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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/06/2025 18:30
Carlos Caligaris tres décadas atrás, tras el crimen de su familia (Imagen: archivo El Doce.tv) Carlos Caligaris quedó esta semana en el centro de la escena por el asesinato de un adolescente de 15 años en Córdoba y su nombre volvió a la agenda judicial casi treinta años después. El guardia de seguridad privada, de 61 años y ex miembro de la Policía, fue señalado ahora como el principal sospechoso del homicidio de Mateo Ochoa, quien murió tras recibir un disparo en el rostro. Luego de ello, se conoció otra causa judicial en la que estuvo involucrado. El crimen de Ochoa sucedió en el barrio Villa Rivera Indarte, al noroeste de la capital cordobesa. Luego de que el Ministerio Público Fiscal (MPF) comunicara la identidad del detenido, salió a la luz un antecedente suyo. Y no menor: fue en 1994, en un caso que conmocionó a esa provincia y al país. En una casa del barrio San Martín, Graciela Comas, esposa de Caligaris, y sus tres hijos, Cristian Marcelo (7) y los mellizos Sabrina Sofía y Ulises Maximiliano (5), fueron asesinados con disparos en la sien y el tórax. Caligaris era aquel momento policía, además de veterano de Malvinas. En ese entonces, la investigación se centró rápidamente en el entorno familiar, ya que se determinó la existencia de un seguro que Caligaris finalmente terminó cobrando a la semana de los asesinatos. El dato despertó todo tipo de sospechas en su momento, aunque él negó saber que la póliza incluía a su familia. El propio Caligaris sostuvo públicamente su inocencia. “¿Cómo pueden pensar que yo voy a matar a mi familia? Yo ni sabía que existía ese seguro de vida (de los hijos), me había asegurado yo nada más... no sabía que también cubría a mi familia. A mí me comunicaron por teléfono que tenía que cobrar una suma y nada más“, declaró ante la prensa, en una entrevista recientemente reflotada por El Doce. Además, aseguró que al momento del crimen estaba en la seccional novena junto a su suegro y hablando con un compañero policía. “Por supuesto que soy inocente”, dijo ante el móvil de ese canal en 1994. El proceso judicial se extendió durante más de dos años. Recién en 1996 Calegaris llegó a juicio, bajo la mirada de la Cámara 5ª del Crimen de Córdoba. El debate duró poco más de dos meses. El fiscal de la causa, Francisco Eugui, solicitó la absolución por falta de pruebas, mientras la querella reclamó prisión perpetua. La defensa también pidió la absolución por la misma razón. El tribunal resolvió absolver a Caligaris por el beneficio de la duda y el acusado recuperó inmediatamente la libertad. Durante el proceso, el testimonio de Caligaris se mantuvo firme. En las audiencias defendió que no fue el responsable y llegó a sostener que su esposa pudo haber asesinado a sus hijos antes de quitarse la vida. Lo concreto es que no aparecieron pruebas consideradas contundentes por el tribunal, lo que derivó en la absolución. Tras aquel episodio, años más tarde, Caligaris obtuvo la jubilación de la Policía de Córdoba. Mateo Ochoa, el adolescente de 15 años asesinado en Córdoba En la actualidad, el hombre enfrenta una nueva investigación en su contra. Según comunicó el MPF, se encuentra imputado por homicidio agravado por el uso de arma de fuego. El hecho ocurrió en la calle Las Varillas al 9400, en el barrio Villa Rivera Indarte, donde fue hallado el cuerpo de Mateo Ochoa. La víctima presentaba un disparo en la cabeza y murió antes de recibir asistencia médica. Vecinos del lugar indicaron que la zona sufre periódicamente hechos de inseguridad y comentaron que la falta de iluminación complica el panorama. Distintas fuentes de la causa informaron que Caligaris trabajaba como guardia de seguridad en ese sector, donde además residía. Al momento de la detención, el acusado decidió no declarar y, según trascendió, no manifestó palabra alguna antes ni después de su arresto. El arma utilizada en el hecho no fue hallada por la Policía. Se investiga qué sucedió antes del desenlace fatal. “Si lo vio en algo raro, le hubiese tirado al pie... Dejalo inválido, pero no me lo matés. Tenía 15 años, toda una vida por delante”, expresó Rocío Ochoa, hermana de Mateo. La mujer contó que el menor estudiaba, trabajaba como barbero y “no molestaba a nadie”.
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