Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Un historiador descubre restos de dos fortalezas desconocidas en la Sierra de Hornachuelos

    » Diario Cordoba

    Fecha: 15/06/2025 08:46

    El Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos no deja de presentar sorpresas. Además de su incuestionable valor medioambiental, los trabajos de investigación que está desarrollando el historiador Emilio Navarro han sacado a la luz una amplia red de fortalezas y edificios defensivos de los que casi no había información. En los últimos meses se han sumado dos más, con lo que en total suman ya siete. Se trata de dos estructuras defensivas localizadas en puntos bastante distantes entre sí, pero dentro del término municipal. La primera de ellas se conoce con el nombre de La Atalaya y está en el entorno de la finca conocida como Nublos, a las faldas de la sierra que une Hornachuelos y Posadas; y el segundo, es el castillo de Uceja, localizado en un meandro del Bembézar, cerca de El Cabril. Explica Emilio Navarro que estos descubrimientos son fruto de los trabajos de investigación para su tesina, centrada en los castillos y fortificaciones del valle medio del Guadalquivir (con municipios de Córdoba y Sevilla). En total, en dicho trabajo se daban a conocer más de una decena e identificaba varias en Hornachuelos. Algunas de ellas, explica el historiador, eran más o menos conocidas, pero de otras apenas existían referencias escritas. Navarro señala que las características geográficas y la abundancia de recursos naturales (las minas entre ellos) han propiciado que, pese a su extensión, el término municipal meloja siempre haya estado poblado y siempre de una manera dispersa, por las propias características topográficas. Esa dispersión hacía necesario que, de cara a la protección de estos moradores, existieran puntos de referencia defensiva en lugares estratégicos. El historiador Emilio Navarro. / Manuel Corral Así, entre los datos recabados apreció que un lugar concreto del término era conocido como La Atalaya, en la finca de Nublos, lo que le hizo pensar que si se llamaba así es porque debió existir algún punto de observación militar o defensa en las proximidades. Así que, en uno de los paseos o trabajos de campo por la zona conocida como el Cambuco, donde hay varios puentes, alguno romano, sobre el arroyo Guadalvacarejo, observó una estructura que le hizo pensar que podría tratarse de un muro o muralla de alguna fortaleza, «era lo que parecía ser el arranque de una plataforma, torreón o estructura de control del paso por el puente romano y con vistas a lo que en su tiempo fue el castillo de Murat (Moratalla)». Con el material recabado y las fotografías tomadas puso la información en manos de la universidad y más tarde a la Junta de Andalucía, que está tramitando ya su inscripción en el catálogo de los Bienes de Interés Cultural. La Atalaya, uno de los últimos hallazgos en la sierra de Hornachuelos. / E. N. La localización del segundo castillo, el de Uceja, fue algo más difícil, explica Navarro, porque solo tenía algunas referencias en una «minuta topográfica» del siglo XIX, que señalaba su existencia en un meandro del Bembézar. Aunque trabajó durante tiempo para confirmar su existencia no tuvo éxito, hasta que recientemente en una foto tomada por satélite se podían apreciar algunos rasgos de la posible edificación. Sin embargo, las dificultades para acceder a la zona, por las propiedades de las fincas y la orografía del terreno, han complicado el trabajo. Aun así, aprovechando la zona de dominio público del río Bembézar y asesorado por un amigo conocedor de la zona, en septiembre de 2024 emprendieron la búsqueda, «tomamos el Bembézar aguas arriba y conseguimos llegar al lugar», donde hallaron lo que parecía ser un castillete defensivo y alguna estructura de poblado en sus alrededores. La Atalaya | Restos de cerámica andalusí y algunas tégulas romanas Sobre las características de cada uno de estos vestigios, Emilio Navarro explica que la apariencia superficial de La Atalaya presenta «una base del principal baluarte, que está orientada a poniente, apoyada y adaptada a la piedra natural del entorno y tiene unos cinco metros de diámetro con planta cuadrada irregular». El alzado de esta atalaya, sigue explicando el investigador palmeño que la ha descubierto, «tiene unos cuatro metros de altura y el material constructivo es mampostería de roca caliza, trabada con la técnica de la piedra seca». La torre es más amplia que el alzado y en el levantamiento de la torre «va señalando una inclinación de unos sesenta grados», indica. La investigación ha permitido ver que bastantes espacios están desaparecidos y que el recinto rodea la loma pero que su trazado se vio alterado en su día por la construcción de un canal de riego. Esta circunstancia no ha impedido que se puedan encontrar también en el entorno restos de cerámica andalusí y algunos restos de construcción romana, tales como fragmentos de tégulas.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por