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Concordia » Hora Digital
Fecha: 14/06/2025 19:21
Descubre por qué es clave acompañar la ingesta de vitamina D con grasas saludables para mejorar su absorción y aprovechar al máximo sus beneficios para la salud. La vitamina D, conocida como la “vitamina del sol”, genera dudas entre quienes buscan mejorar su salud y prevenir deficiencias. Expertos en nutrición y medicina coinciden en que la clave no está en la hora del día, sino en cómo se consume este nutriente esencial. De acuerdo con estudios, la absorción de la vitamina D depende principalmente de su ingesta junto con alimentos que contengan grasas, y no del momento específico en que se toma el suplemento. Esta recomendación cobra relevancia ante la dificultad de obtener suficiente vitamina D solo mediante la dieta, un desafío que afecta a una parte considerable de la población. La vitamina D pertenece al grupo de las vitaminas liposolubles, junto con las vitaminas A, E y K. Roxana Ehsani, dietista de Miami, Florida, indicó que el cuerpo puede sintetizar vitamina D tras la exposición solar, aunque también es posible obtenerla mediante la alimentación. Este nutriente cumple funciones esenciales, contribuye al funcionamiento del sistema inmunológico, favorece la función muscular y nerviosa, y es indispensable para la absorción de calcio, un mineral clave para la salud ósea. La importancia de la vitamina D se refleja en las recomendaciones diarias para personas adultas mayores, que sugieren una ingesta de 20 microgramos por día. Sin embargo, alcanzar estos niveles solo a través de la dieta resulta complicado para la mayoría. Según investigaciones, aproximadamente el 25% de la población estadounidense presenta deficiencia de vitamina D. Esta situación responde a diversos factores, como la escasez de alimentos ricos en este nutriente. Por ejemplo, un huevo aporta poco más de 1 microgramo, mientras que el salmón contiene alrededor de 12 microgramos por cada 85 gramos. El aceite de hígado de bacalao sobresale con 34 microgramos por cucharada. En Estados Unidos, la leche fortificada es la principal fuente alimentaria de vitamina D. Para alcanzar la cantidad diaria recomendada solo con leche, se requeriría ingerir más de un litro al día, algo poco habitual. La baja exposición solar en invierno, el uso de ropa que cubre gran parte del cuerpo o la residencia en zonas con poca luz solar dificultan la sín…
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