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» Elterritorio
Fecha: 15/06/2025 08:27
A más de siete años de ser vista por última vez, la Justicia sigue investigando el caso. Su concubino estuvo en la mira, aunque no se hallaron pruebas para implicarlo en la causa domingo 15 de junio de 2025 | 6:05hs. La desaparición fue denunciada por el hermano de la mujer en diciembre de 2017. Transcurrieron más de siete años desde la misteriosa desaparición de Delia Nancy Scher, una vecina de 50 años de Jardín América. La investigación al principio fue intensa pero no tuvo resultados concluyentes, hasta que se estancó. El marido de la mujer inicialmente estuvo bajo sospecha pero nunca hallaron elementos para endilgarle responsabilidad. Más allá de todas estas cuestiones, y a pesar de los años sin pistas, familiares de Nancy no pierden las esperanzas de poder encontrar a la mujer. Lo que con certeza se sabe del caso, que se presenta como un interrogante abierto para los habitantes de la localidad, es que 16 días más tarde de haber sido vista por última vez, es decir, el 13 de diciembre de 2017, Pedro Reis, concubino de Delia, hizo una denuncia por abandono de hogar, y su primera versión fue que su pareja se había fugado con un hombre al que conoció a través de las redes sociales. Cuatro días después, el hermano de la mujer, César, radicó una denuncia por la inesperada desaparición, pero apuntó directamente a su cuñado como posible responsable. Fue, además, quien posteriormente encabezó las marchas por pedido de celeridad en la investigación y rápido esclarecimiento. Eso motivó que el 27 de diciembre de ese año la Justicia ordenara un allanamiento en la casa donde la pareja vivió durante muchos años, donde se incautaron los aparatos electrónicos (teléfono celular y computadora) de la desaparecida. También hicieron pruebas orientativas de luminol, sin resultados positivos para sangre humana. Además revisaron un pozo, que estaba vacío. Luego del operativo, Reis cambió su versión y aseguró que en realidad Delia fue secuestrada en Misiones, pero se desdijo cuando tuvo que declarar como testigo sospechoso ante el juez de Instrucción de Jardín América (subrogante en Puerto Rico en aquel momento) Roberto Sena, quien posteriormente decidió inhibir sus bienes y frenar la intención que tenía de vender la propiedad en la que vivía con la desaparecida, situada sobre avenida Antártida Argentina casi San Martín de la citada localidad. Respecto al análisis del teléfono celular y la computadora de la mujer, las fuentes judiciales afirmaron que no develaron contactos con otros hombres, tal como había señalado inicialmente Reis y en paralelo se confirmó que, si Delia salió del país no lo hizo por un paso habilitado, porque su identidad no fue detectada en registros oficiales de Migraciones. En ese contexto las hipótesis siempre fueron tres y giraron en torno a la presunta salida voluntaria del hogar por conflictos que podrían ser familiares, lo que no se pudo probar, y en un momento también apareció la posibilidad del secuestro abonado por el concubino, que después se desdijo. La tercera, por las contradicciones señaladas, apuntó ineludiblemente hacia la posibilidad de un asesinato que se terminó debilitando por la falta de evidencia, aunque esa pista nunca fue descartada. Restos óseos En marzo del 2019, cuando se cumplió un año y cuatro meses de la desaparición de Delia, un dato anónimo potenció las esperanzas de encontrarla. Una persona aseguró haberla visto en una propiedad de la calle Ecuador, de Jardín América, que supuestamente era utilizada como prostíbulo, aunque con fachada de bailanta. En ese lugar los investigadores tampoco encontraron pistas del posible paso o estadía de la mujer. Casi dos meses después, en una propiedad lindante, también por calle Ecuador, un hombre encontró un envoltorio con presuntos huesos y restos humanos. De acuerdo a ese vecino se trataba de los brazos de una persona adulta y restos de cabello. Primero se pensó que podrían ser de Delia, aunque las pericias del Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial lo descartaron. El cotejo genético no coincidió con la mujer buscada. Poco tiempo después el dueño de la propiedad mencionada denunció que desconocidos incendiaron parte de la estructura, desconociendo la intencionalidad. Para completar, en noviembre del 2019, en una casa en construcción de la misma propiedad encontraron más restos óseos y una cadenita con un dije que tenía grabado el nombre de la desaparecida. Compartí esta nota:
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