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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/06/2025 08:22
Cualquier usuario de correo electrónico ha sentido alguna vez que su bandeja de entrada se convierte en terreno de batalla. La avalancha de mensajes promocionales y ofertas dudosas parece imparable: desde descuentos imposibles en vuelos hasta consejos sospechosos de inversión en criptomonedas. En casi todos esos correos aparece la misma promesa al pie: “haz clic aquí para darte de baja”. Parece una solución obvia, sencilla y segura para dejar de recibir esos emails que nadie ha solicitado. Pero la realidad es más compleja. Lejos de resolver el problema, hacer clic en ese enlace puede exponer a los usuarios a nuevos riesgos. Los expertos en ciberseguridad advierten que, en muchos casos, el botón de “dar de baja” funciona como la puerta de entrada a amenazas inesperadas. Un clic, muchas amenazas En diálogo con el periódico The Wall Street Journal, el experto TK Keanini, director de tecnología en DNSFilter, lo resumió así: “La confianza es relativa. Confío en mi cliente de correo, pero no en lo que está dentro del mensaje”. La lógica detrás de la advertencia es clara: cuando el usuario sale del entorno protegido del cliente de email y sigue un enlace contenido en el mensaje, queda expuesto a todo tipo de peligros presentes en la web. Las consecuencias de ese simple clic pueden ir mucho más allá de una bandeja de entrada más limpia. Un simple clic en "anular suscripción" fue derivar en un ciberataque (Foto: Captura de Gmail) Según datos recopilados por DNSFilter, una de cada 644 veces que alguien utiliza ese enlace para “darse de baja”, termina en un sitio web potencialmente malicioso. Este dato arroja luz sobre la magnitud del problema. El peligro más común al interactuar con correos no deseados está en la verificación de direcciones activas. Michael Bargury, director de tecnología y cofundador de Zenity, sostiene que estos clics les sirven a los atacantes para confirmar que la dirección de correo pertenece a una persona real y activa. Una vez verificada esa información, el usuario puede convertirse en objetivo prioritario dentro de nuevas campañas de spam o estafas personalizadas que recurren a técnicas de ingeniería social para obtener datos valiosos o dinero. Charles Henderson, vicepresidente ejecutivo de servicios de ciberseguridad en la firma Coalfire, amplía la advertencia: los atacantes recopilan información con cada interacción, construyendo un perfil del usuario. “Una vez que saben que la cuenta está activa, pueden empezar a investigar con la esperanza de extorsionar a la víctima en el futuro, a través de ingeniería social u otros métodos”. Otra amenaza frecuente se presenta cuando el enlace redirige a una página que imita a la perfección el aspecto de una empresa legítima. En ese falso sitio, los ciberdelincuentes pueden intentar obtener credenciales de acceso o instalar software malicioso en el dispositivo del usuario. “Si el sitio al que te redirigen te pide tu contraseña para darte de baja, es una alerta inequívoca”, advierte Bargury. Ante estos casos, recomienda no completarla y, en vez de seguir el enlace, abrir una ventana aparte del navegador y gestionar las preferencias de comunicación directamente desde el sitio oficial de la compañía. No todos los enlaces son iguales, pero… La sofisticación de algunos sistemas empresariales puede generar confusión. Algunas compañías legítimas solicitan al usuario que complete nuevamente su dirección de correo en la web tras hacer clic en “darse de baja”. Charles Henderson explica que esa práctica suele servir para cubrir aspectos técnicos, como el uso de un único enlace estándar para todos los destinatarios. Sin embargo, incluso ante comportamientos legítimos, los expertos recomiendan cautela extrema, sobre todo al recibir comunicaciones de remitentes desconocidos o sin relación previa. Henderson decide no interactuar jamás con enlaces dentro del cuerpo de correos recibidos de personas o empresas con las que no ha tenido contacto. Mantiene una máxima sencilla: “Si no confías en el remitente, ¿por qué confiarías en su enlace para darte de baja?”. Algunos usuarios temen que el clic pueda instalar malware de inmediato. Henderson matiza que esta modalidad implica una serie de coincidencias poco habituales: sería necesario que la víctima utilice un navegador vulnerable, que el malware esté diseñado para atacar justamente esa vulnerabilidad y, por último, que el usuario efectivamente pulse el enlace fraudulento. Pese a que el escenario resulta poco probable, la amenaza existe y se intensifica con el tiempo a medida que surgen nuevas vulnerabilidades y estrategias de ataque. Los expertos advierten el peligro de los botones de dar de baja suscripción (@BlanchDuBois74/Reddit) Formas seguras de dejar de recibir correos no deseados Frente a este panorama, ¿hay alternativas seguras para limpiar la bandeja de entrada? Los expertos coinciden en señalar el uso de los llamados “list-unsubscribe headers”, un mecanismo integrado en muchos proveedores de correo. Estos encabezados aparecen, generalmente, en la parte superior de cada mensaje, ofreciendo un botón confiable para salirse de una lista. A diferencia de los enlaces en el cuerpo del mensaje, este método suele gestionarse dentro del propio sistema de correo, sin recurrir a redirecciones a páginas externas. En Gmail, por ejemplo, junto al remitente puede aparecer el mensaje “Darse de baja” o “Unsubscribe”. Este atajo representa un entorno más seguro y disminuye los riesgos de acabar en una web falsa o expuesta al robo de datos. Cuando esta función no aparece o cuando el remitente resulta sospechoso, lo más aconsejable es marcar el mensaje como spam. Así, el correo pasará a la carpeta de correo no deseado —y el filtro aprenderá a desviarlo en el futuro— sin que el usuario tenga que interactuar con ningún enlace comprometido. Muchos servicios de correo incluso bloquean automáticamente a los remitentes que acumulan estas denuncias. Otra opción eficaz es configurar reglas o filtros para que los mensajes procedentes de direcciones concretas nunca lleguen a la bandeja principal. Esta automatización desvía los correos entrantes a la carpeta de spam o los elimina de inmediato, reduciendo el riesgo y la molestia. Correo desechable y protección de identidad digital A la hora de suscribirse a servicios, descargar cupones o participar en promociones, el uso de direcciones de correo desechables o secundarias representa una defensa robusta contra la saturación de spam y la exposición de la identidad real del usuario. Charles Henderson recomienda crear direcciones del tipo “tusitio.tiendafavorita@icloud.com” sólo para tiendas online o promociones específicas. Si empiezan a llegarle mensajes no deseados, basta con desactivar la cuenta. Así, la dirección personal permanece protegida: “Problema resuelto”, sintetiza el experto. Algunas plataformas, como Apple, ofrecen la función “Ocultar mi correo electrónico” que genera direcciones aleatorias y únicas ligadas de manera segura al buzón real del usuario. Estas direcciones pueden eliminarse fácilmente si empiezan a recibir spam o si se detecta cualquier anomalía. Otros navegadores, como Chrome y Firefox, permiten instalar extensiones que facilitan la creación y gestión de emails temporales. Una de las recomendaciones es evitar pulsar los enlaces de “darse de baja” en correos sospechosos Estrategias prácticas para usuarios Para los usuarios preocupados por el volumen de correos no solicitados y, a la vez, por su seguridad, la mejor estrategia combina prudencia digital con el uso de las herramientas que ofrecen los propios gestores de correo: -Evitar pulsar los enlaces de “darse de baja” en correos sospechosos o de remitentes desconocidos. -Utilizar el sistema de “darse de baja” integrado en el propio proveedor de correo —si está disponible— o marcar los mensajes como spam. -Configurar reglas y filtros para bloquear automáticamente remitentes indeseados. Usar direcciones de correo secundarias o desechables al suscribirse en tiendas, servicios, boletines o foros. -Actualizar regularmente el navegador y el sistema operativo para minimizar vulnerabilidades. -Desconfiar de cualquier sitio que solicite información sensible bajo la excusa de una gestión de suscripción. En un entorno donde los ciberdelincuentes perfeccionan constantemente sus técnicas, la mejor defensa radica en desarrollar hábitos seguros, no ceder ante promesas de soluciones instantáneas y guardar una cierta desconfianza hacia todo correo no solicitado, sin importar lo atractivas que sean sus ofertas o la insistencia de sus enlaces de “darse de baja”. La batalla por una bandeja de entrada limpia y segura no se reduce a un simple clic. Requiere información, atención y sentido crítico para evitar que una práctica difundida como la de “darse de baja” se convierta en la puerta de ingreso a nuevos ataques y estafas. Mantener el control sobre la propia identidad digital, proteger los datos y evitar caer en trampas es hoy más importante que nunca.
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