atacar objetivos iraníes. Pero no entregará las bombas de 13 toneladas a Israel, hasta que Trump decida que para los intereses propios de Estados Unidos, es indispensable atacar las instalaciones de Natanz y Fordow junto a Israel. Donald Trump y Benjamín Netanyahu durante su último encuentro en la Casa Blanca, (Washington, Estados Unidos) En este contexto, Netanyahu define un plan alternativo que ya fue rechazado una vez por la administración republicana: asesinar a Ali Khamenei, líder religioso de Irán. El premier israel considera que si no es posible destruir las bases nucleares de Irán, se puede terminar con Khamenei que insiste con tener la bomba atómica como ventaja geopolítica en Medio Oriente. El cálculo estratégico de Netanyahu llegó al Salón Oval, y Trump dijo que no. El presidente de Estados Unidos alegó que el asesinato de Khamenei puede causar un efecto dominó en la región que obligaría a la actuación diplomática y militar de la Casa Blanca, un efecto colateral rechazado por el líder republicano. Con tres días de ofensiva constante hacia Irán, Netanyahu está satisfecho con los resultados obtenidos hasta el momento. Pero deslizó a Washington que su Plan Khamenei se puede activar si sus objetivos bélicos se dilatan en el tiempo. No será la primera vez, en administraciones demócratas o republicanos, que Netanyahu en Jerusalén tome sus propias decisiones.
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