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» El Ciudadano
Fecha: 15/06/2025 08:29
*Por Luciana Mangó y Daniel Zecca La candidata a concejala por el Frente de Izquierda y los Trabajadores – Unidad (Fitu) Carla Deiana busca un lugar en el Palacio Vasallo donde representar por primera vez al espacio. Tras 10 años, el Frente superó el piso de las elecciones primarias y ahora sigue en carrera hacia las generales del próximo 29 de junio, para lo cual necesita duplicar el resultado inicial. En diálogo con el stream El Ciudadano Política, Deiana cuestionó las políticas del gobierno nacional y propuso su espacio como un caudal para organizar el reclamo de vecinas y vecinos, y llevar la lucha de los trabajadores a la calle. —¿Cómo viene la campaña para ustedes, ya que son el único frente de izquierda en estas elecciones? —Con mucho entusiasmo. Hay tres listas del peronismo, dos de la derecha y nosotros, que nunca estuvimos en el Concejo. Sería un cambio político importante el ingreso de campos populares que venimos de muy abajo peleándola. Por primera vez en 10 años pasamos las primarias, algo relevante en esta ola derechista. La campaña arrancó hace mucho: conquistamos la personería política, algo que para los partidos obreros es un sacrificio enorme. Recorremos barrios como Municipal, Nuevo Alberdi, 7 de Septiembre, La Sexta y acompañamos las movilizaciones de Ni Una Menos, jubilados y personas con discapacidad. La meta es agrupar estas luchas para derrotar a Milei, a Pullaro y a Javkin que son sus mejores alumnos en la provincia. —Lograron pasar a las generales después de una década. ¿Cuántos votos más necesitan para conseguir una banca? —Con 30.000 votos entramos. Tendríamos que duplicar el resultado, lo cual es posible porque hay espacios afines que no superaron el piso y entendemos que los militantes pueden llegar a apoyar al Frente de Izquierda. Además vamos a buscar a quienes no votaron. Muchos vieron cómo Milei los estafó, otros que están desencantados con el peronismo. Queremos convocar a un voto de trabajadores, de lucha y de organización. —En las recorridas, ¿qué realidades encuentran en los barrios? —Es una catástrofe. Hay dos Rosarios: la de los bulevares y torres lujosas, y la de los trabajadores, donde faltan servicios básicos como agua, luz, transporte. Hay barrios declarados «zona roja» donde ni las ambulancias entran. Se ha marginado a un sector de la ciudadanía y expropiado al trabajador de la riqueza que produce porque allí viven las personas que crean la riqueza en la ciudad. La gente está harta. En barrio Municipal armamos una reunión con 20 vecinos en 15 cuadras. El mensaje es claro: hay que organizarse para reclamar no sólo al intendente sino al Concejo deliberante que hoy es un lugar de puertas cerradas, no un espacio para el pueblo. Se necesitan políticas para trabajadores. Finalmente termina ganando Juan Pedro Aleart que atacó a los trabajadores del Garrahan, cuando nuestros niños y niñas se atienden ahí, lo que da cuenta que no tienen idea de las necesidades del pueblo. —Juguemos a que estás en un barrio y tenés poco tiempo. ¿Cómo te presentás y cuál es tu propuesta principal? —Hola, soy Carla, profe de secundaria. Trabajo en las escuelas públicas de Rosario. Recorremos el barrio para llevar tus reclamos al Concejo, donde hoy no hay voz para los trabajadores. Luchamos por salarios dignos, jubilaciones justas, y para que se vaya Milei. Estamos convocando al pueblo a organizarse en las calles porque no tenemos confianza en el Congreso ni en los políticos que se venden, sí en la historia de lucha. —¿Qué le respondés a un vecino que pregunta cómo cambia su vida si la izquierda llega al Concejo? —Luchar por un salario digno que cambia todo, te permite tener acceso a salud, educación y vivienda. Para jubilados, peleamos para que la mínima no sea una miseria y para que dejen de robar los fondos de Ansés y de Pami. Le decimos que si te juntás con nosotros y nosotras no nos vas a ver sólo en elecciones, sino recorriendo el barrio. Vas a encontrar un canal para organizarte con otros vecinos que tienen los mismos problemas para ir construyendo una salida. No resuelve la vida un concejal, sino que los trabajadores tenemos que tomar los problemas con nuestras manos. El Frente de Izquierda es un canal de organización y de lucha colectiva. —¿Qué puede aportar la izquierda en un Concejo con ámbito de aplicación limitado? —Está todo nacionalizado. Es cierto que el Concejo tiene sus limitaciones para actuar pero es hasta cierto punto porque Rosario tiene un Banco Municipal que debería dar créditos para vivienda o desarrollos urbanos y no para hacer negocios. Todos se escudan en el gobernador o el presidente, pero todos votaron a Milei. El Concejo votó el presupuesto 2025 por unanimidad, que ajusta por debajo de la inflación, licuando salarios de trabajadores municipales. La izquierda va a decir: «No te dejes robar». Vamos por la triplicación del presupuesto para hospitales y el pase a planta permanente de municipales. Creo que hay un cuadro de complicidades en el Concejo. La izquierda va a denunciar eso y a defender a los laburantes, la salud y la educación pública. —Se cumplieron 10 años del Ni Una Menos. ¿Qué balance hacés como militante feminista? —La marcha de este año fue masiva, creo que estuvo vinculada al ataque negacionista de Milei contra nuestros derechos. El balance es contradictorio. Por un lado, logramos instalar la violencia patriarcal como problema estructural donde el Estado es responsable y también la reproduce. Milei fomenta crímenes de odio, racismo y xenofobia desde la violencia en sus discursos para dividir a los trabajadores. Por el otro, tenemos un balance sobre cosas que se dijeron que iban a atenderse, no se atendieron, y sobre esa contradicción Milei montó su discurso negacionista. Nunca apoyamos el Ministerio de la Mujer, creemos que estatizar demandas y que hayan captado el movimiento de mujeres no fue algo positivo; proponemos un consejo autónomo electo por mujeres y diversidades para tener un doble poder a partir de las organizaciones feministas y de género que somos las que atendemos las demandas. La lucha sigue vigente: Chiara Páez y todas las víctimas de femicidio nos recuerdan que la violencia patriarcal se estructura con la violencia capitalista y eso lo sufrimos doblemente las trabajadoras con la explotación y la opresión sobre nuestros cuerpos.
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