15/06/2025 16:26
15/06/2025 16:26
15/06/2025 16:25
15/06/2025 16:25
15/06/2025 16:23
15/06/2025 16:22
15/06/2025 16:15
15/06/2025 16:15
15/06/2025 16:13
15/06/2025 16:12
» Elterritorio
Fecha: 15/06/2025 07:40
domingo 15 de junio de 2025 | 6:00hs. La vereda como escenario de análisis social. Cuántas veces desde el espacio público nos cruzamos con experiencias, anécdotas o situaciones que nos llevan a reflexionar, problematizar y hasta tanto no encontremos la respuesta nos sentimos, quizás, algo incompletos. ¿Suele pasar? Como cuando tarareamos una canción y no recordamos el autor o bien un fragmento de una película pero olvidamos el título. El otro día me encontré con un colega que hace tiempo no veía y estaba atravesando por un contratiempo. Parece algo menor, para él no lo era. Necesitaba hablar con el médico que había atendido a su hijo porque no entendía la letra del recetario y tampoco comprendía el farmacéutico, quien suele ser el traductor por excelencia de la caligrafía médica. Más tardaba en ubicar al pediatra, más demoraba en acceder a la medicación y, por lo tanto, más lenta sería la recuperación del niño. El mismo día, ya en clases, en esos momentos de reflexión personal los estudiantes -no mencionaré la carrera- planteaban por qué los médicos hablan y escriben difícil. Que muchas veces se van de la consulta con más dudas que certezas. La incertidumbre como denominador común entre pacientes, algo cada vez más frecuente, en tanto no debería estar naturalizado. Fue entonces que pensé -y pienso- entre la anécdota de la calle y lo vivenciado en el aula, en profesionales de la talla de la oncóloga Sandra Borchichi, los infectólogos Liliana Arce y Oscar López, el especialista Ángel D’Annunzio, el neurocirujano Mario Barrera y quien fuera un referente en la lucha contra los agrotóxicos, Hugo “Buby” Gómez Demaio (fallecido en 2017). Todos destacados profesionales de la salud en Misiones que trascienden por su conocimiento y su preparación; y también por sus modos de comunicar. La asertividad en la comunicación también incide en la relación con el paciente. La comunicación en salud es clave, aunque muchas veces los tiempos juegan en contra. Un sistema saturado, la necesidad de formación constante y falta de profesionales sobre todo en lo que respecta a la atención primaria de la salud (APS) son algunos de los factores que inciden. Sin embargo, informar al paciente generando un feedback no sólo habla del perfil profesional de quien presta servicio, sea médico o enfermero, sino que es una práctica que está legislada en nuestro país. Y aquí viene la búsqueda y respuesta a la duda que estuvo en mí casi 24 horas: Argentina cuenta desde el año 2009 con la Ley 26.529, que establece los derechos del paciente en su relación con los profesionales e instituciones de la salud. Esta ley reconoce el derecho a la asistencia digna y respetuosa, a la información completa y comprensible sobre la salud, la autonomía de la voluntad (incluyendo el derecho a aceptar o rechazar tratamientos) y a la confidencialidad de la historia clínica del sujeto de cuidado. También regula el consentimiento informado y la posibilidad de realizar directivas anticipadas. Las directivas anticipadas se refieren a aquellos escritos que el paciente puede dejar en momentos de lucidez sobre qué quiere o cómo quiere ser tratado cuando atraviese determinado estadío, indistintamente del deseo de su familia. Vale aclarar que esto último fue un tema de conversación con una gran cirujana y especialista en Bioética Rosa Angelina Pace, nacida en Aristóbulo del Valle y desde hace 30 años parte del equipo del Hospital Italiano en Buenos Aires. Pace me ayudó a echar luz a los alcances de esta legislación, que ya tiene sus años, pero que evidentemente es resistida, además de darme una cátedra de los alcances de la bioética, que será tema de otra columna. Así, de aquel encuentro en la calle surgió algo más que interesante que le dio vida a estas líneas. Una vez más, la vereda como escenario disparador de aprendizaje.
Ver noticia original