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Gualeguay » Debate Pregon
Fecha: 15/06/2025 08:30
—¿Cómo tomaste la condena a Cristina? —La verdad que yo creo que era un fallo esperado para ponerle un cierre a una de las etapas más corruptas de la Argentina. Fueron 15 años de corrupción que se termina de dar un cierre con este fallo. —¿Sentís que es en el mejor momento o que podría haber sido más alejado de las elecciones? —No, yo creo que la justicia es independiente y es sano que no se fije en los procesos electorales del país. Son dos caminos separados. También creo que seis años, no sé si es justo, si es mucho o es poco, pero es una condena. Y hablemos de que esta causa viene desde 2008. Es un juicio que se inicia con una demanda de Carrió del 2008 y que termina en 2025. Estamos hablando de 17 años de proceso. Tanto este juicio como otros dejan claro que la justicia no termina siendo para todos igual, porque nosotros, los simples mortales, los que estamos acá hoy en día, los que somos el llano, el pueblo, nunca podemos acceder a ese nivel de justicia. Es una condena por la que pasaron un centenar de jueces. Se fue pateando, se fue alargando el proceso, pero se alargó simplemente por una cuestión de política, de ambición política de los mismos condenados. —Hay causas como la del Correo de Mauricio Macri que comenzaron antes. ¿Sentís que desde ese lado las causas no avanzan? —No, yo primero no estoy tan en tema como con la de Cristina, pero tampoco voy a ser defensor de cualquiera. Debería definirse en la misma justicia. "El que las hace, las paga." Eso que está muy de moda ahora tiene que ser para todos. —Situación del radicalismo: ¿cómo están hoy en los frentes que integran? —Nosotros en lo que son los comités locales apuntamos a Gualeguay. Nosotros, como UCR de Gualeguay trabajamos siempre enfocados en la ciudad, que creo que es lo importante: la situación cotidiana, el día a día de cada uno. Después, yo tengo un pensamiento a nivel provincial con el que, capaz, otro de los que también integran el comité puede tener un pensamiento distinto, pero, sin embargo, apuntamos siempre a la estructura local. Dejamos los intereses provinciales o el pensamiento nacional de lado para poder también trabajar. Por eso funcionamos como una unidad. Es un consenso que se va logrando, que lleva tiempo de charla, puesta en común, para poder trabajar y hacer de cada reclamo una opción para el pueblo, para la ciudad. —¿Sienten en la provincia que el radicalismo podría tener un lugar más protagonista, que si no fuera por el frente Frigerio no sería gobernador? —Si no hubiese sido por el frente, muchos intendentes radicales no hubiesen sido intendentes tampoco. Creo que hay un límite dentro del frente —volviendo al tema de Cristina— que es la corrupción. Con los corruptos, nada. Y después, dentro del frente, todo se puede charlar. Todo se puede acordar y nivelar para un camino en común, que es el progresismo y el bienestar social, y eso lograrlo a través del Estado también. —¿Cómo son las discusiones sobre la gestión local? —Las reuniones del comité no se basan en la municipalidad, porque nosotros somos UCR Gualeguay, no somos la municipalidad de Gualeguay. Si bien muchos integrantes del comité y otros tantos están dentro del municipio, eso por ahí lo que da es la facilidad de llegar al funcionario de turno y decirle algo, tener una crítica constructiva. Nunca sirven las críticas destructivas. Las críticas deben ser aportes. Y después de ese aporte, hacer un seguimiento para tratar de que lo que uno pregona y uno piensa se pueda llevar a cabo y pueda llegar a la municipalidad. Creo que es lo más sano. Siempre las críticas y autocríticas hacerlas en el comité, para adentro, y trasladarlas al municipio, y después tratar de que se lleven a cabo. —¿Cómo ves el clima de violencia en la política? —Sí, yo creo que hay una intolerancia social palpable. Uno, como comerciante, tiene un pulso distinto de la ciudad. Y lo que uno puede percibir o palpar es que hay una intolerancia grande que después se refleja en las redes sociales. También termina reflejándose en ciertos funcionarios, pero hay que separarlo. Hay que fijarse si es más para un fin político, para captar votos, o si es el pensamiento político de esa persona. Pero que hay una sociedad intolerante es palpable y es cierto. Respecto al tránsito, se nota mucho. En la calle vos lo ves. O por ahí te ponés a hablar con un mismo cliente, entonces te agarran y te dicen que algo les encanta y quieren comprar algo, pero en vez de comprar las dos cosas que les gustan, tienen que elegir una. Y todo eso va generando distintas frustraciones para la persona, para el cliente, y esas frustraciones después se van acumulando y terminan explotando de cierta manera. No tengo el dato exacto, pero creo que cinco de cada diez personas debe estar consumiendo algún relajante o algo así. Es impresionante la intolerancia que estamos viendo. Y eso queda reflejado en las redes sociales. Vos publicás algo y vas a tener diez haters y tres me gusta. Que tampoco hay que centrarse en eso. Hay que valorar al que sale a hablar y a expresarse públicamente desde el llano. “Bueno, yo pienso esto”. Y cada vez la gente tiene más miedo de expresarse. Y ese miedo después termina expresándose en la urna. —En ese sentido, ¿te preocupa que la gente termine descreyendo de la política como herramienta para transformar la realidad? —No me preocupa en las elecciones provinciales, porque históricamente siempre se votó poco, con bajo margen de participación política, de votos. Sí creo que hay que terminar con el desdoblamiento de las elecciones. Hay que hacer el voto cada dos años. Son impresionantes los gastos de campaña. Si bien hay leyes después para limpiar la ciudad y todo, durante dos meses de campaña la ciudad está llena de propaganda política que no a todo el mundo le gusta. Entonces, hay que respetar esas cosas. En el 2023 votamos cinco veces. Hay que respetar los balotajes, y por supuesto que hay que votar cada dos años. Vivimos en una república con representación de cámara, entonces eso hay que renovarlo. Pero desdoblar ya es demasiado. —¿Cómo está funcionando hoy el comité radical? —Nos estamos juntando todos los miércoles para debatir política y distintos proyectos dentro del partido. Estamos empezando a armar proyectos con salida laboral y talleres culturales. Entonces, más que nada, la idea es invitar a la sociedad, no solamente a los comités o a los partidos políticos, a integrarse políticamente, sino que hay que hacerlo desde un punto de vista social y cultural. Creo que ese es uno de los futuros de los comités. Ya se hablaba en la década del 2000 de que se estaban acabando los partidos de masas, y hay que hacer los partidos funcionales a los pueblos. Nosotros somos el radicalismo, que tiene una representación, y hay que valorarlo. Venimos de una trayectoria de 130 años. Hay que valorar que tenemos representación en cada punto del país. Y eso hay que explotarlo socialmente, no solo políticamente.
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