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Parana » Informe Digital
Fecha: 14/06/2025 18:51
En el tramo final, el Gobierno reafirma su determinación de restablecer las alícuotas de los Derechos de Exportación (DEX) para la soja, el maíz, el girasol y el sorgo a los niveles de finales de enero pasado. Algunos analistas y fuentes del mercado de granos no descartan que, en la proximidad de la fecha de cierre del 30 de junio, se anuncie una medida similar a la implementada con el trigo y la cebada: la postergación de la baja. Sin embargo, los planes de siembra y las estrategias de producción no pueden basarse en especulaciones. Se requiere una comunicación oficial clara. Mientras tanto, los datos son contundentes. Un informe de la Fundación Mediterránea indica que, si la soja y el maíz regresan a los DEX de 33% y 12% respectivamente, la reducción del margen neto para los productores sería del 11% en campo propio y del 12,1% en campo arrendado en la región núcleo. En las zonas extrapampeanas, la disminución es aún más significativa, alcanzando el 20,9% en el modelo de campo propio y el 73,9% en el de arrendatario. Este análisis se realizó considerando rindes promedio de ambos cultivos, un tipo de cambio de $1200 y una superficie de 500 hectáreas, distribuidas en 50% soja y 50% maíz. El principal beneficiario del aumento será, lógicamente, el Estado. La recaudación por hectárea aumentaría un 10,6% en la zona núcleo para el modelo con propietario y un 16,6% para los arrendatarios. En las zonas extrapampeanas, el fisco obtendría un incremento del 12,8% de los propietarios y del 19,6% de los arrendatarios. “A cambio de mayores recursos fiscales en el corto plazo, la reversión de la medida tendría efectos dinámicos negativos al desincentivar la inversión, la incorporación de nuevas tecnologías y la expansión de actividades en las zonas extra pampeanas”, subraya el informe. A pesar de este clima de incertidumbre, el sector agropecuario confía en la normalización de las variables económicas que intenta implementar el Gobierno. En la reciente edición de la muestra Agroactiva, por ejemplo, el Banco Nación volvió a marcar récords en la oferta de créditos, tal como lo hizo en marzo pasado en Expoagro. Según la entidad, recibió solicitudes de financiamiento por US$6500 millones. Otra cifra que refleja una expectativa positiva es la de las ventas de maquinaria agrícola, según el Indec. Sin tener en cuenta las variaciones en facturación, vinculadas a la inflación, el aumento en las cantidades fue considerable. “Las cosechadoras han mostrado el mayor incremento respecto al mismo trimestre del año anterior, con un 58,1%; las sembradoras, un 43,8%; los implementos, un 36,4%; y los tractores, un 19,0%”, informó el organismo estadístico. La respuesta del campo en términos de inversión podría ser aún más significativa si el Gobierno optara por continuar con la reducción de la presión tributaria. Se requieren señales de certidumbre. Las mismas que son necesarias con respecto a las definiciones sobre el futuro del INTA. Al cierre de esta edición, no se había publicado el decreto que, según versiones, cambiaría drásticamente el funcionamiento del organismo, eliminando su autarquía y centralizando la toma de decisiones en el Gobierno, con una menor participación de las universidades y del sector privado. Diariamente aumentan las voces que advierten que la intención de reformar el organismo, sobre la cual existe consenso, no puede conducir a su desaparición. A los reclamos de los gobernadores de Córdoba y Santa Fe, Martín Llaryora y Maximiliano Pullaro, respectivamente, se ha sumado el mandatario bonaerense, Axel Kicillof. El asunto ha alcanzado niveles políticos significativos. Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, expresó en una entrevista con Joaquín Morales Solá, en LN+, que “se debe retener a los ingenieros agrónomos, a los que trabajan, al capital humano” y enfatizó: “no se trata de imponer recortes; se trata de construir un Estado inteligente. Este es un Estado aniquilador.” No se cuestiona la necesidad de recortar el gasto improductivo, ya que ello contribuye a eliminar el déficit fiscal; la cuestión es si se considera que la investigación y el desarrollo deben quedar únicamente en manos del sector privado. En tal caso, se dependerá de las decisiones que tomen las casas matrices de las empresas, que, aunque consideran a Argentina relevante en términos de producción, están cada vez más dirigiendo sus recursos a los mercados que más crecen. En el ámbito agrícola, el foco se dirige primero hacia Brasil. Con la excelente formación de científicos y técnicos que posee Argentina, sería un gran error desaprovecharlos.
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